Resumen del libro Pausa No eres una lista de tareas pendientes por Robert Poynton 2020 (Do Pause)

Resumen del libro Pausa No eres una lista de tareas pendientes por Robert Poynton 2020 (Do Pause)

Resumen corto: Do Pause (2019) o en español, Pausa, explora los beneficios de tomarse un respiro en el ajetreo de la vida moderna. No importa si estamos haciendo llamadas, enviando correos electrónicos o fijándonos nuevas metas, cualquier cosa parece mejor que perder el tiempo.

¿Cuál es el resultado de todo este ajetreo? Lamentablemente, para muchos de nosotros, los resultados suelen ir acompañados de estrés y ansiedad. El libro nos invita a dejar de lado los mitos que rodean la productividad y el logro, algunos de los cuales pueden ser perjudiciales tanto para nuestra productividad, como para nuestra salud y bienestar. El autor nos explica porque tomarnos un descanso, es a veces, lo mejor que podemos hacer por nuestra productividad.

¿Quién es Robert Poynton?

Robert Poynton es miembro asociado de la Escuela de Negocios Saïd de la Universidad de Oxford, donde diseña e imparte cursos de educación ejecutiva, y  organiza retiros de fin de semana para profesionales ocupados. Poynton es el autor de Do Improvise (2013), un manual de técnicas de improvisación para líderes empresariales.

Colecciones de los Resúmenes de los Mejores Libros (PDF)

+

Mini-Curso de Estoicismo Gratis

¿Cuándo fue la última vez que nos detuvimos para mirar a nuestro alrededor?

Cuando adaptamos una mentalidad orientada al logro; nos aislamos de los placeres de la vida diaria. A menudo nos tratamos como si fuéramos simplemente una ronda interminable de tareas por completar. 

Nos alimentamos, vamos al trabajo, respondemos a mensajes y emails, pero ¿con qué frecuencia hacemos una pausa y nos tomamos el tiempo para disfrutar de nuestra familia, pareja o vida en general? 

Prestamos atención a nuestras listas de tareas mientras ignoramos todo lo que nos rodea. Es una pena, porque es esto lo que da sabor a nuestras vidas, es el camino entre la base y la cima de la montaña, y toda la oportunidad de placer que brinda. 

¿Cómo nos obsesionamos con completar tareas y lograr cosas? Gran parte de la culpa recae en las nuevas tecnologías y nuestra interminable búsqueda por la formula mágica de la efectividad. 

Las máquinas están diseñadas para trabajar de la forma más rápida y eficiente posible. Ya sea que estén fabricando coches o analizando datos, las máquinas están diseñadas para tareas repetitivas y un ritmo de trabajo constante. 

Pero las personas definitivamente no lo están. Aun así, se espera que imitemos su eficiencia. En un mundo de correo electrónico y mensajería instantánea, exigimos respuestas cada vez más rápidas entre nosotros. Y a menudo es la velocidad de la respuesta lo que valoramos, más que su calidad. En este tipo de entorno, hacer una pausa se asocia con una reducción de la productividad y la procrastinación, pero no podría estar más lejos de la realidad.

¿Cómo definimos una pausa? 

Podría ser un gran número de cosas. Son los cinco segundos que dedicamos a reflexionar sobre una pregunta, o la hora que dedicamos a reconectar con un viejo amigo, o el año sabático que nos tomamos. 

En esencia, una pausa se basa en romper con la rutina, cualquiera que sea el aspecto de ese ritmo. Es cuando nos damos el espacio para pensar en otras cosas y prestar atención a todas las cosas que pasamos por alto. 

El autor, por ejemplo, invitó a un amigo a tomarse una pausa de un fin de semana en su casa de vacaciones en España. Pasaron ese tiempo leyendo y charlando, y aunque al comienzo se preocupó por no ser productivo, al final se dio cuenta de que una pausa le había dado soluciones a problemas que ni siquiera sabía que tenía. 

