
Los hábitos de un cerebro feliz por Loretta Breuning (Habits of a Happy Brain)
Adam Skali Comentarios 0 comentarios
Resumen corto:Habits of a Happy Brain o en español Hábitos de un Cerebro Feliz nos explica cuales son los 4 neurotransmisores que controlan la ‘’felicidad’’, porque no podemos estar felices todo el tiempo, y cómo podemos ‘’controlar’’ nuestro cerebro a través de tomar responsabilidad de nuestras hormonas. Por Loretta Graziano Breuning
¿Quién es Loretta Breuning?
Loretta Graziano Breuning es una antigua profesora de la universidad ‘’California State University’’, escritora, investigadora y guía en el zoo de Oakland. Su investigación se centro en el comportamiento de animales y en este libro traslada lo que ha aprendido al animal con el que mas lidiamos, el humano
El cerebro y la supervivencia
Los humanos somos animales sociales. Hace millones de años, nuestros antepasados desarrollaron la tendencia a crear grupos sociales complejos. Para adaptarse a esto, desarrollaron neuronas espejo, que eran más refinadas y sensibles que las de otros primates. Esto significaba que podían usar estas neuronas espejo tanto para imitar a quienes las rodeaban, como para imaginar lo que otros podrían estar pensando y sintiendo. Así nació la empatía y con ella nuestra tendencia hacia la cooperación.
Con la invención del lenguaje y los poderes de razonamiento que les brindó, nuestros antepasados pudieron llevar esta habilidad empática más allá, viendo patrones en el comportamiento de las personas. A lo largo de los años, estas habilidades de razonamiento se han vuelto más potentes y refinadas.
Nuestros primeros antepasados que se aventuraron en las praderas de África hace unos seis millones de años eran criaturas débiles y vulnerables. Caminaban erguidos y podían correr, pero no tan rápido como depredadores que los perseguían. No tenían garras ni colmillos ni veneno que les protegiesen. Para recolectar frutas, nueces e insectos, u obtener carroña, tenían que pasar por las zonas que les ponían en una posición vulnerable. Podrían haberse extinguido fácilmente.
Y, sin embargo, en el espacio de unos pocos millones de años (corto en la escala de tiempo de la evolución), se transformaron en los `principales cazadores del planeta. Algunos han especulado que fue esto fue gracias a que caminaban erguidos, lo que liberó las manos para hacer herramientas, lo que a su vez permitió que se desarrollase la mano. Las ...