
Resumen del libro Spark How to Lead Yourself and Others to Greater Success por Angie Morgan, Courtney Lynch y Sean Lynch
Reseña/Sinópsis: Spark (2017) es una guía práctica para transformarnos en el activo más importante de nuestra organización. Muestra cómo cualquiera, desde asistentes administrativos hasta directores ejecutivos, puede inspirar a otros y encender la chispa que llevará a su equipo al próximo nivel.
¿Quién es Angie Morgan?
Angie Morgan es colaboradora habitual de Forbes y Business Insider, así como invitada en CNN, CNBC y Fox News . En 2004, cofundó Lead Star, una firma de desarrollo de liderazgo que ha trabajado con numerosas empresas Forbes 500 como Facebook y Boston Scientific.
¿Quién es Courtney Lynch?
Courtney Lynch conoció a Angie Morgan cuando ambos servían en el Cuerpo de Marines de los EE. UU., una función que le permitió empezar a desarrollar sus habilidades de liderazgo. También trabajó como abogada en Washington, DC y gerente de ventas en Rational Software antes de fundar Lead Star.
¿Quién es Sean Lynch?
Sean Lynch sirvió anteriormente en la Fuerza Aérea de Estados Unidos y trabajó como piloto para Delta Airlines. Ahora es consultor sénior de Lead Star y tiene una carrera en filosofía de la Universidad de Yale.
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Todos somos líderes
La mayoría de las empresas tienden a reservar el entrenamiento en liderazgo para los momentos en que alguien es ascendido a un puesto en gerencia.
Lo que estas empresas no ven es que las habilidades de liderazgo no son solo útiles para los gerentes, son útiles para los líderes que pueden existir en cualquier nivel de una organización. A estos líderes se les llama “chispas” porque sus acciones son capaces de crear chispas que encienden el fuego de la motivación en los demás.
Son las personas siempre dispuestas a actuar para mejorar las cosas. Aunque imaginamos que los líderes son directores ejecutivos, gerentes o supervisores, se puede encontrar una chispa en cualquier parte de la organización y en cualquier nivel.
La autora Angie Morgan, tenía una compañera que personificaba estas cualidades. Esta compañera de trabajo estaba bien educada, tenía excelentes habilidades de comunicación y excedía rutinariamente las cuotas de ventas cada trimestre. Tanto a los compañeros de trabajo como a los clientes les encantaba trabajar con ella y con los nuevos empleados. siempre la miraría como un modelo a seguir.
Cuando Morgan le dijo que era una gran líder, trató de corregirla diciendo que solo era una empleada más. Pero las chispas son más que solo el título de su trabajo: siempre son líderes.
Con cambios rápidos y constantes en el mercado y la empresa, las empresas necesitan personas innovadoras si quieren tener alguna esperanza de seguir siendo competitivas. Aun así, la mayoría piensa que es suficiente actualizar los procedimientos, el hardware y todo menos su personal. Pero si quieren seguir siendo innovadores y creativos, necesitan chispas: personas en todos los niveles de la organización que estén motivadas y sean capaces de producir resultados sorprendentes.
La importancia de la flexibilidad cognitiva
Si acabamos de tener una discusión con un compañero de trabajo, probablemente no nos apresuremos a sentarnos a su lado durante el almuerzo. Pero en lugar de intentar evitar la situación, deberíamos utilizar la flexibilidad cognitiva para aprovechar al máximo una situación social incómoda.
La flexibilidad cognitiva es una forma de cambiar nuestros patrones de pensamiento habituales para resolver problemas, y en realidad es una técnica que la mayoría de nosotros usamos para problemas técnicos.
Si, por ejemplo, nuestra tostadora se estropea, nuestra mente empezará a pensar en otras formas de tostar pan. Los buenos líderes aplican las mismas reglas a las relaciones personales para ver las cosas desde una perspectiva diferente.
Un cliente de los autores nunca había podido llevarse bien con un compañero que ella encontró terco e insensible. Pero , un día, trató de verlo desde una perspectiva diferente. Este acto de flexibilidad cognitiva le hizo darse cuenta de que en realidad estaba comunicando sus comentarios a su compañero de una forma áspera.
Una vez que cambió cómo se comunicaba, ella y su compañero comenzaron a formar una relación de trabajo exitosa. Otra herramienta útil es la disciplina cognitiva, que es especialmente útil si tenemos la costumbre de seguir siempre nuestro primer instinto, para bien o para mal.
La disciplina cognitiva se trata de ralentizar nuestro pensamiento y reemplazar las reacciones instintivas con respuestas más inteligentes y efectivas.
Podemos utilizar la disciplina cognitiva para mejorar nuestro rendimiento en el trabajo. Cuando recibimos críticas en la empresa, nuestro instinto puede ser ponernos a la defensiva e indignarnos, pero, de nuevo, esto solo empeora las cosas. Al usar la disciplina cognitiva, podemos entrenarnos para responder de forma constructiva y pedir ejemplos claros de cómo se pueden realizar mejoras.
Lo que obtenemos de nuestro tiempo está determinado por cómo lo usamos
Supongamos que tenemos la capacidad de detener el tiempo, no metafóricamente, sino literalmente. Con un chasquido de nuestros dedos, la roca deja de hacer tictac. Felicidades. Ahora tenemos una cantidad infinita de tiempo para completar ese proyecto de trabajo, escribir esas memorias o hacer lo que queramos.
Pero, ¿y si en su lugar jugamos con nuestros teléfonos? ¿Y si estuviéramos cansados o desorganizados para concentrarnos en algo más importante? En ese caso, también podremos tirar todo ese tiempo recién creado por el inodoro.
En un nivel, el tiempo es una entidad fija y finita. Un día, una semana y toda una vida están todos limitados en número de horas. Mientras tanto, una hora es una hora independientemente de cómo la dividamos: son los mismos 60 minutos, 3600 segundos.
En otro nivel, sin embargo, el tiempo es un fenómeno más fluido. Lo que obtenemos de él está determinado por tres factores. Primero, ¿cómo lo vamos a usar? ¿Pasamos nuestro tiempo de una forma interesante, útil, significativa o placentera?
Si décimos que sí, sacaremos mayor partido de una hora que si décimos que no. Ahora el segundo factor: ¿Qué tipo de energía tenemos? Si nos sentimos llenos de energía y listos para empezar, podemos pasar esa hora de forma placentera y productiva. Pero si estamos agotados, no podremos hacer mucho, y mucho menos disfrutarlo.
Para acabar, hay un tercer factor: ¿Cuán atentos estamos? ¿Estamos prestando atención a lo que estamos pasando? Perderemos esa hora si la respuesta es no. Incluso si estamos haciendo algo , como caminar por un hermoso bosque, el tiempo pasará volando como si apenas lo hubiéramos experimentado. No podemos cambiar el hecho de que tenemos una cantidad finita de tiempo. Sin embargo, podemos sacarle más partido.
