
Resumen del libro Recuerda (Remember The Science of Memory and the Art of Forgetting, 2021) por Lisa Genova
Resumen corto: Remember explora el proceso de creación de recuerdos. El libro nos explica como, cuando y porque a veces no creamos recuerdos.
¿Quién es Lisa Genova?
Lisa Genova es una investigadora formada en Harvard y autora de varias novelas sobre las enfermedades del cerebro humano, incluida Still Alice, que fue adaptada a una película ganadora de un premio de la Academia protagonizada por Julianne Moore.
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La memoria
Todo lo que percibimos se esfuma en unos 15 segundos a menos que llevemos esa información al hipocampo, la región del cerebro que entrelaza la actividad neuronal del momento con la memoria a largo plazo.
Así es como sucede: cuando prestas atención a algo, tu cerebro traduce los datos sin procesar de tus sentidos en forma de actividad neuronal dentro de la corteza prefrontal. Este proceso se llama codificación. De la codificación, pasamos a la consolidación, donde la información pasa de la corteza prefrontal al hipocampo. Aquí, la actividad neuronal genera un patrón. Ese patrón de neuronas es ahora tu recuerdo del momento.
Pero, ¿qué es la “memoria” y cómo funciona? Hay tres tipos principales de memoria: semántica, episódica y memoria muscular.
Las memorias consolidadas por el hipocampo se dividen en dos categorías, la semántica y la episódica. Si prestamos atención a una moneda, la imagen se codifica en la corteza prefrontal del cerebro. Sin embargo, si queremos que este recuerdo se quede, debe consolidarse en su hipocampo. Para hacerlo, tan solo tenemos que observar con más detenimiento, aumentando la cantidad de información que asociamos a la moneda.
Si lo hacemos repetidamente, la representación neuronal eventualmente viajará al hipocampo del cerebro donde se unirá a un patrón neuronal estable, convirtiéndose en una memoria a largo plazo. Este tipo de memoria es lo que se llama memoria semántica. Este tipo de memoria surge a través de la repetición en el día a día.
Por el contrario, los recuerdos episódicos están conectados a un lugar y un tiempo concretos. Son los momentos impactantes, sorprendentes y significativos de nuestra vida que el cerebro ha convertido en patrones neuronales estables, eventos, como la primera venta, la primera presentación, o el primer beso, o momentos impactantes, como un accidente automovilístico.
El efecto de los eventos destacados
Muchos de los lectores podrán recordar el 28 de enero de 1986, cuando un transbordador espacial se elevó sobre Florida y estalló. La explosión del transbordador espacial Challenger no dejó supervivientes y fue presenciada por millones en la televisión.
Veinticuatro horas después, un par de profesores de psicología de la Universidad de Emory pidieron a sus estudiantes que escribieran un relato de lo que estaban haciendo cuando presenciaron o se enteraron de la explosión. Dos años y medio después, los profesores hicieron un seguimiento con los estudiantes y pidieron un relato personal del momento. Para todos los estudiantes, la memoria había cambiado.
Cuando los profesores revelaron a los estudiantes las discrepancias entre sus relatos del día en que explotó el Challenger, algunos de los estudiantes insistieron en que su versión actual era correcta y que la versión que anotaron la primera vez estaba completamente equivocada. Nuestra memoria episódica puede ser poderosa y vívida, pero se equivoca. Esto es lo que genera el conocido sesgo de disponibilidad.
Nuestros cerebros pasan por unos pocos pasos para convertir los datos sensoriales en actividad neuronal, que a su vez se consolida en un patrón estable que podemos almacenar y recordar cuando sea necesario. En cada paso, sin embargo, la memoria es vulnerable a errores.
Primero, aunque nuestra atención puede capturar una cantidad increíble de información sensorial, no puede captar todo. Estamos limitados por nuestra perspectiva y guiados por nuestros intereses y expectativas. Luego, a medida que traducimos los datos sensoriales en actividad neuronal, nuestras creencias y prejuicios vuelven a afectarnos.
Finalmente, para destilar esa actividad neuronal en un patrón estable y recuperable, editamos algunos detalles y agregamos otros bajo la influencia de nuestra imaginación.
Después de este punto, la memoria se almacena. Si no se siguen utilizando, las conexiones neuronales que componen la memoria se atrofian. Aparecen lagunas: nos olvidamos. Recuperar la memoria tampoco asegura su precisión: recordamos el patrón neuronal y llenamos los vacíos con información inventada. Además, reinterpretamos el momento recordado en el contexto de nuestras circunstancias actuales. Creamos una narrativa para concordar con nuestras opiniones y estados de ánimo actuales, remodelando efectivamente ayer y hoy.
Cada vez que recordamos; reescribimos y guardamos la versión modificada, y la versión anterior desaparece. Nuestra última versión de la memoria nos parece real porque es la versión que tenemos.
Heurística de disponibilidad
La heurística de disponibilidad, también conocida como bias o sesgo de disponibilidad, hace referencia a nuestra tendencia a usar la experiencia que tenemos como base para tomar decisiones rápidas, sin tener en cuenta la información del momento.
La esencia de este bias se basa en asumir que lo que hayamos experimentado y podamos recordar es más importante que lo que tenemos delante. De esta forma, observamos algún fenómeno y usamos la breve observación, hasta que recordemos algo que nos permita llegar a la información deseada, y sacamos conclusiones basadas en las experiencias que recordamos.
Esto presenta varios problemas entre ellos:
1)No tiene en cuenta el contexto actual. La experiencia es sin duda útil, pero pierde su peso si no somos capaces de tener en cuenta el contexto, ya que situaciones que pueden parecer idénticas pueden requerir acciones muy diferentes, y por lo tanto usar el sistema 1 basado en intuición lo único que hará es aumentar la probabilidad de que fallemos.
2)Simplemente usamos nuestra experiencia hasta encontrar la primera opción que concuerde no la mejor. El segundo problema es que aunque podamos encontrar la respuesta dentro de nuestra experiencia, si simplemente elegimos la primera opción que recordamos la probabilidad de fallar aumenta. Por eso es importante que si vamos a usar nuestra memoria busquemos aquellas que se asocien mejor con el contexto actual
3)No se limita a memorias sino también a cualquier tipo de información reciente. El bias de disponibilidad también puede verse afectado por información que hayamos escuchado recientemente, de forma que si hace poco que hemos escuchado que el vino tiene un compuesto que es beneficioso para la salud y que por eso puede tener sentido beberlo, nos costara mucho mas aceptar que esto no es verdad debido a la cantidad del presente compuesto.
4)Este bias puede afectar principalmente a expertos. Aunque es cierto que cuanto más sepamos de un tema más fácil será que sepamos el valor de las cosas y hasta qué punto podemos fiarnos de algo o no. También es cierto que será mucho más fácil que nos confiemos demasiado y usemos casos pasados para explicar nuevas situaciones sin saber exactamente hasta qué punto son comparables. Es una de las razones por las que muchos expertos usan soluciones que funcionaron hace años para problemas actuales y fracasan.
Este bias puede ser un gran problema en las empresas porque los análisis de competencia muestran las “debilidades de la empresa o producto” y esto suele llevar a que, si no tenemos una estructura de innovación madura, comparemos con otras empresas o con lo que se ha hecho en el pasado y usemos estas opciones aún con contextos diferentes.
La peor parte es que el efecto de este tipo de bias nos afecta a menos que estemos en una situación en la que entre en duda, la viabilidad de la solución obtenida por intuición. De forma que a menos que creemos sistemas para forzarnos a observar el contexto con más detenimiento, lo único que pasará será que nos dejaremos llevar por este bias.
