
¿Qué es el nihilismo? Los distintos tipos de nihilismo
Si bien es posible que hayamos escuchado el término “nihilismo”, existen algunas interpretaciones erróneas sobre lo que significa. Se conoce comúnmente como la creencia de que “nada importa”, pero si vamos más al detalle, significa la negación o falta de creencia en el significado de la vida. El nihilismo, en particular, fomenta el escepticismo y sostiene que la vida carece de significado o propósito inherente. Esto lleva con frecuencia a la conclusión de que no existen valores morales inherentes y que gran parte del significado de la vida es totalmente subjetivo. Puede parecer sencillo, pero el nihilismo es una filosofía con numerosas escuelas de pensamiento.
El tipo de nihilismo con el que la mayoría de nosotros estamos familiarizados es el nihilismo existencial. En pocas palabras, es la creencia de que la vida no tiene un significado intrínseco. Como resultado, nuestras vidas no tienen sentido y “no sirven para nada”.
El nihilismo moral, también conocido como nihilismo ético, es la creencia de que la moral no existe en la sociedad. Específicamente, todas las decisiones son iguales, ya sean consideradas buenas o malas. Desde el punto de vista de este tipo de nihilismo, la moralidad se entiende con frecuencia como una construcción completamente humana sin una base concreta en nuestra realidad.
La posición filosófica de que los objetos físicos en nuestro mundo pueden no existir se conoce como nihilismo metafísico. Los nihilistas metafísicos creen que incluso si existen objetos concretos en algunos mundos, no existen en todos ellos. Este punto de vista se entiende mejor como una forma extrema de escepticismo físico en el que no existe ningún concepto del yo. La creencia de que vivimos en una elaborada simulación es un ejemplo de nihilismo metafísico.
El nihilismo epistemológico es un concepto simple. Contribuye a la creencia de que todo conocimiento es potencialmente falso. Los nihilistas epistemológicos, por ejemplo, creen que los humanos nunca pueden estar seguros de nada. Como resultado, debemos ser escépticos de todo.
El nihilismo compositivo es un poco más complicado. Es la convicción de que los objetos complejos no existen. Si bien existen los componentes básicos del mundo, como los átomos, los objetos más grandes que percibimos son completamente subjetivos. Como resultado, una mesa “no existe”. Solo veríamos una colección de átomos si pudiéramos ver el mundo más claramente (o algún otro bloque de construcción). La subjetividad de este tipo de nihilismo es particularmente intrigante. Si bien percibimos que los neutrones y los electrones dentro de los átomos son los aspectos más pequeños de la vida, pueden existir bloques de construcción más pequeños. Esto nos hace preguntarnos si algo de lo que sabemos es real.
Estos son solo algunos de los varios tipo de nihilismo.
Breve historia del nihilismo
Gorgias fue uno de los primeros en investigar el nihilismo metafísico. Cuestionaron el mundo físico que nos rodea y si realmente podemos saber que algo existe. Esto evolucionó fácilmente hacia aplicaciones más teóricas de la filosofía, como la existencia de la moralidad.
El término nihilismo, sin embargo, no se acuñó hasta el siglo XVIII. Fue utilizado por Friedrich Heinrich Jacobi para criticar a Immanuel Kant y otros filósofos racionales. Pensó que todo racionalismo conduce al nihilismo, por lo que un regreso a la fe sería más apropiado para el campo.
A Friedrich Nietzsche, por otro lado, se le atribuye sentar las bases de la importancia del nihilismo. Identificó el nihilismo como un fenómeno común en la cultura occidental y desarrolló teorías detalladas sobre su función en el contexto de la Alemania del siglo XIX. Nietzsche creía que el nihilismo estaba en auge en el mundo occidental como reacción al modernismo. Vio el surgimiento del nihilismo como desprovisto de todo significado y verdad. Su contribución más significativa fue vincular el nihilismo a los valores morales.
El escepticismo es un componente crucial de la historia y el crecimiento de las religiones
La fe juega un papel importante en la religión. Pero la duda, lo que solemos considerar como lo opuesto, está presente en las iglesias del pasado y las actuales. La religión presenta historias que ayudan a transmitir lecciones, que en muchos casos se usan para mantener la estabilidad. Pero a veces, estas historias se desvían del mensaje inicial, o simplemente las ideas no son capaces de adaptarse al presente. En estas situaciones, lo que ayuda a crear nuevas historias que ayuden a transmitir la sabiduría, es el escepticismo.
