
Resumen del libro Vida a la Velocidad de la Luz (Life at the Speed of Light) por Craig J. Venter
Resumen corto: Life at the Speed of Light (2013) narra el trabajo del autor y su equipo en la creación de la primera forma de vida sintética del mundo.
¿Quién es J. Craig Venter?
J. Craig Venter es bioquímico y genetista, y se le considera uno de los principales científicos del siglo XXI. En 2001, Venter publicó la secuencia completa del genoma humano. Es el fundador de Celera Genomics, el Instituto de Investigaciones Genómicas (TIGR) y el Instituto J. Craig Venter (JCVI). Venter es el autor del libro Life at the Speed of Light.
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“¿Qué es la vida?”
El estudio de la biología plantea una pregunta: “¿Qué es la vida?” Fue exactamente esta profunda pregunta la que llevó al físico Erwin Schrödinger a realizar una serie de conferencias innovadoras que provocaron una revolución en la forma de interpretar la vida. (Schrödinger, premio Nobel, es conocido por su trabajo pionero en física cuántica).
En 1944, Schrödinger publicó ¿Qué es la vida ?, un libro sobre sus conferencias. En él, examina lo que hace que los humanos “funcionen” y sienta las bases para la investigación genética moderna.
Schrödinger fue uno de los primeros pensadores en sugerir que todo lo que sucede en una célula puede explicarse únicamente a través de procesos físicos y químicos. Hasta el momento la concepción de la vida como algo mas que un resultado de lo material seguia presente. Esta visión de la vida como una union entre lo material, el cuerpo, y lo inmaterial, nacio en la Antigua Grecia, defendida por pensadores como Platón, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Descartes, Kant, y muchos más. Esta idea ha sido la base del pensamiento cientifico, y por lo tanto de los sesgos cognitivos, hasta hace relativamente poco.
Y es exactamente este elemento de ir en contra de lo que se pensaba hasta ahora, lo que hizo tan revolucionario su libro. Las ideas de Schrödinger inspiraron a los científicos James Watson y Francis Crick en su propio trabajo, lo que llevó al descubrimiento de lo que ahora conocemos como el código genético de la vida humana.
Watson y Crick observaron más de cerca el ADN y descubrieron que ahora es una conocida forma de doble hélice. Identificaron al ADN (ácido desoxirribonucleico) como el portador crucial del código que determina la información genética de un organismo.
También descubrieron cómo el ADN se reproduce y transmite su información de generación en generación, trabajo que les valió un Premio Nobel en 1962. Antes de sus esfuerzos, se creía comúnmente que las proteínas, y no el ADN, eran los portadores de información genética.
Los científicos siempre fumadores han trabajado para desentrañar aún más el ADN y muchos misterios. Y desde 1970, cuando Crick estableció firmemente el proceso por el cual la información genética se transmite a través del ADN, los científicos han trabajado diligentemente para deconstruir y comprender todo el código genético.
Latente en este trabajo es la suposición de que toda la vida biológica puede reducirse al nivel celular, un eco de la hipótesis de Schrödinger y el efecto de sus conclusiones.
El debate sobre el concepto de vida
Desde el siglo XIX, la comunidad científica ha debatido el concepto de vida artificial y el potencial para su creación. El debate comenzó en serio en 1828, cuando el químico alemán desafió la idea de que los materiales orgánicos e inorgánicos difieren de forma fundamental. Para demostrar que esta noción era falsa, sintetizó químicamente la urea, el componente principal de la orina.
Tal hazaña puede parecer poco importante hoy, pero en su momento fue impactante. El ser humano llevaba milenios aferrandose a la idea de que la vida humana era especial, pero esto demostró que en realidad no somos más que un objeto más en el universo.
Desde este descubrimiento, se ha abierto una grieta. Por un lado están los que creen que la “vida” está determinada exclusivamente por procesos celulares o reacciones físicas y químicas. Por otro, los individuos que se adhieren a la idea del vitalismo, que postula que la vida depende de un “alma” o de alguna función vital que la nos da nuestra esencia.
La segunda postura ha sido la predominante durante siglos, siguiendo las ideas de Platón y Aristóteles, pero cada vez son más los que se adhieren a la primera. Pero sin importar cual es la respuesta a esta pregunta, el autor considera que el principal problema a abordar son peligros potenciales que implica “jugar a ser dios”.
Aquellos que tienen una mentalidad más moralista temen que la creación de vida artificial produzca un castigo horrible desde lo alto; o incluso que la vida artificial inteligente pudiera desarrollarse más allá de nuestro control. La literatura popular retomó este tema en la historia del científico loco Frankenstein.
Y hoy en día esta pregunta no se limita a la “vida artificial” como muchos la imaginaban, sino también a como puede avanzar la inteligencia artificial y el concepto de superinteligencia. Las representaciones de cyborgs asesinos en la película Terminator, así como un sistema de inteligencia artificial que salió mal en A Space Odyssey, indican la preocupación de la sociedad por la “vida” artificial.
Pero los temores populares no han detenido el tren de la ciencia. Hoy en día, el campo de la química, la biología y la informática se han unido para dar lugar a la genómica y la ciencia genética modernas.
La era de la edición genética
No podemos exactamente arrojar genes en un tubo de ensayo, agitarlos y esperar que den lugar a cambios, pero los científicos han encontrado una forma sencilla de introducir el código genético en ADN de forma controlada.
Los científicos descubrieron que al usar ciertas proteínas, se pueden “cortar” y luego “pegar” trozos de ADN. Estas proteínas únicas, llamadas enzimas de restricción, se descubrieron por primera vez en bacterias en la década de 1960.
Las enzimas sirven como las “tijeras” químicas para cortar un trozo de ADN de una hebra, creando un espacio que luego puede llenarse con un nuevo trozo de ADN.
Este proceso se llama empalme de genes. Desde su descubrimiento, los científicos han adquirido una mejor comprensión del papel del ADN en la vida biológica. En la década de 1970, los científicos realizaron el primer empalme genético utilizando bacterias más complejas.
El empalme de genes ayudó a los científicos a descubrir más sobre cómo los defectos genéticos pueden provocar enfermedades hereditarias como la fibrosis quística y otras afecciones.
Desde entonces, el progreso ha sido rápido y los experimentos de empalme de genes se volvieron más complejos, utilizando mamíferos como ratones. Con cada avance, el estudio de la genética se expandió e incorporó nuevos descubrimientos, como el papel del ARN (ácido ribonucleico) en la replicación de genes.
El ADN es el código de la vida, el ARN es la forma que usa para dar instrucciones sobre que proteínas se deben crear.

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