Resumen del libro Jugarse la piel Asimetrías ocultas en la vida cotidiana por Nassim Nicholas Taleb 2019 (Skin in the Game)

Resumen del libro Jugarse la piel Asimetrías ocultas en la vida cotidiana por Nassim Nicholas Taleb 2019 (Skin in the Game)

Resumen corto: Skin in the Game (2018) o en español,  Jugarse la Piel (2019). Este libro explora las formas en que nuestras interacciones con los demás parecen influidas secretamente por el riesgo y la simetría. Aprovechando ideas del campo de la probabilidad y aplicándolas a escenarios cotidianos, Taleb revela reflexiones sorprendentes sobre lo que mueve a la sociedad.

¿Quién es Nassim Nicholas Taleb?

Nassim Nicholas Taleb se encuentra entre los economistas y pensadores contemporáneos más prolíficos, habiendo escrito una serie de obras aclamadas por la crítica como Fooled by Randomness, y sus numerosos ensayos se han publicado en varias revistas y revistas. Taleb es profesor de ingeniería de riesgos en el Instituto Politécnico de la Universidad de Nueva York.

Nacido en Líbano tuvo que dejar su país debido a la guerra civil, donde acabó perdiendo todo lo que tenía. Emigró a Estados Unidos y desde allí se creó un nombre como pensador y como inversor en bolsa. Su tesis se centra en perder poco cada día y ganar cuando todos los demás pierden, y por lo tanto ha desarrollado una corriente basada en evitar los biomas en los que caemos para poder entender cómo funciona realmente el mundo.

En el libro antifrágil nos explica como para que un sistema sea antifragil, aunque parezca extraño, la mayoría de sus partes han de ser frágiles. Los sistemas anti-frágiles funcionan porque desarrollan capacidad extra en situaciones de estrés, crean a partir de lo que se rompe.

Siguiendo con esta dinámica de entender los riesgos a los que nos enfrentamos, en su libro Cisne Negro, Nassim Nicholas Taleb explora la naturaleza de lo que percibimos como eventos aleatorios y las trampas lógicas que nos hacen perder vista del panorama general. Él llama a estos eventos aparentemente aleatorios, que a menudo tienen profundas consecuencias para el individuo e incluso para la sociedad, “cisnes negros”. 

Nuestra dependencia excesiva en métodos que apelan a nuestra intuición a expensas de la precisión, nuestra incapacidad básica para entender y definir la aleatoriedad, e incluso nuestra propia biología, contribuyen a una mala toma de decisiones y a los “cisnes negros”, eventos que se cree que son imposibles, y que redefinen nuestra comprensión del mundo.

Nassim Nicholas Taleb es autor de:

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Los factores que controlan nuestro criterio

En cada interacción humana, hay ciertos factores invisibles que influyen en el resultado. El primero es la simetría, o equilibrio, de la interacción. Si queremos entender esto, debemos hacer algunas preguntas clave: ¿Quién sabe más? ¿Sabe más el comprador más que el vendedor? ¿Qué factores o disciplinas está teniendo en cuenta cada individuo?¿Cómo afecta la hora del día?¿Qué efectos tiene el contexto de la interacción

El segundo factor es el riesgo y los sesgos cognitivos. Los bias, sesgos o filtros cognitivos, son tendencias que tenemos a la hora de procesar la información, que nos llevan a obviar información sin darnos cuenta. Esto significa que siempre tenemos menos información de la que creemos, y que por lo tanto toda decisión que tomamos tiene mucho más riesgo asociado.

La diferencia en cómo procesamos información no suele ser a propósito. El bias de confirmación, o sesgo de confirmación, hace que prioricemos información que pueda ayudar a lo que queremos lograr y lo que creemos, y a dar menos importancia a  información que no queremos tener en cuenta. Este exceso de confianza, es algo que todos tenemos en mayor o menor medida, y se basa simplemente en creer que sabemos más de lo que sabemos con certeza, lo cual lleva a que midamos mal las probabilidades y los riesgos reales.

Ejemplos del bias de confirmación son como tendemos a recordar únicamente los casos de éxito cuando queremos defender una idea de negocio o el camino del emprendedor, o como podemos apostar en acciones que están en crecimiento sin entender el contexto real de este crecimiento, podría ser que simplemente acaban de recibir crédito y por lo tanto ese aumento no está relacionado efectividad económica.

Los sesgos son iguales para todos, pero el grado en que nos afecta cada tipo de sesgo varía de persona a persona. Esta es la lógica detrás del fenómeno por el cual la decisión de un grupo de expertos es más acertada que la de un individuo nace de este fenómeno.

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Los peligros de la asimetría de información 

Cuando hablamos del sistema económico actual uno de los conceptos que más se asocia es el de la oferta y la demanda. La ley de la oferta y la demanda hace referencia a cómo la relación entre la cantidad de un producto, y la ‘’cantidad de deseo’’ por ese mismo producto llevan a que se establezca su precio.

Según las palabras de Greg Mankiw, la ley de la oferta y la demanda son la clave para entender como cualquier evento afectará a la economía, ya que todo evento tendrá algún efecto sobre la oferta y la demanda de algún producto.