El escepticismo va de la mano de la religión, no en paralelo, pero sí que se van alternando. Por ejemplo , cuando el poder de la iglesia católica creció demasiado, y empezaron a tratar su mensaje sobre la “salvación” como algo que se podía comprar, salieron otras corrientes como las de Lutero y Calvino, que intentaron volver al mensaje de la importancia del esfuerzo, la disciplina, y vivir una vida honesta.
Este escepticismo sirvió para reducir el poder de la iglesia católica, y con ello permitir que otras voces que buscaban reformas desde dentro cobrasen poder.
El pensador griego Jenófanes, por ejemplo. Argumentó que los dioses no eran tan místicos o de origen divino como pensaban los griegos. Eran meros mortales, pero cualidades heroicas o ideales. Actuaban como los canones a los que aspirar, así como lecciones sobre los problemas que podemos encontrar en caso de dejarnos llevar por ciertas emociones, o actitudes.
¿Qué es el método científico?
La duda es el lugar de nacimiento de la ciencia. En los inicios, la gente tenía pocas formas de describir fenómenos naturales como los rayos. Las historias que crearon para explicar estos fenómenos naturales, fue el comienzo tanto de las religiones, como del método científico. El método científico hace referencia a una forma de entender la realidad basada en crear hipótesis, que dependerán de toda la información que tenemos, y crear situaciones que nos permiten entender hasta que punto se sostienen las hipótesis, es decir, en qué condiciones son ciertas.
El método científica ha sido la base del desarrollo cultural del Homo Sapiens, ya que sin este método no podríamos haber desarrollado una comprensión del mundo y por lo tanto seríamos incapaces de modificarlo para mejorar nuestras vidas.
De esta forma el método científico siempre ha ido ligado a la mejora de calidad de vida, y a su vez ha ido ligado al desarrollo cultural ya que para que nazca la cultura hace falta tiempo libre, y ha influenciado su desarrollo, ya que nuestra cultura se basa en el contexto y el contexto se basa en lo que sabemos y por lo tanto en lo que hemos podido demostrar.
Por ello podríamos decir que el desarrollo científico es la base de nuestra cultura, aunque también es cierto que la cultura afecta al desarrollo científico. Un ejemplo de ello es como las novelas han permitido que tantos científicos sueñen e intenten convertir sus sueños en realidad. Y la base de todo esto ha sido el método científico.
La importancia del escepticismo
En su libro Discourse on the Method of Rightly Conducting One’s Reason and of Seeking Truth in the Sciences, el filósofo René Descartes habla sobre el concepto que actúa como base de la ciencia moderna, el reduccionismo.
El reduccionismo se basa en la idea de que si somos capaces de dividir un elementos en sus partes más fundamentales, y entender el funcionamiento y la interacción entre las mismas, podremos llegar a entender el funcionamiento del conjunto. De esta forma, el enfoque reduccionista se centra en entender la “esencia” del tema de estudio para poder usarlo como base para las próximas deducciones.
El problema, es que el reduccionismo no siempre funciona. Entre las razones, destaca la limitación a nivel técnico y tecnológico de cada época, que lleva a que realmente no se pueda acabar de entender el funcionamiento de los elementos más básicos, pero sí que se pueda entender lo suficiente para encontrar usos prácticos. Al no poder entender los elementos de forma completa, se da el nacimiento de lo que se conoce como propiedades emergentes, que nacen cuando se unen suficientes unidades de cierto tipo y que hoy en día no podemos explicar en la mayoría de casos. Uno de los ejemplos más simples es la vida, o la conciencia y cómo pueden nacer únicamente a través de unir células.
Esto ha llevado a que se desarrollen nuevas estrategias para entender fenómenos como la perspectiva interaccionista. Pero aunque ahora hay otras corrientes que ayudan a entender mejor cómo funciona el mundo, la utilidad del reduccionismo como una forma de crear conocimiento básico, y un enfoque para enfrentarnos a problemas y resolverlos, sigue siendo enorme.

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