
Resumen del libro Cómo Adam Smith puede cambiar tu vida por Russell David “Russ” Roberts 2015
Resumen corto/Sinópsis: Cómo Adam Smith puede cambiar tu vida resucita el trabajo de Adam Smith, el influyente economista y filósofo, su libro seminal, La teoría de los sentimientos morales. El autor aplica las ideas de Smith a la vida moderna, mostrándonos cómo mejorar nuestra satisfacción, mejorar nuestras relaciones con los demás y, tener un impacto positivo sobre el mundo.
¿Quién es Russell David “Russ” Roberts?
Russell David es investigador de Stanford, presidente designado del Colegio Shalem en Jerusalén, el presentador galardonado del podcast semanal EconTalk y autor de varios libros de economía, incluidos
- The Choice: A Fable of Free Trade and Protectionism
- The Invisible Heart: An Economic Romance
- The Price of Everything: A Parable of Possibility and Prosperity
- Gambling with other people’s money: how perverted incentives caused the financial crisis
- Cómo Adam Smith puede cambiar tu vida
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¿Qué es el amor propio según Adam Smith?
Imaginemos que justo acabamos de oír en las noticias que un terremoto en una tierra lejana mató a millones. Ahora imaginemos que el médico nos dice que tienen que operarnos por un problema en el corazón y que la única solución es una operación aún en fase experimental. ¿Qué situación nos molestaría más: millones de muertos o pasar por una operación experimental?
Aunque intentemos convencernos de lo contrario, probablemente nos preocuparía más la segunda, que la muerte de un extraño. Adam Smith, el famoso economista de “The Wealth of Nations”, y quien popularizó el concepto de revolución industrial y en parte el papel del estado en la economía, acuñó la frase “amor propio” para describir esta tendencia.
El amor propio, en este contexto, se refiere a la creencia de que somos egoístas, que no podemos evitar priorizar nuestras vidas e intereses por encima de todo. Aunque el amor propio está arraigado en la naturaleza humana, Smith afirmó que tiene límites, como intentar sacrificar a otra persona, a propósito, para beneficiarnos.
Aunque estos límites son muchas veces difíciles de establecer y dependen del contexto. Un experimento que demuestra esto, es en el que le preguntaron a un grupo de personas si preferirían sacrificar a una persona para salvar a varias, pulsando un botón que en principio desviaría el tren en una dirección u otra. Ante esta situación la mayoría decía que prefería sacrificar a una persona antes que a varias.
Pero al cambiar el experimento por una situación en la que para salvar a esas personas “debían empujar” a una persona para “parar el tren”, las respuestas cambiaron y ahora preferían no hacer nada, es decir, sacrificar al grupo de personas para salvar a un único individuo. Este es un ejemplo de lo difícil que es saber que haremos, y el papel del contexto.
Y aquí es donde entra lo que Adam Smith llama nuestra conciencia. Smith la equipara a un observador que nos empuja a actuar con honor observando y juzgando nuestras acciones, guiándonos y desalentando conductas inmorales. Parecido al concepto de “voz interna” que mencionaba Sócrates, hacer caso a esta “voz” es una buena forma de mejorar nuestro comportamiento a propósito.
Un ejemplo que menciona el autor, es como cuando empezó a producir podcasts, tenía la mala costumbre de hablar y no permitir que hablaran sus invitados. Sin embargo, después de que los oyentes se quejaran de su excesiva cháchara, el autor invocó a su observador interno y escuchó el programa desde la perspectiva de otra persona. Y cuando se dio cuenta de que los oyentes tenían razón, cambió de tono y se esforzó por dar más tiempo a sus invitados. Debido a que escuchó a su observador interno, eventualmente mejoró su podcast.
¿Cuál es la clave de la felicidad según Adam Smith?
Todo el mundo quiere saber cuál es la clave de la felicidad. Y en el caso de Adam Smith la felicidad es algo que conseguimos cuando cumplimos con dos deseos, el de ser amados, y el de gustar y caer bien. No solo queremos ser respetados, sino que también queremos ser dignos de tal respeto y honor.
Pero este aprecio no puede ser algo vacío, buscamos que nos aprecien por algo que nos hemos esforzado en conseguir. Y también afecta la importancia que asociamos a la habilidad, por ejemplo, es mucho más probable que alguien se sienta honrado si elogiamos su hobby, que si elogiamos alguna de sus habilidades laborales, porque para muchas personas el trabajo no es una expresión de quien son.
Otro factor a tener en cuenta es el concepto de “justicia”, algo que parece que entendemos de forma intuitiva y que se relaciona con si creemos que merecemos algo. Si creemos que nos “hemos ganado algo de forma justa”, es más probable que lo disfrutemos.
No estaremos satisfechos con los elogios a menos que creamos que nos los hemos ganado. Con ese fin, debemos tener en cuenta a Warren Buffett y Charlie Munger, unos de los inversores con más éxito de la historia, y Bernie Madoff, un ex corredor de bolsa que fue condenado por fraude. Antes de ser detenido, Madoff amasó una fortuna defraudando a la gente de sus ahorros.
No hay duda de quién fue más feliz, según Smith. Porque, a pesar de haber sido elogiado antes de su arresto y haber conseguido estatus social, Madoff sabía que no merecía el elogio y, por lo tanto según Adam Smith, no podría haber sido feliz.
Buffett y Charlie, o ejemplos como Sam Walton o Elon Musk, Nassim Nicholas Taleb o Tim Ferros, en cambio, se ganaron el respeto del que disfrutan ahora, de forma justa. Según el economista, si queremos ser felices, no podemos engañarnos a nosotros mismos a través de buscar reconocimiento que “no nos merecemos”.
¿Qué es el sesgo de confirmación o autoengaño según Adam Smith?
Según Adam Smith tendemos a que tendemos a autoengañarnos creyendo que nuestro comportamiento es más respetable/honorable de lo que es. Y se refirió a este proceso mental como autoengaño. El autoengaño es común, como debería ser. Es difícil admitir que hemos hecho algo mal; y a menudo es más fácil mentirnos a nosotros mismos, convenciéndonos de que nuestro comportamiento es aceptable.
Smith llegó a estas conclusiones en el siglo XVIII, y la ciencia las ha desarrollado. Varios estudios han identificado un fenómeno conocido como sesgo de confirmación, que ocurre cuando las personas enfatizan la prueba que respalda sus teorías mientras ignoran las que contradicen sus creencias.
Por ejemplo, dos economistas de diferentes escuelas tendrán predicciones contradictorias sobre los efectos de un paquete de estímulo del gobierno, a pesar de que ambos se basan en la misma información. Si estamos a favor de que el gobierno participe en los mercados buscaremos formas en que esta medida ha ayudado. Mientras que si estamos a favor de la idea de libre mercado, es probable que estemos en contra.
Ambos economistas simplemente quieren prueba que dé validez a su trabajo. El sesgo de confirmación es evidente en nuestra vida diaria. Pero estas justificaciones son una forma de autoengaño: estamos intentando convencernos de que no nos equivocamos, aunque el autoengaño no parezca ser un problema, puede serlo si acaba creando una burbuja que nos separa de la realidad. Si perdemos contacto con el mundo que nos rodea estamos perdiendo la única herramienta que nos permite aprender y mejorar.
