Resumen del libro El Pequeño Libro de la Productividad por Scott Young (The Little Book of Productivity)
Resumen corto: En un mundo que en cambio constante, es imprescindible adquirir nuevos conocimientos y habilidades en el trabajo y en cualquier aspecto de nuestra vida. En este libro Scott Young nos enseña cómo sacarle más partido a nuestro proceso de aprendizaje. Por Scott H. Young
Colección de Los mejores libros de Productividad y Aprendizaje(PDF)


Cómo superar la procrastinación
El primer paso, es tener una razón para ser productivos. La mejor forma de aumentar nuestra efectividad al aprender cualquier habilidad, es aumentar nuestras ganas de aprenderla. Por eso, siempre debemos centrarnos en las habilidades que más curiosidad nos generen.
Una de las anécdotas de Warren Buffett que ilustra la idea es la siguiente: Cuando su piloto Mike Flint le preguntó cómo podía determinar sus prioridades profesionales, Buffett le dijo que enumerara sus 25 objetivos más importantes y luego marcara los cinco primeros. Después de completar el ejercicio, esperaba que Buffett le recomendara centrarse en los 5 principales, pero que dedicase algo al resto. Pero no lo hizo. Buffett le dijo que evitara los 20 últimos a toda costa, porque sólo se interpondrían en el camino.
Sin importar si lo que queremos aprender es algo que esperamos que cambie nuestra carrera o simplemente un pasatiempo, se aplica la misma lógica. El autor nos recomienda que dejemos de lado la idea de centrarnos en lo que apenas nos genera curiosidad y que nos centremos en lo que nos apasiona..
Esto no garantiza que nos mantengamos motivados, pero seguro que maximiza las posibilidades. Cuanto menos esfuerzo tengamos que poner en “recargar las pilas” para seguir adelante, más probable sera que aprendamos una habilidad. Las primeras horas de aprendizaje son siempre las más brutales, porque nos enfrentamos a la diferencia entre nuestras expectativas y la realidad.
Multitasking e internet
El fenómeno de multitasking no es para nada nuevo, es algo a lo que nos hemos enfrentado como especie desde nuestros inicios, pero en los últimos años su efecto se ha hecho mucho más pronunciado.
Se ha visto que nuestra dependencia de plataformas como las redes sociales, y el uso de plataformas que requieren periodos de atención cada vez más cortos, como puede ser el caso de Tik Tok, está incrementando el efecto del multitasking, al inculcar hábitos de multitasking.
Cada vez somos más cuidadosos con donde usamos nuestra atención y esto lleva a que las redes usen contenido más corto, para reducir el sentimiento de aversión a la pérdida, y con ello aumentar la probabilidad de que estemos dispuestos a mirarlo, sin darnos cuenta del coste real asociado a mirar uno más de esos videos de 1 minuto.
De esta forma, cada vez que usamos una de estas plataformas estamos entrenando a nuestros cerebros para que esperen una recompensa, en forma de un subidón de dopamina, cada poco minutos, de forma que se hace cada vez más difícil que podamos disfrutar otras formas de entretenimiento que requieren una mayor concentración.
Y esto nos lleva a lo que realmente importa, cómo podemos desarrollar el hábito de concentrarnos, y con ello aumentar la efectividad de nuestras horas de trabajo, para poder crear tiempo para lo que consideramos importante.
Cómo mejorar nuestra concentración y hacer trabajo profundo
Por suerte, de la misma forma que podemos perder la capacidad de concentrarnos a través de usar las redes sociales en exceso, también podemos mejorar nuestro focus a través de entrenarlo a diario y crear hábitos para ello.
Esto se consigue gracias al fenómeno conocido como neuroplasticidad, que básicamente hace referencia a la capacidad de nuestro cerebro de moldearse a distintas situaciones y en el proceso desarrollar nuevas habilidades para adaptarse a nuestras nuevas necesidades. Gracias a la neuroplasticidad podemos aprender nuevos idiomas, podemos aprender a jugar nuevos deportes, crear nuevos hábitos y mejorar la efectividad de nuestro trabajo.
El primer paso para ello, es aceptar que debemos limitar nuestro uso de las redes sociales, algo que muchos de nosotros no estamos dispuestos a aceptar pero que como todo, se convierte en un problema de pros y contras.
Si consideramos que nuestra vida está bien tal y como está, no hace falta que trabajemos nuestra concentración, o al menos no que tomemos medidas drásticas. Pero si en cambio queremos mejorar nuestra productividad y efectividad, debemos aceptar que la concentración es una de las habilidades más importantes.
Una de las formas de trabajar la concentración es simplemente elegir formas de pasar el tiempo que requieran más concentración pero que a su vez, nos permitan disfrutar el proceso. Un ejemplo sería leer libros de fantasía, o ver películas o series con una trama compleja, de esta forma podremos trabajar nuestro focus a la vez que disfrutamos del tiempo libre.
Otro enfoque es el de la meditación y la introspección, dedicar tiempo a pensar y concentrarnos nos permite desarrollar el hábito de pensar y abstraernos y con ello podemos mejorar tanto nuestra concentración como nuestra creatividad.
El mundo es cada vez más competitivo, y se hace necesario desarrollar la capacidad de hacer ciertas tareas mejor que otros, para crear nuestro propio leverage. Si podemos hacer tareas que otros no pueden debido a su complejidad o el tiempo que lleva aprender a hacerlo, podemos crear oportunidades y con ello poder aumentar el valor de nuestro tiempo para acercarse aunque sea un poco a su valor real. Para ello debemos crear sistemas que nos permitan mejorar constantemente, y la clave de estos sistemas es la concentración.
Realmente no importa qué tipo de actividad decidamos hacer, tan solo hace falta que sea algo que disfrutemos, y que requiera concentración y metacognición, es decir pensar en lo que pensamos, porque ambas son las claves para la maestría, y la mejor forma de asegurarnos de hacerlo es si lo disfrutamos.
