
You’re Not Enough (And That’s Okay) Escaping the Toxic Culture of Self-Love por Allie Beth Stuckey
Reseña/Sinopsis: You're Not Enough (2020) explora por qué la cultura del amor propio no nos brinda la satisfacción, la paz y la satisfacción que promete. En lugar de luchar continuamente contra nuestros sentimientos de insuficiencia, la autora Allie Beth Stuckey sugiere que los aceptemos y abracemos otra fuente de amor.
¿Quién es Allie Beth Stuckey?
Allie Beth Stuckey es la presentadora del podcast Relatable, que aborda asuntos políticos, sociales y teológicos desde un punto de vista conservador y reformado. Con frecuencia ofrece comentarios en Fox News y habla con estudiantes, empresas y organizaciones políticas y religiosas en Estados Unidos.
¿Por qué nos afectan los traumas de nuestra familia?
Incluso si no sabemos nada sobre la vida de nuestros padres o abuelos, las vidas que llevaron y los traumas que soportaron pueden tener un impacto en nosotros. Los traumas pasados pueden conducir a patrones de comportamiento que tienen un impacto duradero en la dinámica familiar. Sabemos que las personas frecuentemente ocultan los efectos del dolor o de los acontecimientos. Sin embargo, es fundamental que encontremos una forma de lidiar con las secuelas del trauma.
Si no lo hacemos, las familias pueden quedar atrapadas en un círculo vicioso de emociones heredadas. Por ejemplo, la muerte de un hijo es una tragedia para una pareja, y si la pareja se niega a lidiar con la realidad de la situación, reprimiendo sus emociones, lo más probable es que transmita este trauma a un segundo hijo.
Los eventos también pueden tener un impacto en nuestra biología. Los pensamientos negativos y las según la investigación, alteran el código genético o ADN de una persona. Una persona que ha experimentado un trauma puede transmitir genes “traumatizados” a sus hijos. Emociones como el miedo o la ira, según Bruce Lipton, biólogo celular de la Universidad de Stanford, pueden “alterar bioquímicamente la expresión genética de nuestra descendencia”.
El trauma altera las hormonas del estrés y los padres transmiten estos cambios a sus hijos. Rachel Yehuda, investigadora de la Escuela de Medicina Mount Sinai de Nueva York, estudió a supervivientes del Holocausto que sufrían trastorno de estrés postraumático o PTSD.
Descubrió que la hormona cortisol estaba anormalmente baja en los cuerpos...