Resumen del libro Tu mejor versión por Mike Bayer 2020 (Best Self 2019)

Resumen del libro Tu mejor versión por Mike Bayer 2020 (Best Self 2019)

Sinópsis/Resúmen corto: Tu mejor versión (2020) es un manual de autoayuda para todos los que están hartos de sobrevivir y están listos para empezar a prosperar. ¿Eres realmente quién quieres ser? ¿Es esta la vida que realmente quieres? ¿Vives cada día como tu mejor versión? ¿Qué puedes cambiar hoy?

El coach Mike Bayer argumenta que es esencial deshacerse de nuestro anti-yo tóxico y ponernos en el asiento del conductor. No es fácil, pero es posible: pregunte a los miles de clientes cuyas vidas han cambiado. Gracias a sus ideas han aprendido a ser más honestos consigo mismos y a lidiar con sus miedos, y nosotros también podemos. 

¿Quién es Mike Bayer?

Mike Bayer, es el fundador y director ejecutivo de CAST Centers, una clínica especializada en ayudar a las personas a vivir desarrollar el tipo de vida que quieren vivir. La mente detrás de la Fundación CAST, una iniciativa para desestigmatizar los problemas de salud mental, Bayer es miembro del consejo asesor del Dr. Phil McGraw y un invitado habitual en el programa Dr. Phil.

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Cómo mejorar nuestras relaciones con los demás

Hasta ahora hemos explorado la parte interna de nuestro viaje hacia nosotros mismos. ¿Qué pasa con nuestras relaciones con los demás?  

Tomemos un estudio realizado en la Universidad de Michigan en 2008. Descubrió que la interacción social es básicamente como llevar nuestro cerebro al gimnasio. Es una de las formas de mantener nuestras capacidades cognitivas en plena forma. Después está la encuesta de Gallup-Healthways de 2008 de 140,000 estadounidenses que defendía que las personas eran más felices los días en que pasaban entre seis y siete horas socializando.

Eso demuestra lo importante que es crear tiempo para amigos y familiares en nuestro horario. Pero no deberíamos salir con gente que ya conocemos. No hay nada más estimulante que salir y hacer amigos.  Ahí es cuando es probable que obtengamos nuevas ideas. No es probable que la inspiración llegue cuando estamos sentados solos en nuestro sofá

Pero aquí está el problema: pocos de nosotros somos extrovertidos y nos resulta incómodo socializar con personas que no conocemos. Por suerte, hay un par de trucos que podemos empezar a usar hoy para  socializar cuando nos encontremos en una reunión.

Uno de los problemas a los que se enfrenta la gente es la lucha por encontrar algo que decir. Necesitamos prepararnos pensando en algunas de las cosas que hemos aprendido o experimentado recientemente. Eso quita la presión de pensar en algo en el acto y nos da un buen comienzo de conversación.

Prestar atención a los pequeños detalles marca la diferencia. Hacer preguntas y escuchar atentamente alienta a las personas a abrirse. Después está el lenguaje corporal. Se estima que las señales no verbales representan un buen 70 por ciento de toda la comunicación. Pararse derecho, mantener los brazos abiertos y hacer contacto visual son excelentes maneras de demostrar que estamos presentes y comprometidos.

¿Somos únicos?

“Eres único”. Es una frase que probablemente hemos escuchado un millón de veces, pero ¿realmente lo estamos poniendo en práctica? Lo más probable es que nos hayan enseñado a ser quien somos hoy en día. Llegamos al mundo como una pizarra en blanco que nuestros padres, profesores y conocidos llenaron con sus propios errores y complejos. 

El resultado es que llevamos vidas que nos hacen sentirnos un poco fuera de lugar. Hay una leve sensación de que no estamos siendo nosotros mismos, pero no estamos seguros de qué hacer al respecto. ¿Cómo nos convertimos en quien podemos llegar a ser? Así es como el autor lo desglosa. Todos tenemos dos tipos de yo: un yo positivo, la persona que más nos gusta ser, y un antiyo negativo que nos impide ser esa persona. La clave es aprender a decir qué yo tiene el control. La forma de hacerlo es dar cuerpo a estos personajes y darles atributos reconocibles.

Comencemos escribiendo a todos nuestros rasgos positivos: las cosas que admiramos de nosotros mismos pero sobre las que no actuamos. Se basa en pensar en adjetivos como “inteligente”, “resiliente” o “comprensiv@”. Eso puede ser difícil, es más fácil criticar que elogiarnos a nosotros mismos, pero es exactamente por eso que debemos dedicar algo de tiempo a hacerlo.

Una vez que nos hemos decidido por la apariencia y el carácter el próximo paso es esbozarlo. No tiene que ser una obra maestra. Lo importante es tener una representación para colgar en algún lugar de nuestra casa para recordarnos quiénes queremos ser.

¿Qué es el anti-yo?

