
30 Ways to Reboot your Body por Ben Greenfield (2015)
Adam Skali Comentarios 0 comentarios
Sinópsis/Resumen corto: 30 Ways to Reboot your Body nos da las claves para ayudar a “reparar” nuestro cuerpo y mejorar nuestra salud. ¿Cuán sanos creemos que estamos? Tal vez no podamos correr una maratón, pero probablemente estemos lo suficientemente sanos para correr unos minutos. Pero, con unos pocos cambios, podríamos convertirnos en una persona en forma. El libro trata temas como la importancia de la salud digestiva, el ejercicio ligero y tener una rutina de deporte, y cómo podemos llevarlos al próximo nivel.
¿Quién es Ben Greenfield?
Ben Greenfield es un conferenciante habitual sobre temas de salud y fitness.
Seguramente no estamos tan en forma como nos gustaría estar
Pero eso no significa que debamos rendirnos. El primer paso es aprender qué se puede mejorar. ¿Comemos demasiados alimentos procesados, bebemos alcohol o demasiados carbohidratos? Estos son los tipos de malos hábitos que conducen a la inflamación crónica y dañan nuestro cuerpo.
El consumo de estos alimentos poco saludables causa estragos en nuestro intestino. Puede que no lo sepamos, pero nuestro intestino es uno de los sistemas importantes que tiene nuestro cuerpo. Las bacterias de nuestra flora bacteriana, nuestra microbiota, determinan cuánta energía podemos conseguir de los alimentos, al igual que cuanta tendencia tendremos a acabar con problemas de inflamación.
Los microbios forman una gran parte de nuestra masa corporal. Por cada célula, tenemos alrededor de 10 células microbianas. Y su efecto no se limita a nuestra masa, enfermedades o humor, sino que también son parte de nuestro genoma.
Se cree que al menos 500 de nuestros genes son de naturaleza microbiana, y es natural, porque son nuestros ancestros más antiguos. Se cree que todas las células del mundo nacieron de un mismo ancestro común.
Es más fácil diferenciar a las personas por su flora bacteriana, que por su genoma. Nuestra microbiota es algo tan característico de cada uno de nosotros, que si realmente queremos diferenciar entre individuos tan solo tenemos que estudiar sus bacterias y cómo se comportan. Esto ilustra lo equivocados que estamos cuando pensamos que todos los microbios son malos, y cuánto daño hacemos cuando usamos antibióticos sin pensar.
Por ejemplo, los bebés no pueden digerir algunos de los nutrientes...