
Resumen del libro Employee to Entrepreneur por Steve Glaveski
Reseña/Sinópsis: Employee to Entrepreneur (2018) demuestra cómo pasar de la mentalidad de empleado a la de emprendedor, y cómo podemos perseguir un propósito en nuestro trabajo mientras evitamos las trampas que encuentran la mayoría de los emprendedores primerizos. Con estrategias prácticas para lanzar y probar nuestras ideas, esta exploración de la mentalidad emprendedora demuestra que cualquiera puede sentirse satisfecho en el trabajo y en la vida cuando está equipado con las herramientas y la actitud adecuadas.
¿Quién es Steve Glaveski?
Steve Glaveski es cofundador y director ejecutivo de Collective Campus, un acelerador de innovación con sede en Australia y Singapur. También presenta el galardonado podcast Future Squared y es el autor de Time Rich.
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La tecnología ha cambiado por completo nuestra sociedad
Imaginemos que hace diez años alguien nos hubiera dicho que apretaríamos un botón en nuestro teléfono y, en cuestión de minutos, un coche se acercaría a nosotros. No solo eso, sino que podríamos pagar el servicio sin ningún intercambio físico y llegar a nuestro destino exacto sin decir una palabra al respecto.
Hoy en día, las aplicaciones para compartir coches como Uber pueden no parecer un milagro. Esta disparidad demuestra cómo la tecnología está transformando nuestras normas socioculturales. Y pasa a un ritmo que solo se acelera, según un concepto conocido como la ley de Moore.
Aprender a adaptarse al cambio es tener éxito en la actualidad. La ley de Moore observa que desde la década de 1960, el poder de cómputo se ha estado duplicando de 18 a 24 meses. Para visualizar el impacto del crecimiento exponencial, imaginemos que caminamos un metro hacia adelante y luego duplicamos la distancia al día durante 30 días.
Empezaríamos dando pequeños pasos pero, al final de la era gótica, habríamos caminado mil millones setenta y tres millones de metros. De la misma forma, ideas como la realidad virtual inmersiva, los coches autónomos y las naves espaciales comerciales están pasando más de la ciencia ficción a la realidad científica.
El crecimiento exponencial de las tecnologías informáticas está alterando los modelos comerciales tradicionales y los costes de la cadena de suministro. Y no solo está conduciendo a la automatización de los trabajos humanos, sino que también parece estar creando una fuerza laboral más miserable.
La mayoría de las grandes organizaciones de hoy en día están plagadas de culturas que no se adaptan al ritmo de rápido cambio del mundo. Los empleados corporativos están agobiados por culturas obsoletas de planificación excesiva, reuniones innecesarias, políticas de oficina y presupuestos reventados. Por lo tanto, no sorprende que la mayoría de los trabajadores asalariados en las economías occidentales, desde Estados Unidos hasta Australia, se sientan insatisfechos con sus trabajos.
Los empresarios están bien posicionados en respuesta a estos cambios económicos y sociales en curso. Tampoco es coincidencia que desde 2014, la economía freelance en Estados Unidos ha estado creciendo tres veces más rápido que el resto de la economía laboral. Mientras tanto, la financiación de capital de riesgo global aumentó un 50 por ciento solo en 2017.
Aprender a adaptarse al cambio es emprender, pero es una característica si queremos en un mundo que seguirá moviéndose a un ritmo sin precedentes
La ley de Moore y el futuro de los trabajos
Si no tenemos cuidado, cualquiera de nosotros podría verse superado por el desarrollo de las nuevas tecnologías. Esto se debe a que la tasa de cambio crece exponencialmente. La cantidad de conocimiento que se genera cada año, implica que siempre tenemos información y tecnologías que podemos mejorar. Y la gran cantidad de inversión que estan recibiendo estas empresas y startups significa que se pueden desarrollar varias ideas y soluciones en paralelo. El resultado es que cada poco años se “revoluciona” algún campo.
Estamos en un punto en el que la innovación impulsada por la tecnología se adelanta a nuestra propia capacidad de adaptación. El director ejecutivo de la empresa de investigación secreta de Google, X, Eric Astro Teller, dibujó recientemente un gráfico que rastrea el desarrollo de la adaptabilidad humana y el avance tecnológico. Mientras que la línea humana avanza de forma constante, la línea de tecnología se dispara y se aleja de la tasa de adaptabilidad humana.
