
Resumen del libro Small Move, Big Change Using Microresolutions to Transform Your Life Permanently por Caroline L. Arnold
Reseña/Sinopsis: En Small Move, Big Change, descubriremos por qué con frecuencia no implementamos los cambios que queremos hacer en nuestras vidas. Según la autora Caroline Arnold, nos quedamos cortos porque no elaboramos nuestros resultados de una forma alcanzable. En su lugar, debemos priorizar las “microresoluciones”, compromisos pequeños y fáciles de mantener que suman un gran cambio.
¿Quién es Caroline L. Arnold?
Caroline L. Arnold es directora ejecutiva de un banco de inversión líder en Wall Street y es considerada una de las líderes tecnológicas de Wall Street. Es ganadora del Premio Wall Street & Technology a la Innovación.
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¿Por qué no solemos cumplir nuestros propósitos de año nuevo?
Uno de los aspectos más destacados de la víspera de Año Nuevo, es compartir nuestras metas con amigos de confianza, jurando perder 10 libras o dejar de fumar. Este año – a diferencia del año pasado – decimos, y aun asi, año tras año, fallamos.
Según algunas estimaciones, las personas no cumplen el 88 por ciento de las metas que se proponen. Fallamos en parte porque nuestros objetivos son demasiado ambiciosos. En la víspera de Año Nuevo, por ejemplo, es normal sentirse culpable por pasar la semana festiva anterior holgazaneando y comiendo en exceso.
Para enmendar nuestra glotonería, tenemos la intención de hacer cambios masivos y de gran alcance. Sin embargo, estos cambios son de gran alcance y, como resultado, difíciles de lograr. Por ejemplo, supongamos que una de nuestras promesas fuera “ponerse en forma e ir al gimnasio”. Esta resolución deja demasiadas preguntas sin respuesta.
¿Cuándo tenemos la intención de viajar? ¿Cómo sabremos cuándo nos hemos puesto “en forma” lo suficiente? Metas ambiguas e imprecisas como estas conducirán casi con seguridad a poner excusas como: “Me saltaré el gimnasio hoy e iré mañana en su lugar”.
A veces, los resultados fallan porque queremos que las cosas sucedan, pero no sabemos cómo hacerlas. Estas son resultados desacertadas que son poco más que ideales para hacernos mejores personas en lugar de cambios reales.
Por ejemplo, si nos decimos a nosotros mismos que queremos ser más organizados, hemos tomado una meta poco entusiasta. Sí, queremos esto, pero ¿cómo lo conseguimos? Necesitamos algo que nos dé un punto de partida, y si empezar es difícil, es poco probable que sigamos adelante y alcancemos nuestro objetivo.
Vivimos en piloto automático
Cuando fallamos en mantener una resolución, nos culpamos a nosotros mismos por nuestra falta de autocontrol. Esto, sin embargo, es simplista. La verdadera razón de nuestro fracaso es que nuestros hábitos y rutinas, las cosas que hacemos sin pensar, gobiernan nuestro comportamiento.
Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en piloto automático. Cuando conducimos al trabajo, nuestra forma de piloto automático hace que nos detengamos en los semáforos en rojo sin pensar: “Veo un semáforo en rojo, por lo tanto, debo frenar”.
Correr en piloto automático nos permite conservar energía mental para tareas más importantes que requieren toda nuestra atención. Sin embargo, también es el culpable de nuestros malos hábitos.
El piloto automático nos envía a la máquina expendedora del trabajo para comprar una barra de chocolate sin siquiera considerar si tenemos hambre. Nuestros hábitos en piloto automático son fuertes y resistentes al cambio. Como resultado, es difícil romper los malos hábitos.
La única forma de romper un mal hábito es practicar el polo opuesto del piloto automático: ser consciente de nuestras acciones y practicar el mindfulness. La atención plena, a diferencia del piloto automático, requiere energía mental y fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad, en cambio, es un recurso limitado.
Fácilmente podemos agotar nuestra fuerza de voluntad cuando intentamos romper malos hábitos, solo para recaer en las viejas rutinas que deseábamos. Solo en circunstancias excepcionales, como después de recibir malas noticias de salud o durante una ruptura difícil, podemos reunir la fuerza de voluntad y la energía suficientes para cambiar nuestro comportamiento.
Sin embargo, en ausencia de factores ambientales , es posible que tengamos que recurrir a otros instrumentos. Declarar la guerra a nuestro piloto automático para romper el ciclo y dar pasos hacia intentar mejorarse a sí mismos.
¿Cómo podemos cambiar nuestros malos hábitos?
Una de las soluciones es hacer microresoluciones. Las microresoluciones toman nuestras metas y las dividen en planes precisos y prácticos que podemos implementar. Las microresoluciones, en lugar de obligarnos a abordar un gran problema de una vez, requieren que hagamos uno o dos cambios pequeños y tangibles en nuestras vidas o hábitos diarios.
Las microresoluciones son explícitas, son órdenes concretas que se pueden seguir. Como resultado, nuestra resolución nucro debe centrarse en un cambio específico en el comportamiento en lugar de un resultado que se puede obtener de varias maneras. Por ejemplo, si queremos vivir un estilo de vida más saludable y perder peso, podemos tomar la resolución de “simplemente comer menos”.
Sin embargo, este objetivo es ambiguo y difícil de traducir en un plan de acción específico. Convirtámoslo en una micro resolución. Supongamos que tenemos la mala costumbre de comer demasiadas galletas durante nuestra reunión diaria de planificación del trabajo.
Este es un lugar fantástico para marcar la diferencia. Reduciremos algunas calorías de nuestra dieta por mucho al hacer un esfuerzo por comer menos galletas cuando sabemos que no deberíamos. Además, a diferencia del objetivo general de “comer menos”, este paso debe medirse y lograrse. ¿Y cuán difícil es decir “no” a una galleta al día?
La idea detrás de las microresoluciones es que son alcanzables y que no mantenerlas sería absurdo. No hay lagunas ni posibles excusas con nuestra resolución de comer menos galletas, y como es una meta tan especifica podemos saber claramente si la hemos cumplido o no. Además, nuestra resolución micro brinda una gratificación inmediata: podemos ver los resultados ahora, no más tarde.
