
Resumen del libro Los Grandes Modelos Mentales por Shane Parish y Rhiannon Beaubien (The Great Mental Models Volume 1)
Resumen corto:The Great Mental Models Volume I (2019) nos presenta la idea de modelos mentales, y cómo estos nos pueden ayudar a hacer frente a distintos tipos de sesgos cognitivos. El autor saca ideas de los principios de distintas ciencias como la biología, química, física, matemáticas y economía.
¿Quién es Shane Parish?
Shane Parish trabajó como experto en ciberseguridad para la principal agencia de inteligencia de Canadá antes de fundar Farnam Street, una organización dedicada a ayudar a las personas a pensar de manera más inteligente en un mundo en constante cambio. Su trabajo ha aparecido en el New York Times, el Wall Street Journal, el Huffington Post y Forbes. Es el presentador del Knowledge Project, un podcast que se ha descargado más de 10 millones de veces.
¿Quién es Rhiannon Beaubien?
Rhiannon Beaubien es una escritora canadiense y autora de Alone Among Spies, una novela sobre espionaje que se basa en su experiencia en el departamento de inteligencia. Beaubien es miembro de Farnam Street, donde colabora con Shane Parish y gestiona el desarrollo de la serie de libros Great Mental Models.
3 de las ideas principales del libro son:
- ¿Por qué tiene sentido aprender cómo funciona el proceso de toma de decisiones?
- La resolución de problemas
- ¿Qué son los modelos mentales?
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¿Por qué tiene sentido aprender cómo funciona el proceso de toma de decisiones?
Tanto en la vida como en los negocios, la persona con menos puntos ciegos gana. La suerte, más bien la aleatoriedad, tiene un gran papel en el momento, y si consideramos eventos concretos de la vida de alguien, es muy probable que la aleatoriedad sea culpable de gran parte del resultado.
Pero el efecto de esta aleatoriedad es más o menos constante, de forma que aunque su papel sea grande en eventos puntuales, podemos reducir su efecto, o al menos mejorar nuestra ventaja, si mejoramos nuestro proceso de toma de decisiones. Al hacerlo, mejoramos todos los elementos que están bajo nuestro control, y aunque quizá no podamos notar la diferencia en un periodo de unos pocos años, su efecto se hace innegable a lo largo de las décadas.
Si queremos mejorar nuestras oportunidades de éxito, sin importar nuestro campo, la única estrategia que tiene sentido es entender cómo funciona la mente humana, como decidimos, y crear un proceso que nos permita aprender de los errores.
Este proceso no se basa en crear algo de la nada, sino más bien en todo lo contrario. Debemos reducir la diferencia entre cómo vemos el mundo, nuestra subjetividad nacida de cómo funciona el cerebro, y la realidad.
Nuestra subjetividad nos permite sentir un mayor control sobre el mundo del que tenemos realmente, y las decisiones que tomamos basándonos en esta pueden o no ser correctas, pero que lo sean depende más de si hemos entendido bien la realidad que de nuestras capacidades. Si nuestras premisas son correctas, tenemos alguna posibilidad de conseguir el resultado deseado. Si son erróneas, que consigamos el resultado deseado no será más que suerte.
Por eso es tan importante entender el proceso de decisión. Estudiar el proceso de decisión, y los sesgos que nos afectan a nosotros en concreto, es la única forma de reducir la diferencia entre la realidad y nuestra imaginación, y con ello asegurarnos de estar, al menos, en el punto de partida.
Para conseguirlo, podemos estudiar psicología, o marketing para entender cómo funciona la mente. Otro enfoque sería estudiar el proceso de decisión de otras personas que han tenido éxito, aunque este enfoque tiene sus desventajas.
Y a medida que crezca nuestro conocimiento sobre cómo funciona la mente, y cómo resolver problemas, tendremos que estudiar cómo cada uno de estos factores nos afecta a nivel personal y crear nuestros propios modelos.
La resolución de problemas
“No quiero tener una gran capacidad de resolución de problemas. Quiero evitar los problemas – evitar que pasen y hacerlo desde el principio” – Peter Bevelin
Parecemos tener una obsesión con la resolución de problemas. Queremos ser más inteligentes, tener más tiempo, más energía y más recursos para enfrentarnos a los obstáculos, pero muchas veces olvidamos que hay un método más fácil y efectivo para evitar los problemas.
Muchos de los problemas a los que nos enfrentamos podríamos haberlos evitado con pensar en las posibles consecuencias de nuestras acciones, o dedicando algo de tiempo a entender el contexto en el que trabajamos.
El sesgo de la acción, nos lleva a preferir hacer cosas antes que dedicar tiempo a pensar, porque sentimos que es más productivo y conseguimos un resultado “físico” de nuestro esfuerzo y tiempo. Pero a veces dedicar unos minutos a pensar antes de hacer puede ahorrarnos horas.
En lugar de obsesionarnos por resolver problemas, deberíamos dedicar más energía a desarrollar nuestra habilidad de comprensión del contexto, buscar formas de reducir nuestra fragilidad ante los imprevistos, y crear sistemas que nos obliguen a ponerlo en práctica.
¿Qué son los modelos mentales?
Los modelos mentales son formas de ver el mundo. Los modelos mentales son básicamente representaciones subjetivas del mundo que nos rodea. Se basan en nuestros sesgos cognitivos, y limitaciones de la mente humana, así como en nuestro conocimiento y experiencias previas, y por lo tanto tienden a causar errores.
Son los procesos que usamos para obtener información del mundo que nos rodea, y el proceso por el cual trabajamos las premisas para conseguir conclusiones que nos ayuden con algún objetivo consciente o inconsciente.
Estos modelos funcionan principalmente a nivel inconsciente, son pocas las ocasiones en las que nos preguntamos porque entendemos algo de cierta forma, o cómo hemos llegado a alguna conclusión. Pero que sean subconscientes no solo no reduce su importancia, sino que hace nuestra falta de control sobre ellos aún más preocupante.
No entender cómo funcionan significa no saber cómo hemos conseguido información, no saber si es cierta, y no saber cómo la procesamos para sacar conclusiones.
Esto no quiere decir que los modelos sean malos de por sí. Los modelos son imprescindibles, porque nos permiten reducir la complejidad del mundo y procesar información más rápido. Sin modelos no podríamos vivir de forma práctica, porque tendríamos que reconsiderar como pensamos ante cada nuevo problema. Esto los convierte en grandes mecanismos para optimizar nuestro pensamiento y ser más efectivos.
Los modelos son imprescindibles si queremos tomar decisiones sobre qué ponernos hoy, porque no tiene sentido dedicar demasiada atención al proceso. El problema real aparece cuando tenemos que tomar decisiones importantes en las que los riesgos pueden producir alguna pérdida irrecuperable, o demasiado grande.
En estos casos, debemos dejar de lado lo que Daniel Kahneman llama el sistema 1, basado en la intuición y principalmente subconsciente, y pasar a usar el sistema 2, el que nos permite hacer uso de la lógica.
Y aquí es donde entra la importancia de tener un “arsenal” de modelos mentales, que nos permitan atacar al problema desde distintos ángulos y con ello mejorar nuestra probabilidad de llegar a una respuesta adecuada.
