
Resumen del libro Primeros auxilios emocionales Sanando el rechazo, la culpa, el fracaso y otras heridas cotidianas por Guy Winch, Ph.D.
Reseña/Sinópsis: Primeros Auxilios Emocionales (2012) es un manual fácil de seguir para abordar los dolores emocionales cotidianos que todos experimentamos. Desde el rechazo hasta la pérdida y la baja autoestima, Emotional First Aid proporciona estrategias efectivas para garantizar que los dolores emocionales tratables no se conviertan en heridas profundas con efectos psicológicos duraderos.
¿Quién es Guy Winch?
Guy Winch, PhD, es un psicólogo licenciado con más de 20 años de experiencia. Se le considera un destacado defensor de la incorporación de la ciencia de las emociones en la vida cotidiana. Ha escrito para PsychologyToday.com y es el autor de The Squeaky Wheel y How to Fix a Broken Heart. Su charla TED de 2015, Por qué todos necesitamos practicar los primeros auxilios emocionales, está clasificada como la quinta charla TED inspiradora de todos los tiempos.
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¿Recordamos la primera vez que nos rechazaron?
Quizás no nos eligieron para un equipo en la escuela o no nos invitaron a una fiesta. Cualquiera que haya sido nuestra primera experiencia de rechazo, probablemente no fue la última. El rechazo es parte de la vida. El niño que no nos eligió para su equipo se convierte en un extraño que ignora nuestro saludo, o en una empresa que no nos contrata.
Pero aunque es común, el rechazo todavía duele. Escuchar un “No” o sentirse excluido desencadena dolor emocional e ira, y afecta nuestra autoestima y sentido de pertenencia. Y como un rasguño puede provocar una infección si no se trata, los rechazos menores pueden provocar problemas psicológicos.
Uno de los efectos del rechazo es que daña nuestra autoestima. En un intento de entender por qué nos rechazaron, es fácil caer en la trampa de la autocrítica y creer que de alguna forma nos falta algo. Para evitar esto, es importante recordarnos a nosotros mismos nuestros rasgos positivos y aumentar nuestro sentido de autoestima.
Empecemos por lanzar contraargumentos a los pensamientos negativos que surjan. Asegurémonos de que nuestro contraargumento sea relevante para la situación, En lugar de pensar que arruinamos una entrevista de trabajo, digamos que la empresa necesitaba a alguien con una experiencia específica.
Una vez que haya luchado con nuestros pensamientos negativos, dé un impulso a nuestra propia valía recordando nuestros rasgos valiosos. Pensemos en cinco rasgos positivos que son relevantes para el rechazo, por ejemplo, si no conseguimos el trabajo soñado para el que entrevistamos, enumeremos cinco cualidades que nos hacen un gran empleado.
Después, escribamos algunos párrafos cortos que expliquen por qué cada rasgo nos importa, el papel que juega en nuestra vida y por qué es crucial para nuestra propia imagen. Por último, aliviemos el dolor del rechazo acercándonos a las personas que nos rodean. Los seres humanos tienen la necesidad de sentir que pertenecen, y esta es una de las razones por las que el rechazo puede ser difícil.
Para restaurar nuestro sentido de pertenencia, pasar tiempo con nuestros seres queridos, nos ayudará a sentirnos más conectados.
Si queremos seguir adelante debemos enfrentarnos a nuestras emociones
Todos hemos estado allí, reprimiendo nuestra ira, frustración o dolor hasta que explotamos. Sin embargo, no expresar emociones difíciles limita nuestras experiencias emocionales y nos hace infelices. Puede parecer contrario a la intuición, pero evitar las emociones incómodas o dolorosas prolonga nuestro sufrimiento en lugar de evitarlo.
Incluso cuando la fuente está más allá de nuestro control, la vergüenza continúa gobernando nuestras vidas. Patty, por ejemplo, desarrolló sentimientos de inutilidad cuando era niña que se convirtieron en el centro de su identidad.
No es fácil, pero podemos superar los sentimientos difíciles reconociéndolos y explorándolos en lugar de obligarnos a “perdonar y olvidar”. Podemos conectar con nuestras heridas emocionales a través de prácticas de meditación y atención plena, que es un paso importante en el camino hacia el perdón.
Podremos volver a experimentar el amor y la alegría una vez que hayamos alcanzado el perdón, a pesar de las cicatrices que llevamos.
La importancia de retomar el control de nuestras vidas
Sentirnos obligados a hacer algo nos priva de su alegría. Lamentablemente, muchos de nosotros pasamos por la vida como si nuestras experiencias nos fueran impuestas. Ya sea una entrevista de trabajo fallida, un rechazo de un ser querido o incluso un autobús perdido, nos vemos como las víctimas infelices de las circunstancias de la vida.
Un ejemplo que el autor menciona para ilustrarlo es el de William James. Nació en una familia adinerada en los Estados Unidos del siglo XIX. Se paso sus primeros años sufriendo de mala salud, experimentaría episodios de vómitos y espasmos en la espalda. Su primer sueño era convertirse en pintor, pero luchó por dejar su huella, y las críticas de su padre lo hicieron detenerse. En cambio, decidió seguir una carrera en medicina y luego abandonó la escuela de medicina.
Infeliz, sin apoyo familiar ni trabajo, James consideró el suicidio. Pero luego, leyó sobre el trabajo del filósofo Charles Sanders Peirce. El argumento central de Peirce era que todos deberían asumir la plena responsabilidad de su propia vida.
James se dio cuenta de que su desdicha provenía de su creencia de que era víctima de influencias externas. Ya fuera por su enfermedad o por las críticas de su padre, culpaba de su situación a cosas que no podía controlar, y esto lo hacía sentirse impotente. Se dio cuenta de que era responsable de su vida y sus acciones. Después de años de arduo trabajo, James se convirtió en un pionero en psicología.
Entonces, si nos sentimos víctimas, debemos enfocarnos en comprender nuestros errores, para poder evitarlos en el futuro.
Imagínese esto: somos altos directivos de una gran e ilustre empresa. Nos gusta nuestro trabajo y la vida que estamos viviendo. Ahora, imagina que tenemos la oportunidad de llegar directo a la cima. Sin embargo, la oportunidad no está exenta de riesgos sustanciales. Si fallamos, lo perderemos todo. ¿Nos arriesgaríamos? La gran mayoría de la gente no se arriesgaría. Esto es el resultado de lo que el autor llama la Ley de Evitación de Manson, la tendencia a huir de cualquier cosa que amenace nuestra identidad.
Si bien puede parecer prudente evitar riesgos importantes, no nos damos cuenta de que muchas veces nuestra evaluación del riesgo es incorrecta. El miedo puede multiplicar los problemas esperados y hacernos demasiado temerosos para dar el paso. Por ejemplo, muchos artistas y escritores aficionados se niegan a publicitar o vender su trabajo. están aterrorizados de que, si muestran su arte o su escritura, a nadie le gustará. Intentar y fallar destruiría su identidad.
El budismo enseña que la identidad es una ilusión. Cualesquiera que sean las etiquetas que nos demos a nosotros mismos, son meras construcciones mentales.
Podemos aprender a dejar ir nuestra identidad. Si nos liberamos de la autoimagen que nos restringe los muslos, daremos prioridad a lo que nos haga felices.
