
What Got You Here Won’t Get You There por Marshall Goldsmith
Adam Skali Comentarios 0 comentarios
Resumen corto: What Got you Here Won’t Get you There o en español Lo Que te Trajo Aquí no te Llevará al Siguiente Nivel es un libro que te ayuda a entender que limitarnos a hacer lo que se espera de nuestra personalidad es lo que nos limita a la hora de conseguir éxito. Por Marshall Goldsmith
El peligro del éxito
Cuando tenemos éxito con algo, tendemos a desarrollar una resistencia a cambiar nuestros métodos. Creemos en sus habilidades y talento, tenemos confianza y somos optimistas sobre sí mismos, y por eso subestimamos el papel que juega la suerte en nuestro éxito.
Nos suelen recomendar que nos rodeemos de este tipo de gente, y aunque su energía y entusiasmo sin duda son necesarios, la desventaja es que su optimismo puede llevar a un compromiso excesivo. A veces, no se dan cuenta de que lo lograron fue a pesar de las características que consideran positivas, y no gracias a ellas.
A medida que avanzamos en nuestras carreras, los cambios de comportamiento son los cambios más importantes que podemos realizar. Para muchos de nosotros, si alguien nos pide que cambiemos nuestra forma de pensar o de actuar, es muy probable que nos mostremos reacios. Si nos dicen que nos equivocamos en cómo hacemos algo que siempre hemos hecho de alguna forma, es posible que hasta nos sintamos ofendidos.
Si alguien presenta nuevas tecnologías o formas de solucionar un problema es posible que pensemos que estos métodos sirven para otros porque no tienen experiencia o les falta algo. Pero muchas veces, esto no es más que nuestro intento de huir de la realidad. Nos sentimos atacados, e intentamos negarnos a cualquier cambio. No nos damos cuenta de que muchas veces, no aceptar que, como dijo Heraclito, la única constante es el cambio, es una sentencia de muerte profesional.
Se puede tener éxito y tener deficiencias
La gente de éxito muchas veces tiene malos hábitos pero porque tiene éxito asume que no son un problema.
Un gran ejemplo es como a muchos nos cuesta escuchar a los demás, estamos demasiado absortos en lo que queremos hacer o en lo que queremos decir y no escuchamos. Lo justificamos diciendo que nos desconcentra, o que no nos deja trabajar bien o que no están teniendo en cuenta todos los detalles. Siempre hay alguna excusa, pero al hacerlo olvidamos que estamos llenos de fallos.
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