
Resumen del libro Before Happiness por Shawn Achor
Resumen corto: Before Happiness (2013). ¿Cuál es el secreto de la satisfacción y el éxito? Muchos de nosotros pensamos que todo se reduce a la suerte. Algunas personas obtienen una mano de cartas ganadora: familias adineradas, cuerpos sanos, personalidades alegres o un alto coeficiente intelectual.
Pero esto no puede explicar todas las respuestas, porque hay personas que logran la satisfacción y el éxito a pesar de obstáculos como la pobreza y la enfermedad. Según el autor, el truco esta en lo que él llama “genio positivo” y les permite sacar provecho de cualquier situación, y esta es una habilidad que cualquiera de nosotros puede desarrollar.
Este libro es una guía de autoayuda que, analiza lo que debemos tener antes de que podamos lograr estas nuestras metas, para que consigamos nuestras metas, y no tengamos el problema de sentirnos vacíos después de cumplirlas.
¿Quién es Shawn Achor?
Shawn Achor es uno de los principales defensores de la psicología positiva en el mundo. Después de enseñar e investigar en Harvard durante doce años, se convirtió en director ejecutivo de Good Think Inc., una empresa de consultoría con sede en Cambridge, donde continúa con sus estudios. Es autor de un libro superventas, La Felicidad Como Ventaja
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¿Qué hace falta para sentirnos bien?
Algunas personas señalarían el dinero, las conexiones sociales o algún otro tipo de recurso externo. Otros podrían decir, todo lo que importa está en el interior; para ellos, todo se trata de cualidades como inteligencia o talento.
Ambas perspectivas tienen su peso, asi que para entenderlo mejor, miremos la situación opuesta. Muchas personas no tienen dinero ni amigos poderosos, y aun así logran la satisfacción y el éxito. Otros son miserables e improductivos, a pesar de su excepcional inteligencia y talento.
Y luego están aquellos que encuentran formas de ser felices y exitosos aunque se consideren promedio. ¿Qué explica estas diferencias? Según el autor, la respuesta tiene que ver con cómo las personas perciben la realidad.
La satisfacción y el éxito dependen de la percepción. Ya sea que queramos escribir una novela u obtener un ascenso, nuestra capacidad para lograr cualquier cosa en la vida depende de tener ciertos recursos internos a nuestra disposición.
Necesitamos energía, concentración y habilidades relevantes junto con inteligencia intelectual, emocional y general. Si aprovechamos nuestros recursos, mejoraremos nuestras posibilidades de éxito en lo que sea que estemos intentando hacer.
Pero la palabra crucial aquí es “si”. No importa con cuántos recursos hayamos sido bendecidos, no nos servirán de nada si no los usamos. Y ahí es donde la percepción entra en la ecuación. Digamos que tenemos mucho talento, inteligencia y más, pero no vemos ningún camino hacia una promoción.
Tal vez tenemos un jefe que no nos apoya y parece interponerse en nuestro camino, o un proyecto que parece imposible de llevar adelante. Sin importar la situación, si percibimos nuestros obstáculos como insuperables; probablemente nos rindamos y los superemos.
Por el contrario, cuanto más percibamos nuestros objetivos como cosas que se pueden lograr, más motivados estaremos para lograrlos. Y probablemente arrojaremos todos nuestros recursos hacia ellos. Eso no garantiza el éxito, pero nos da la oportunidad de luchar.
La realidad y nuestra percepción
Cómo percibimos la realidad es importante, pero ¿qué pasa con la realidad real que estamos percibiendo? ¿Qué pasa si nuestro jefe no tiene apoyo o nuestra carga de trabajo es pesada?
Tal vez nuestro camino hacia la promoción parezca estar bloqueado porque, de hecho, está bloqueado. En ese caso, se podría argumentar que el problema no es nuestra percepción de la realidad, sino la realidad misma. Podríamos engañarnos a nosotros mismos para adoptar una percepción diferente, pero eso no cambiaría los hechos concretos, ¿o sí?
Hay un elemento de verdad en este argumento. La realidad es la que es, y nuestras percepciones la reflejan de una forma u otra. Pero, ¿cómo y por qué lo reflejan cómo lo hacen? Ahí es donde las cosas se ponen interesantes.
Varios artículos de psicología han demostrado que nuestra forma de ver el mundo aumenta o reduce la dificultad de las tareas, siempre y cuando la diferencia entre nuestra percepción y la realidad no sea enorme. Podemos pensar en ello como cuando nos despertamos y decimos que no queremos ir al gimnasio porque estamos cansados, pero vamos aun asi y vemos que podemos hacer lo mismo de siempre sin problemas. Parecía imposible, pero al intentar hacerlo vemos que solo era nuestra mente jugándonos malas pasadas.
La misma cantidad de trabajo podría sentirse más liviana o más pesada, dependiendo de si nos sentimos enérgicos o cansados, positivos o negativos. Y ese es un ejemplo de un fenómeno más general.
Muchos otros factores pueden hacernos percibir el mismo desafío como más o menos difícil según nuestras creencias, actitudes, emociones, pensamientos e incluso otras percepciones.
¿Cómo aumentar nuestras probabilidades de éxito?
Podríamos recordarnos a nosotros mismos que podemos sentirnos así porque estamos cansados o en un estado mental negativo. Darse cuenta de esto nos permite buscar soluciones para mejorar nuestra situación.
Tal vez necesitamos mejorar nuestro sueño o nuestra dieta. Eso nos dará algo de energía extra y la tarea se volverá más manejable. ¿Por qué? Podemos cambiar nuestras percepciones de la realidad, y al hacerlo, podemos cambiar nuestra propia realidad.
Digamos que empezamos a comer y dormir mejor, y eso hace que nuestra carga de trabajo parezca más ligera. Esto pasa porque nuestra mente ahora tiene más energía, es capaz de hacer un trabajo más pesado. Eso hace que nuestro cerebro perciba la carga como más fácil.
Esto, a su vez, nos motiva a poner más de nuestra inteligencia, habilidades y otros recursos para lograr nuestra meta. Y eso hace que el objetivo en sí sea más fácil de lograr. Es todo un poco como una profecía autocumplida. Al hacer que nuestra tarea parezca más sencilla, la hacemos más fácil en la realidad.
Esto se consigue cuando, estamos haciendo algo activamente para cambiar nuestra percepción, en este caso, dormir mejor. Aprovechar el poder de la percepción no se trata del “pensamiento positivo” ni del “optimismo” que defienden muchos proponentes/expertos de la autoayuda. Se trata de hacer cosas que nos permitan ver nuestra situación desde una perspectiva diferente. Nuestro sueño y nuestra dieta son dos ejemplos, pero hay muchos más.
