
Resumen del libro Overwhelmed Work, Love and Play When No One Has The Time por Brigid Schulte
Reseña/Sinópsis: Overwhelmed (2014) investiga cómo nuestra actitud hacia el género, la paternidad y la raza hacen que todos estemos estresados.
¿Quién es Brigid Schulte?
Brigid Schulte, periodista del Washington Post, escribe sobre temas relacionados con la vida laboral y la pobreza. Ha estudiado el concepto de trabajo y tiempo libre en Estados Unidos, preguntándose cómo todos podemos vivir “La buena vida”. También ha contribuido con Style and Outlook.
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¿Sentimos que nunca tenemos suficiente tiempo?
Todos hemos experimentado sentirnos abrumados. Equilibrar nuestra vida laboral y personal es bastante difícil cuando estamos solos, y mucho más difícil cuando tenemos bocas que alimentar y pañales que cambiar.
No hay duda de que muchos padres hoy en día están estresados porque deben trabajar muchas horas mientras crían una familia. Este acto de equilibrio ejerce una presión adicional sobre el tiempo ya limitado de un individuo. El Instituto de Familias y Trabajo realizó un estudio en 2008 que preguntó a los trabajadores estadounidenses sobre el día a día y descubrió que la mitad de los encuestados sentían que tenían demasiadas tareas para un día laboral.
Dos tercios de los encuestados dijeron que no tenían suficiente tiempo para ellos mismos o para su pareja, y tres cuartas partes dijeron que no tenían suficiente tiempo para sus hijos. Este sentimiento de sobrecarga es común entre las mujeres. Desde la década de 1970, el porcentaje de mujeres empleadas ha aumentado drásticamente, lo que requiere que muchas madres trabajen a tiempo completo para conseguir y mantener un trabajo que genere ingresos suficientes.
Otro estudio, realizado en 2004, preguntó a las madres con niños menores de seis años si tenían mucho tiempo libre. Ninguna de las mujeres en el estudio afirmó tener suficiente tiempo libre y lo mismo se aplica a un gran porcentaje de los padres encuestados en el estudio informaron. Como era de esperar, la falta de tiempo libre en Estados Unidos ha resultado en altos niveles de estrés y ansiedad.
Según la Asociación Estadounidense de Psicología, los estadounidenses sufren estrés crónico. Anteriormente, un estudio de la Organización Mundial de la Salud en 2007 descubrió que, a pesar de vivir en uno de los países más ricos del mundo, los estadounidenses son, de media, las personas con más ansiedad del mundo.
Los efectos de la revolución industrial
El cambio de pagar por resultados, a pagar por hora tuvo un efecto psicológico dramático en los trabajadores. Cuando comenzamos a pagar a las personas por cada hora, ven el tiempo de una forma diferente, especialmente el tiempo libre. Cuando la gente pone un valor en euros en una hora, cada hora de descanso empieza a parecer una pérdida de tiempo.
Incluso las personas que no trabajan de 9 a 5 y tienen un horario más flexible tienen dificultades para sentirse bien cuando se toman un dia libre. E incluso cuando decidimos descansar, seguimos pensando en el trabajo. Esto deja aún menos tiempo para el ocio o la relajación, relajación que a veces se vuelve más estresante que trabajar.
Esto puede afectarnos de diversas formas, y entre ellas, la autora destaca la falta de conexión humana. Antes de la Revolución Industrial, la gente vivía en comunidades basadas en la interacción humana, y ayudarse los unos a los otros. Hasta la época de la revolución industrial, gran parte de la población Europea vivía en pueblos, y eran pocas las personas que vivían en una ciudad, un ejemplo moderno sería el caso de China antes de las reformas de su mercado.
Pero con la revolución industrial hubo un gran cambio, los gremios, el sistema en que se sustentaba gran parte de la economía, empezaron a perder poder. Las fábricas podían hacer lo mismo, pero en mucho menos tiempo y por un precio menor, lo cual redujo el flujo de capital hacia ellos, y con ello dejó a muchos jóvenes que querían seguir este camino en la calle. Sin otra opción, muchos de estos jóvenes decidieron emigrar a las ciudades, en busca de trabajo y alimento, lo cual aumentó la población de las ciudades, pero a su vez las convirtió en los focos de revoluciones y contrarevoluciones desde finales del siglo 18 hasta la actualidad.
Con un aumento constante de la cantidad de personas, y por lo tanto de la oferta de empleados, y con la espada de Damocles conocida como libre mercado, las distintas industrias se vieron “forzadas”, a aumentar su producción de cualquier forma posible. Y su solución, junto a la automatización, fue aumentar las horas de trabajo, y convertirlo en un requisito para contratar.
El estrés en la vida moderna
Sentirse estresado o ansioso por cortos períodos de tiempo en realidad ha ayudado a la evolución humana al agudizar nuestros sentidos en tiempos de peligro. El estrés crónico, sin embargo, causado por sentirse abrumado a diario, puede causar daño cerebral.
Como parte de un estudio innovador, Emily Ansell, profesora asistente de psiquiatría en el Centro de Estrés de Yale, descubrió que las personas que se sentían abrumadas tenían una corteza prefrontal (la parte del cerebro asociada con comportamientos sofisticados como la planificación, el autocontrol y el razonamiento) más pequeña que aquellas que vivían vidas menos estresantes.
Además, las personas que están estresadas tienen una amígdala más grande, la parte más antigua o “primitiva” del cerebro asociada con sentimientos de miedo, agresión y miedo. Ansell predice que los cambios cerebrales se asocian con una menor capacidad para controlar las propias emociones y un mayor riesgo de involucrarse en comportamientos adictivos o autodestructivos.
Y sus efectos no solo se limitan a las personas que sufren de estrés. Los altos niveles de estrés experimentados por un gran número de personas pueden tener un impacto social. Por ejemplo, es mucho menos probable que una fuerza laboral estresada sea productiva o consciente.
Bruce McEwen, director de neuroendocrinología de la Universidad Rockefeller de Nueva York, descubrió que los estudiantes de medicina estresados son menos capaces de tomar decisiones complejas y efectivas y es más probable que cometan errores por descuido.
Mlhaly Csikszentmihalyi, una reconocido psicólogo, propone que vivir con un estrés constante, que se asocia con no poder pensar ni ordenar, hace que sea mucho más difícil lograr un estado de “pensamiento fluido”, en el que uno es capaz de concentrarse en una tarea y encontrar soluciones creativas a problemas complejos.
