
Resumen del libro Psyched Up How the Science of Mental Preparation Can Help You Succeed por Daniel McGinn 2017
Resumen corto/Sinópsis: Psyched Up (2017) nos explica cómo los mejores expertos en una variedad de campos se preparan mentalmente para mejorar su productividad y efectividad y ofrece consejos para que nosotros también podamos llegar a su nivel.
¿Quién es Daniel McGinn?
Daniel McGinn es periodista y autor. Su trabajo ha sido publicado en Newsweek, Wired y el Boston Globe. Es editor colaborador de Harvard Business Review.
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¿Cómo podemos lidiar con los nervios?
Todos nos hemos sentido nerviosos antes de una actuación, ya sea para una entrevista de trabajo o una presentación. La ansiedad del momento antes, también conocida como respuesta de lucha o huida, es una respuesta fisiológica al estrés. Cuando nos sentimos “amenazados”, nuestro cuerpo produce adrenalina, una hormona que eleva nuestra presión arterial, frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria.
Esto es útil si necesitamos huir o entablar una confrontación física, pero puede convertirse en un problema cuando nos paraliza de miedo, y esto es algo a lo que todos nos enfrentamos, sin importar lo arriba que estemos en nuestra industria.
Por ejemplo, durante un concierto de 1981, la artista Carly Simon experimentó un ataque de ansiedad tan grave que tuvo que pedir ayuda a la audiencia. Los fans tuvieron que subir al escenario y ayudar a calmarla.
No hay ninguna solución que elimine del todo el miedo que podemos sentir, pero si que hay algunos métodos que pueden reducir su efecto y permitirnos seguir adelante. Daniel McGinn nos recomienda hacer un “reframing” de la sensación, y con ello no solo reducir sus efectos, sino sacarle partido.
Para ilustrar la utilidad de este método, el autor menciona el ejemplo de Alison Brooks. Mientras audicionaba para el grupo a cappella de pregrado de Princeton, Alison Brooks descubrió los beneficios de la reevaluación/reframing, notó que los estudiantes que consideraban esa sensación de sudor en las manos, y temblor como una señal de que estaban preparados o de que era el momento de brillar, tenían resultados mucho mejor.
Para asegurarse de si esto realmente tenía algún efecto realizó un estudio mientras trabajaba en su doctorado. En el estudio dividieron a los participantes en varios grupos, a unos les dijeron que: “Estoy emocionado”, a otros “Estoy nervioso” y al último grupo que no dijeran nada y mantuvieran la calma.
Los hallazgos respaldaron la hipótesis de Brooks. Los participantes que expresaron su entusiasmo superaron a los demás. Esto es efectivo porque la transición de un estado de ansiedad a un estado de calma es difícil, las dos emociones son demasiado diferentes, sea a nivel de la velocidad y la forma en que respiramos, o el número de latidos del corazón. En cambio, la transición de ansioso a emocionado, no requiere tanto esfuerzo porque las señales que le llegan a nuestro cuerpo son muy similares.
Otra técnica para reducir la ansiedad es concentrarnos en algo concreto, los maestros de Aikido en Japón lo consiguen a través de respirar profundamente, lo cual fuerza al cuerpo a cambiar la frecuencia a la que bate el corazón, y la cantidad de oxigeno que nos llega al cerebro. Al hacerlo, se libera la tensión en nuestros músculos lo que a su vez nos permitirá sentirnos más relajados y recuperar la calma.
El efecto framing y su papel sobre cómo nos sentimos
Imaginemos a dos personas que cumplieron 70 años. Una de ellas podría pensar que su vida está llegando a su fin, ahora que sus “mejores años” se han ido. El otro, sin embargo, podría estar emocionado por todo lo que aún le espera. ¿Qué podría explicar una notable diferencia de perspectiva?
La forma en que vemos el mundo y a nosotros mismos está determinada por nuestras creencias: pero, ¿qué es una creencia? Una creencia es una idea que hemos adquirido a lo largo de nuestras vidas y que creemos cierta.
Podríamos, por ejemplo, tener la idea de que somos un buen jugador de ajedrez. Pero esa idea se convertirá en creencia solo si está respaldada por ciertas pruebas como por ejemplo, que hayamos ganado a todos nuestros conocidos.
Para nosotros, cualquier evento en nuestras vidas puede actuar como referencia e informar nuestras creencias. Esto significa que cada vez que pasa algo horrible, por ejemplo, perder a un ser querido, puede convertirse en un elemento que usamos para justificar alguna de nuestras creencias, sea positiva o negativa.
Pero el hecho de que podamos controlarlo, significa que si tenemos cuidado, podemos usarlas para crecer y acercarnos a nuestras metas. Podemos usar nuestras experiencias como un recurso para fortalecernos como personas.
¿Por qué son importantes los rituales en grupo?
Un estudio de 2010 realizado por el psicólogo deportivo Stewart Cotterill, estudió las rutinas de varios deportistas y el rendimiento que se asociaba con sus rutinas para realizar un metanálisis con el fin de determinar la mejor de estas rutinas. Sus hallazgos demostraron que cuando los atletas realizan una actividad sencilla a la que estan acostumbrados, como un putt en golf o un tiro libre en baloncesto, un pequeño ritual, como balancear el palo dos veces o botar la pelota varias veces, mejora su rendimiento.
Además, los atletas que no tienen rituales pueden aprender uno y esperar mejores resultados. Según un estudio realizado por Michael Norton, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, los rituales grupales son aún más efectivos.
En el estudio, se dividió a 221 participantes en equipos que compitieron en una búsqueda del tesoro. Antes de la cacería, algunos equipos aprendieron y practicaron un ritual en el que formaban un círculo, daban algunos pisotones y aplaudían, luego colocaban sus manos en el centro y gritaban “¡Vamos!”.
Mientras tanto, los miembros de los otros equipos leyeron un artículo en silencio. Al final, a los equipos que siguieron los rituales les fue mucho mejor, además, después del experimento era más probable que los miembros de estos equipos dijeran les caían bien los miembros de su equipo.
La creencia influye en el rendimiento. Consideremos los sorprendentes hallazgos de Sally Linkenauger de la Universidad de Lancaster. En un estudio, descubrió que los golfistas se desempeñaban mejor si creían que sus palos habían pertenecido alguna vez a jugadores famosos de la Asociación de Golfistas Profesionales. Tenían un 32% más de probabilidades de acertar, y esto, según Linkenauger, se debe al “contagi
o positivo”, un término que ella acuñó para describir la idea de que los objetos pueden estar imbuidos de los poderes de quienes los tocan. También es una de las razones por las que la gente colecciona autógrafos; la mera firma de una persona famosa es valiosa, porque hace que nos sintamos más cerca de esa persona y nos puede dar confianza.
