
Resumen del libro Usted puede sanar su vida por Louise Hay
Reseña/Sinópsis: Usted puede sanar su vida (1984) es un clásico que ha vendido más de 39 millones de copias, y combina consejos y espirituales para superar problemas emocionales y físicos, cambiando para siempre nuestras vidas.
¿Quién es Louise Hay?
Louise Hay fue speaker motivacional, autora y editora. Hay estudió con el Maharishi Mahesh Yogi, quien estuvo asociado con los movimientos del Nuevo Pensamiento y la Ciencia Religiosa.
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Nosotros tenemos el control de nuestros pensamientos
A muchos nos sorprendería descubrir que casi todo el mundo ha de lidiar con pensamientos negativos, sin importar lo positivos que parezcan, o la fuerza de su carácter, todos tenemos nuestros momentos de debilidad. La razón por la que no nos solemos dar cuenta de esto, es que desde pequeños aprendemos a esconder nuestra vulnerabilidad, especialmente cuando tenemos una gran familia y una buena carrera.
Este era el caso de la autora. Todo comenzó cuando estaba dando unas charlas en una iglesia bautista. La primera que dio fue sobre los demonios y su determinación de atacar a la fe. Después del discurso, un hombre enojado se le acercó y le dijo “vamos a por ti.”No mucho después hubo un extraño corte de energía justo antes de su próxima charla.
Estas experiencias iniciaron una espiral que terminó haciendo que Allen se sintiera ansiosa todo el tiempo. Las cosas no empezaron a mejorar hasta 18 meses después, cuando se dio cuenta de la importancia de tomar el control de sus pensamientos. Pronto se dio cuenta de que tenía el poder de elegir el bien sobre el mal, y eso fue lo que hizo.
El “demonio” de los patrones de pensamiento negativos nos llega a todos en algún momento, y no tiene por qué ser el final. Para superarlo, la autora nos recomienda recordar siempre que tenemos el control de nuestra mente, y que gran parte de lo que imaginamos que puede pasar, no tiene porqué ocurrir. Nuestros miedos tienen mucho más poder dentro de nuestra cabeza, que en la realidad.
La importancia de retomar el control de nuestras vidas
Sentirnos obligados a hacer algo nos priva de su alegría. Lamentablemente, muchos de nosotros pasamos por la vida como si nuestras experiencias nos fueran impuestas. Ya sea una entrevista de trabajo fallida, un rechazo de un ser querido o incluso un autobús perdido, nos vemos como las víctimas infelices de las circunstancias de la vida.
Un ejemplo que el autor menciona para ilustrarlo es el de William James. Nació en una familia adinerada en los Estados Unidos del siglo XIX. Se paso sus primeros años sufriendo de mala salud, experimentaría episodios de vómitos y espasmos en la espalda. Su primer sueño era convertirse en pintor, pero luchó por dejar su huella, y las críticas de su padre lo hicieron detenerse. En cambio, decidió seguir una carrera en medicina y luego abandonó la escuela de medicina.
Infeliz, sin apoyo familiar ni trabajo, James consideró el suicidio. Pero luego, leyó sobre el trabajo del filósofo Charles Sanders Peirce. El argumento central de Peirce era que todos deberían asumir la plena responsabilidad de su propia vida.
James se dio cuenta de que su desdicha provenía de su creencia de que era víctima de influencias externas. Ya fuera por su enfermedad o por las críticas de su padre, culpaba de su situación a cosas que no podía controlar, y esto lo hacía sentirse impotente. Se dio cuenta de que era responsable de su vida y sus acciones. Después de años de arduo trabajo, James se convirtió en un pionero en psicología.
Entonces, si nos sentimos víctimas, debemos enfocarnos en comprender nuestros errores, para poder evitarlos en el futuro.
Imagínese esto: somos altos directivos de una gran e ilustre empresa. Nos gusta nuestro trabajo y la vida que estamos viviendo. Ahora, imagina que tenemos la oportunidad de llegar directo a la cima. Sin embargo, la oportunidad no está exenta de riesgos sustanciales. Si fallamos, lo perderemos todo. ¿Nos arriesgaríamos? La gran mayoría de la gente no se arriesgaría. Esto es el resultado de lo que el autor llama la Ley de Evitación de Manson, la tendencia a huir de cualquier cosa que amenace nuestra identidad.
Si bien puede parecer prudente evitar riesgos importantes, no nos damos cuenta de que muchas veces nuestra evaluación del riesgo es incorrecta. El miedo puede multiplicar los problemas esperados y hacernos demasiado temerosos para dar el paso. Por ejemplo, muchos artistas y escritores aficionados se niegan a publicitar o vender su trabajo. están aterrorizados de que, si muestran su arte o su escritura, a nadie le gustará. Intentar y fallar destruiría su identidad.
Hay una manera de moderar los aspectos negativos de la ley de evitación de Manson: practicar el budismo. El budismo enseña que la identidad es una ilusión. Cualesquiera que sean las etiquetas que nos demos a nosotros mismos, son meras construcciones mentales.
Podemos aprender a dejar ir nuestra identidad. Si nos liberamos de la autoimagen que nos restringe los muslos, daremos prioridad a lo que nos haga felices.
¿En qué pensamos cuando escuchamos las palabras “estilo de vida saludable”?
Quizás pensemos en comer una dieta rica en alimentos nutritivos, asegurándose de dormir lo suficiente y hacer ejercicio con frecuencia para mantenerse en forma. Y aunque estos elementos contribuyen a un estilo de vida saludable, la autora nos invita a pensar en otro elemento extra: el estado de nuestra mente.
Cuando nuestra mente está llena de pensamientos tóxicos, deprimentes con ansiedad, está en lo que la autora llama un estado desordenado.
Una mente desordenada afecta a nuestra salud. Lidiar con pensamientos negativos, ansiedad o pensamientos deprimentes, a la larga, conduce a un estrés tóxico. Afecta a nuestra bioquímica y función cerebral, aumentando su riesgo de trastornos neurológicos como la demencia. Y también reduce las defensas de nuestro sistema inmune, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades.
Varios estudios indican que cerca del 90 por ciento de afecciones como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas son causadas por estrés tóxico. Y el estrés tóxico también cambia la estructura y actividad de nuestros genes. Esta es una de las razones por las que por ejemplo, las personas que nacen durante años de hambruna o en una situación con gran estrés pueden tener trastornos relacionados.
El estrés tóxico es una respuesta natural, pero esto no significa que tenga que afectar nuestra salud. Podemos controlarlo a través de aprender a controlar nuestra mente. Al administrar nuestra mente, podemos alterar nuestros pensamientos negativos antes de que provoquen estrés tóxico. Con suficiente práctica, el manejo de la mente puede incluso prevenir los pensamientos negativos y hacernos más resilientes.
Nassim Nicholas Taleb, autor de Cisne Negro, y Antifrágil, encapsula estas ideas en el concepto de antifrágil. Cuando hablamos de algo antifrágil nos referimos realmente a algo que crece cuando recibe impactos.
Un ejemplo que todos conocemos es el de la Hidra de Lerna, que es capaz de crecer 2 cabezas por cada una que pierde. Es una criatura que crece ante la adversidad. A diferencia del Fénix que vuelve al estado en el que estaba inicialmente después de renacer de sus cenizas, la Hidra se va haciendo más fuerte con cada problema.