La oferta y la demanda nos permite ver, de forma indirecta, en que dirección va el interés de las personas, que consideran importante y por lo tanto en qué dirección irá la cultura y por ende, en qué dirección ‘’evolucionará’’ nuestra especie, ya que la cultura marca los cánones de belleza y atractivo y estos a su vez controlan nuestra probabilidad de dejar descendencia

Mankiw divide los factores que controlan la oferta y la demanda, siempre que se trate de un mercado perfectamente competitivo y que por lo tanto cumpla con:

1)Todos los productos que se ofrecen son los mismos

2)Los compradores y vendedores son tantos que ninguno tiene el poder de influenciar el mercado, algo que sabemos que nos es cierto debido a nuestros distintos bias, entre ellos el de la prueba social

Pero el mundo real no se basa en mercados perfectamente competitivos y hay miles de formas para poder modificar el precio de un producto sin que baje la demanda. En uno de sus discursos el gran Charlie Munger hace la siguiente pregunta:

¿En qué situaciones podríamos aumentar el precio de un producto y aún así aumentar el número de ventas, es decir, la demanda?

Al hacer esta pregunta muchos de los oyentes se quedan parados sin saber qué responder, y 1 de cada 50 responde que se puede conseguir simplemente si queremos dar un sentimiento de mayor calidad a nuestro producto.

Y muchos de nosotros nos quedamos en esta respuesta, pero lo que busca Munger es mucho más, Munger quiere que vayamos un paso más allá. Por ejemplo en lugar de hacerlo por calidad, podríamos hacerlo para usar el dinero extra y sobornar a los comerciales para que compren nuestro producto

Otro ejemplo sería simplemente aumentar el precio y dedicar el dinero a aumentar el marketing, ambas son formas de aumentar el número de ventas que, aun siendo obvias, por alguna razón nos cuesta ver, y según Munger esto se debe a que nos falta capacidad de síntesis.

En el libro Nassim también desarrolla esta temática, en concreto en el mundo de la inversión. Cuando el autor trabajaba para un banco de inversión, con frecuencia veía las tácticas encubiertas que usaban para vender sus acciones en exceso o no deseadas a los clientes. Estas no eran buenas acciones, y muchas veces eran opciones que solo significaban pérdidas para sus clientes.

Pero como tenían el incentivo de que estas les ofrecían un mejor porcentaje, o porque tenían que cumplir ciertos cupos, se las encasquetaban a sus clientes. Los comerciantes ocultaron información importante sobre sus verdaderas razones para vender e hicieron que su discurso de venta y la manipulación parecieran un buen consejo. 

Aunque este comportamiento puede ser legal en muchos países, no es aceptable. Si un agente, el vendedor, tiene más información sobre la transacción que el otro agente; el comprador,  se podría decir que el vendedor tiene  certeza sobre el resultado de la transacción, y el comprador carece de información. En este caso, habría que crear formas de que se corrija la asimetría de información y se le brinde al comprador más información. 

Una de las mejores formas de evitar que nos pase, es aumentando nuestro conocimiento sobre distintos temas, y asegurándonos de investigar a conciencia tanto sobre el tema, como sobre los incentivos que puede tener un vendedor. Si tenemos esto en cuenta, podemos limitar los riesgos ocultos a los que nos enfrentamos.

La falacia de la planificación 

La falacia de la planificación, hace referencia a nuestra tendencia a evaluar nuestras habilidades al alza y exagerar la capacidad que tenemos para modificar el futuro. No es un problema cuando entendemos que lo hacemos, pero si nos engañamos y pensamos que es gracias a nuestras habilidades, es posible caer muy rápido.

La falacia de la planificación nos aleja de la realidad, y alejarnos de la realidad nos lleva a incrementar el riesgo asociado a nuestras decisiones, y lleva a que caigamos en la falacia de los números pequeños.

La falacia de los números pequeños se basa en asumir que el comportamiento de un subgrupo de la población puede predecir el comportamiento del resto de la población. Un ejemplo sería ir a una escuela de otro país en tu ciudad y al ver que todos hablan 2 idiomas asumir que todo el mundo habla 2 idiomas en el país. 

Para evitar la falacia de la planificación debemos entender los números reales asociados a nuestra productividad, y en concreto a la productividad de nuestros métodos. Por ejemplo si no tenemos experiencia en el campo de la productividad seguramente nuestro tiempo se asemeje al tiempo de los demás, pero si sacamos provecho de técnicas para mejorarlo, como la de GTD o getting things donde, pasamos a ser parte de otra subpoblación.

Debemos entender a que se asocian nuestras características específicas y cómo se traduce esto en resultados, cuanto mejor entendamos nuestras características y en que se traducen a nivel poblacional, más se acercaran nuestros planes a la realidad.

Daniel Kahneman nos explica este concepto con un ejemplo de su libro Pensar Rápido Pensar Despacio. En el ejemplo, Kahnneman explica como en su juventud, junto a un grupo de profesores tuvieron que escribir un libro para explicar el concepto de bias y como nos afectan sin matemáticas, para enseñar en un instituto.

Tras trabajar en el proyecto durante 2 años Kahneman decidió preguntar a la persona mas experimentada, cuanto tiempo se suele tardar de media en hacer el trabajo que tenían que hacer, y cuál era el nivel medio de los grupos. 

La respuesta fue que el 40% de los intentos de hacer un libro fallaban, se rendían antes de acabar. De entre todos los equipos que conocía, el de Kahneman era uno de los que tenia menos recursos, experiencia y personal y los que lo lograban tardaban de media 8 años.

Según Kahneman, la respuesta inteligente sería dejar el proyecto, ya que todos en el grupo estimaban que les llevaría 4 años más o menos. Pero en lugar de dejarlo, decidieron seguir adelante con la esperanza de que podrían acabar antes de lo esperado. El resultado, les llevó 8 años acabar y nadie utilizó el libro al final.

Este es un gran ejemplo de cómo el sesgo de la planificación nos puede afectar, y se hace aún más aparente porque un grupo de personas que escribían sobre sesgos nunca se hicieron la pregunta de ¿Cuán probable es que esto salga?

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