Su estado de ánimo había cambiado lo suficiente como para permitir que nuevas ideas salieran a la superficie, ideas que no podría haber tenido de haberse centrado en sus preocupaciones cotidianas. 

Situaciones como estas resaltan una diferencia importante entre humanos y máquinas. Una máquina en pausa se detiene. Un ser humano, en cambio, comienza a hacer otra cosa: tomarse un respiro, por ejemplo, o poner su atención en algo nuevo. Realmente no hemos parado, sino que estamos usando lo que se conoce como modo difuso, para buscar nuevas soluciones a los problemas a los que nos enfrentamos.

Y si nos parece que un fin de semana entero es demasiado para empezar, podemos centrarnos en otros descansos más cortos. Estos descansos no tienen porque ser lagos, con 15 minutos por cada hora o dos de trabajo sirven, pero debemos asegurarnos de que nos alejen de las pantallas y de cualquier información y a ser posible deberíamos usarlos para hablar con alguien

Si los convertimos en descansos sociales se ha visto que pueden ayudar a que nuestro humor mejore y que estemos mucho más preparados para volver a trabajar con energía.

Descansar mejora nuestra productividad

Irónicamente, aunque hacer una pausa implica tomarse un descanso del proceso interminable de conseguir nuestras metas, puede ponernos en el camino para alcanzarlas. Ya sean nuestras ambiciones creativas o nuestras relaciones con otras personas, hacer una pausa puede ayudarnos a lograr un progreso sustancial. 

Todos los grandes artistas tienen un elemento de pausa en su proceso creativo. Tan solo tenemos que recordar el famoso ejemplo de Dalí. Cuando le costaba ver cómo acabar un cuadro, o tenía cualquier problema para el que no parecía ver solución, Dalí se echaba una siesta.

Al hacerlo, hacía uso de lo que se conoce como modo difuso, que hace referencia a una de las formas en que funciona nuestro cerebro a la hora de procesar información y crear respuestas. Normalmente lo que usamos es el modo concentrado, que hace referencia a intentar resolver problemas usando la lógica y buscando una respuesta a través de seguir una secuencia de pasos. Pero a veces, cuando nos enfrentamos a un problema nuevo, esto no es suficiente.

Y es en estos casos donde entre el modo difuso. El modo difuso hace uso de todos nuestros conocimientos y experiencias, algo que difícilmente podríamos hacer de forma consciente, a través de usar nuestro subconsciente para procesar la información. 

Cuando estamos haciendo otra cosa, nuestro cerebro sigue pensando en el problema y buscando nuevas soluciones. Esta es la razón por la que tenemos algunas de nuestras mejores ideas en la ducha, cuando estamos dando un paseo o en el gimnasio, es porque nuestro cerebro está usando su capacidad de procesamiento para encontrar una solución.

Y una de las formas en que podemos usarlo cuando queramos, es a través de una siesta. Esta es la razón por la que Dalí se echaba siestas, para hacer uso del modo difuso. Pero para ello la siesta ha de ser corta, de menos de media hora porque de esta forma podemos entrar en las fases de sueño ligero que nos ayuden a recuperarnos y volver a estar en forma para más. Si te cuesta dormir no te preocupes, incluso cerrar los ojos sin dormir se ha visto que ayuda

Para sacarle partido, debemos hacer lo mismo que Dalí, reducir la longitud de nuestras siestas, sea con una alarma, o durmiendo en una posición incómoda. En su caso, lo conseguía al dormir con una llave en la mano, de forma que nada más entrar en sueño profundo la dejaría caer, y el ruido lo despertaría, listo para ponerse a trabajar de nuevo.

Para hacerlo aún más efectivo solo tenemos que tomarnos un café antes de dormir. Esto funciona porque la cafeína tarda unos minutos en hacer efecto y si lo tomamos justo antes de dormir sus efectos nos ayudarán a estar más despiertos a los 20 minutos.

Los clientes que disfrutaron de este libro también disfrutaron de

Siguenos y Disfruta de Nuestros Resúmenes Gratis Directamente en tus Redes Favoritas

Nuestras Categorías de Resúmenes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.