La ley de Moore nos muestra como el desarrollo sigue la misma trayectoria que una función exponencial, empieza bajo y va subiendo poco a poco hasta que de golpe se dispara. La ley de Moore se hizo inicialmente para ver como cambiaba la capacidad de procesamiento de los chips con el tiempo pero se vio con el tiempo que se podría aplicar al desarrollo tecnológico en general
Nosotros estamos actualmente al principio de esa curva, no hace tanto que realmente empezamos a desarrollar la tecnología y solo una vez que empezamos a hacerlo fuimos viendo lo rápido que avanza, de forma que ahora quizá cada mes tenemos la misma tasa de desarrollo que habíamos tenido en la antigua grecia, simplemente por cantidad de gente que hay trabajando en cada tema y como estos se conectan
Y lo mejor es que esta velocidad no ha llegado a su máximo ni mucho menos, sino que estamos en pleno crecimiento y seguramente se vaya haciendo todo mucho más rápido en los próximos años
Ahora estamos aún en la época de la inteligencia artificial específica. Sabe muy bien como hacer tareas muy concretas, pero no es hasta que lleguemos al nivel de la inteligencia artificial general que será capaz de hacer lo que hace un humano pero mucho mejor Y una vez que llegue a ese nivel el próximo es el de super-inteligencia artificial y este será el punto en el que superaría todo lo que podemos imaginar
Según algunos pensadores como Kurzweil esto podría ser en este siglo aunque muchos otros dicen que quizá lleve unos cientos de años.
Para mantenernos en la vanguardia de nuestro campo, hay tres cosas principales que podemos hacer. Primero, debemos involucrarnos. Esto significa mantenernos comprometidos de forma proactiva con lo que está sucediendo, y no en nuestro propio campo, sino con el mundo en general.
En segundo lugar, deberíamos activarnos. Dicho de otro forma , cuando sintamos los vientos del cambio soplar, debemos aprender a adaptarnos rápidamente. Se trata de identificar las oportunidades que vienen con el cambio más que de insistir en los aspectos negativos.
Por último, soltarnos. Esto implica dejar ir todo lo que pueda estar parandonos. eso es miedo al futuro mismo. O tal vez se trate de un problema de probar algo nuevo porque estamos comprometidos con la forma anterior. Sea lo que sea, tenemos que dejarlo ir, abrir las velas y zarpar hacia nuevas aventuras.
¿Qué cualidades humanas seguirán siendo apreciadas?
A medida que innovamos más rápido, podemos estar seguros de una cosa. Muchas de nuestras tareas actuales serán automatizadas, especialmente aquellas que son repetitivas o requieren procesamiento de datos.
Esto plantea una pregunta. Si las máquinas son mejores en las funciones mecánicas y de procesamiento de datos, ¿qué cualidades humanas seguirán siendo apreciadas?
Podría decirse que la clave es la creatividad. Es una de las cosas que nos diferencia de las máquinas, al menos por ahora. Debemos aprovechar nuestra creatividad para sobrevivir en el futuro.
Varios artículos demuestran cuán vital es la creatividad en el mundo empresarial. En 2016, el gigante del software Adobe publicó los resultados de una encuesta global que revelaron que aquellos que se identifican como “creadores”, tenían un salario un 13 por ciento más alto que los no creadores. En los Estados Unidos, esto hace referencia a profesiones como los desarrolladores de software, arquitectos o diseñadores gráficos.
La encuesta encontró que dos tercios de los entrevistados pensaban que las personas creativas son mejores líderes, padres y estudiantes. Se descubrió que los creadores eran más propensos que los no creadores a identificarse como “innovadores”, “fiabiles”, “solucionadores de problemas” y “felices”
Pero, a pesar de todas las buenas noticias para los creadores, la encuesta encontró que solo el 44 por ciento de los encuestados estaba a la altura de su potencial creativo. Eso es mucha creatividad desperdiciada.
Aunque no nos consideremos creativos, todos tenemos un lado creativo, y para sacarle partido nos recomienda lo siguiente:
Primero, adaptación. Cuando se trata de desarrollar la parte del cerebro responsable de la creatividad, una cosa que acelera el proceso es hacer cosas fuera de nuestra zona de confort. Este es un tipo de tratamiento de choque para poner en acción nuestras cualidades creativas. Algunos de los mayores genios de la historia entendieron esto instintivamente y adoptaron rutinas peculiares para ayudarlos a crear.
El inventor y padre fundador Benjamin Franklin pensó que era productivo cuando estaba desnudo y tenía frío. Y el compositor Igor Stravinsky hacia el pino durante minutos cada mañana.
Lo siguiente a tener en cuenta es que la visualización es vital. Cuando podemos imaginar nuestro objetivo final, las vías neuronales de nuestro cerebro se activan como si estuviéramos haciéndolo. La visualización ayuda a nuestro cerebro a prepararse para el trabajo que tenemos que hacer.
