
Resumen del libro Stuffocation Living More with Less por James Wallman
Reseña/Sinópsis: Stuffocation (2013) describe cómo tener demasiadas cosas no solo supone una carga innecesaria para nosotros, sino que también provoca problemas de salud. Cuántas cosas tenemos que nunca usamos. La mayoría de nosotros, probablemente tengamos mucho. Ya sea arrastrando artículos inútiles a casa desde un mercadillo o comprando otro aparato electrónico que no necesitamos, la mayoría de nosotros tenemos más de lo que necesitamos.
Esta tendencia no es tan inocua como parece. Durante mucho tiempo ha reinado el materialismo y el consumo, no como camino hacia la satisfacción personal, sino como motores económicos. Sin embargo, esto está cambiando a medida que más y más personas en todo el mundo buscan alternativas a una vida de consumo constante.
Nuestras vidas se han vuelto un caos y el hecho de que cada vez tengamos más posesiones no ayuda, y cada vez es más fácil ver que hay otras cosas que quizá importan más, y el valor de la experiencia sobre las posesiones materiales. Este libro es ideal para cualquier persona interesada en el futuro que nos puede esperar después de la era del materialismo.
¿Quién es James Wallman?
James Wallman, un autor futurista y de gran éxito de ventas, ha aparecido en MSNBC y la BBC, y sus puntos de vista han sido citados en Time, The Economist y The New York Times. También contribuyó a la columna de futurología de la revista T3.
Colección de Los mejores libros de Productividad y Aprendizaje(PDF)


¿Tenemos más de lo que necesitamos?
¿Nuestro sótano o sala de invitados está repleta de artículos que nunca usamos? ¿Tenemos cajones que ni siquiera podemos abrir de lo llenos que están? Si ese es el caso, lo más probable es que tener más posesiones ya no nos hagan felices.
Durante mucho tiempo, se pensó que la satisfacción estaba determinada por las posesiones y la cantidad que poseían. En 1979, cuatro de cada cinco personas en el Reino Unido, Francia y Alemania estaban de acuerdo en que las posesiones materiales nos hacen felices. Esa misma estadística se ha reducido a tan solo uno de cada dos, lo que implica que aproximadamente la mitad de la población siente que sus problemas no son materiales.
Debido a que nuestras mentes evolucionaron para ser conscientes de la amenaza de la falta de recursos, obtener más siempre estuvo asociado al instinto de supervivencia. Sin embargo, hoy en día tener poco ya no significa pasar hambre.
Ahora debemos cambiar nuestra forma de pensar, y hay varias razones para ello. Los ecologistas se oponen a los valores materialistas a favor del medio ambiente. Los politólogos argumentan que la mayoría de las personas se preocupan más por las necesidades posmaterialistas, como la libertad de expresión, que por las necesidades básicas, como la comida y la vivienda. y los economistas argumentan que los costes crecientes y los ingresos estancados nos hacen menos materialistas porque tenemos menos dinero para comprar. Pero, independientemente de con quién hablemos, existe una tendencia creciente hacia una nueva definición de satisfacción que prioriza el disfrute de las experiencias sobre las posesiones.
Los problemas del materialismo
Seguramente la idea de organizar todas nuestras pertenencias probablemente nos haga querer tirarnos de los pelos de vez en cuando, y no estamos solos. Mientras bebía su café de la mañana, el filósofo británico Jeremy Bentham notó algo: la primera taza estaba deliciosa, pero la segunda no le consiguió satisfacer .
Probablemente podamos sentirnos identificados con esta sensación: una pequeña cantidad de algo es bueno, pero demasiado de algo bueno puede ser malo. Nuestro deseo de significado y estatus ha sido reemplazado por bienes materiales, y nuestra cultura de consumo se ha convertido en una forma de pseudo-religión. Sin embargo, debido a que muchos productos ahora se producen en masa, se ha perdido su significado y ya no nos emocionan ni nos inspiran.