Una vez que entendemos lo que queremos y como nos gustaría ser, el próximo paso es entender que no no gusta de como somos ahora. Esa parte irritable, emocional, e irracional que se deja llevar por el momento y comete errores que lamentamos durante meses o años.

Tomemos como ejemplo a la amiga del autor. Llamó a su anti-yo Road Rage Regina, nombre que uso porque solia tener ataques de rabia al volante. Lo que provocó a Regina fueron los atascos de tráfico en su viaje diario. ¿La razón? Cuando estaba en la escuela secundaria, faltaba a clases debido a una enfermedad y pasaba meses luchando para ponerse al día. Estar fuera de control y preocuparse por llegar tarde al trabajo desencadenó esa vieja ansiedad.

La buena noticia es que tener una idea clara de nuestro anti-yo nos da una mejor oportunidad de predecir cuándo es probable que se convierta en un obstáculo. Lo que tenemos que hacer es escribir todo lo que no nos gusta de nuestro comportamiento cuando nos controla el “anti-yo”. Para ello, podemos usar adjetivos negativos como “descuidad@”, “irracional” o “vag@” para llenar nuestra lista. El objetivo de este ejercicio es descubrir donde tenemos problemas ahora mismo, y con ello crear las bases para buscar soluciones.

El siguiente paso, como antes es ponerle un nombre y una cara. Esta es una versión exagerada de nosotros mismos, asi que no importa que sea caricaturesco. Cuanto más ridículo sea nuestro retrato, más fácil será recordar el comportamiento que queremos evitar en el futuro.

Una vez que tenemos esto, pensemos en cinco situaciones recientes en las que nuestro “antiyo” estaba al mando. Cómo se comportó y luego comparemoslo con lo que habría hecho nuestro yo ideal. Tener eso en mente nos ayudará a dar un paso atrás y tomar mejores decisiones cuando nos disparen que simplemente perderlo. Puede que nos resulte difícil al principio, pero con la práctica, puede convertirse en un hábito.

Antes de seguir, es importante entender que la razón por la que el autor intenta “humanizar” ambas partes es para hacer uso de una tendencia cognitiva. Nuestro cerebro suele recordar mucho más las cosas cuando les damos características antropomórficas, es decir, cuando nos recuerdan a humanos. Esta es la misma estrategia que uso Daniel Kahneman en su libro Pensar Rápido Pensar Despacio, al describir las dos estrategias que usamos para tomar decisiones, la intuitiva, sistema 1 y la racional, sistema 2.

¿Cómo nos podemos acercar a nuestro ideal?

Convertirse en nuestro verdadero yo es un viaje largo, nos enfrentaremos a obstáculos en el camino, y el mayor obstáculo que encontraremos es el miedo. ¿La forma de superarlo? Afrontémoslo y seamos honestos. 

El miedo es algo con lo que todos luchamos. Nos susurra al oído que no somos lo suficientemente buenos o que otras personas nos están juzgando. Eventualmente, tendremos una visión  distorsionada del mundo y desperdiciaremos un tiempo precioso y capacidad intelectual pensando en qué pasaría si… Eso significa que nos dejaremos llevar por preocupaciones y miedos sin ningún fundamento, pero que en el momento parecen ineludibles.

Tras trabajar con miles de clientes, el autor ha desarrollado unas estrategias para poner nuestros miedos en perspectiva. El primer paso es identificarlos, y lo podemos hacer respondiendo a la siguiente pregunta “¿Cuáles son los miedos que me han impedido hacer cambios en mi vida?” Echemos un vistazo a la respuesta ¿hay un tema general? ¿Nos aterroriza el fracaso, por ejemplo, o lo que la gente piensa de nosotros?

Ahora estamos listos para el paso: poner a prueba nuestros miedos. Como cualquier otro músculo, el cerebro se puede entrenar. Sin embargo, el pensamiento negativo significa que nos estamos enfocando en el miedo y no en las soluciones. Lo que necesitamos es un plan de acción para vencer el miedo, y así es como.

Este ejercicio es muy similar al de fearsetting, identificación de nuestros miedos, que presenta Tim Ferris en su libro La Semana Laboral de Cuatro Horas. Para hacerlo, nos recomiendan poner tres columnas en las que ponga lo siguiente: “Mi miedo es”, “Me está impidiendo” y “Mi plan para evitar que mi miedo se convierta en realidad es”. Entonces, supongamos que nos encantaría dejar nuestro trabajo y establecer nuestro propio negocio, pero la perspectiva de la ruina financiera nos está frenando. Una solución sería empezar nuestro proyecto mientras seguimos trabajando.

Otra gran herramienta es la visualización. Cerramos los ojos e imaginamos poner todas nuestras ansiedades en una caja de cartón. Ahora encogemos esa caja hasta que quepa en la palma de nuestra mano. Finalmente, imaginemos arrojando ese paquete a un cañón profundo y oscuro y saboreemos la sensación de alivio que nos inunda cuando lo vemos desaparecer.

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