Aún más preocupante es el vínculo directo de los productos con la ansiedad social. Las tasas de enfermedades mentales en los países desarrollados se han más que duplicado desde 1979. Nuestro consumismo masivo contribuye a la depresión masiva, y nuestras crecientes pilas de cosas proporcionan un camino directo a la falta de satisfacción.
Todos hemos conocido a alguien que nunca tira nada y guarda cosas que nunca usa en sótanos, áticos y contenedores. El acaparamiento es un problema común. Nuevos estudios muestran que entre el dos y el seis por ciento de las personas en los países desarrollados caen en esta categoría y sus consecuencias pueden ser fatales.
Los flashovers, por ejemplo, son la amenaza más peligrosa durante un incendio. Los flashovers ocurren cuando se acumula tanto calor en un espacio confinado que todo lo que hay dentro entra en combustión. Cuanto más tengamos, mayor será el riesgo de que esto suceda y más rápido puede ocurrir. Hace años, varios estudios en Melbourne descubrieron que los flashovers ocurrían entre 28 y 29 minutos después de que se iniciara un incendio. Debido a todas las cosas que guardamos en nuestros hogares, este número ahora está más cerca de los tres o cuatro minutos.
El estoicismo y mindfulness
La filosofía estoica liderada por pensadores como Marco Aurelio, Epicteto o Séneca ha recobrado la importancia que tuvo en los últimos años. Nacida como una filosofía para lidiar con el tiempo de cambio e incertidumbre, el avance cada vez más rápido a nivel tecnológico y las tensiones geopolíticas y las crisis a nivel sanitario han acelerado el “segundo renacimiento del estoicismo”.
El interés en esta corriente nace de su enfoque en la practicalidad. Los estoicos se centran en el momento, y buscan controlar únicamente su mente y sus emociones, aceptando todo lo que sucede a su alrededor como parte del proceso. Estas ideas, muy parecidas a las de la filosofía Hindu, y el Budismo, son en parte la clave de su éxito.
A finales del siglo 20 se dio una expansión de los principios de las culturas orientales en países como Estados Unidos. Este gran interés se centró principalmente en el concepto de meditación y su uso como método para entrenar nuestra atención y la capacidad para vivir en el momento. Pero el factor espiritual que acompaña a muchas de estas tendencias y gurús choca con una sociedad basada en ciencia y productividad.
El choque creó un vacío, un grupo de personas que buscaban una respuesta, o más bien una forma de enfocar sus problemas y formas de vivir pero sin el “yuyu” del factor espiritual, y el estoicismo fue su respuesta. Al separar completamente el factor espiritual de las culturas orientales de la idea de meditar y , del estoicismo se convirtió en la píldora de filosofía del siglo 21
Los estoicos no buscan ser uno con el mundo. Su único deseo y objetivo es tener control de su mente y vivir de acuerdo a sus Eliminar de nuestra mente todo lo que no podemos controlar tiene un efecto liberador y a la vez nos permite centrarnos en aquello que realmente nos importa.
Su enfoque tiene además la ventaja de que también es efectivo en sectores como el del emprendimiento o la bolsa, sectores de gran volatilidad donde nuestro control de las circunstancias es nulo y las pérdidas pueden ser desastrosas en cuestión de segundos. El concepto de premediatio malorum, o visualización negativa,es uno de los que ha tenido más popularidad.
Al imaginarnos el peor caso posible no solo podemos crear planes de contingencia para evitarlos, sino que incluso podemos dejar de lado planes con demasiados problemas, y saber que algo puede pasar reduce tanto la sorpresa como el dolor y facilita la acción. Además permite poner en palabras nuestros miedos y reduce la fricción para ser proactivos.
“Necesitamos reflexionar sobre cada posibilidad y fortalecernos contra cualquier dificultad que podamos encontrar. Meditalas en tu mente: exilio, tortura, guerra, naufragio.”
Hacerlo de forma regular no solo nos prepara para lo peor, sino que nos permite apreciar más lo que tenemos ahora a la vez que nos permite ver que necesitamos realmente y que no. Se podría decir que el estoicismo está relacionado con la cultura del minimalismo, porque nos permite ver que realmente no necesitamos tanto.
