Resumen del libro Outer Order, Inner Calm Declutter and Organize to Make More Room for Happiness por Gretchen Rubin

Resumen del libro Outer Order, Inner Calm Declutter and Organize to Make More Room for Happiness por Gretchen Rubin

Reseña/Sinópsis: Outer Order, Inner Calm (2019) explica cómo ordenar y mantener nuestros hogares limpios y organizados. El libro investiga por qué un entorno ordenado es importante para nuestro bienestar y brinda consejos sobre cómo superar el desorden para siempre. 

¿Quién es Gretchen Rubin?

Gretchen Rubin es una bloguera y autora de Estados Unidos. Los libros de Rubin, Better Than Before, Happier at Home y The Happiness Project, de los cuales todos fueron best-sellers del New York Times, tratan sobre hábitos y satisfacción. El trabajo de Rubin ha sido traducido a más de 30 idiomas y ha vendido más de dos millones de libros en todo el mundo. 

Colección de los mejores libros de Mindfulness, Psicología y Filosofía (PDF)

Muchos de nosotros luchamos por mantener nuestros hogares y lugares de trabajo en orden

¿Cuál es el problema si las cosas están un poco descuidadas? En realidad, el orden de nuestro entorno externo tiene un mayor impacto en nuestra paz interior de lo que creemos. Por ejemplo, nuestros cajones de escritorio desbordados y nuestro armario desordenado no son problemas sin importancia. Están interfiriendo con nuestra satisfacción. 

Limpiar nuestras pertenencias y recuperar el control de nuestras posesiones puede brindarnos una sensación de control en otras áreas de nuestras vidas. Consideremos a la amiga de Gretchen Rubin, quien una vez dijo que después de limpiar y organizar su refrigerador, se dio cuenta de que también podía cambiar su carrera. 

¿Cuál es el vínculo entre nuestra nevera y nuestra vida laboral? Todo se reduce a la promesa de nuevas oportunidades. Cuando la comida en el refrigerador o la ropa sucia en el cesto de la ropa se empiezan a amontonar, experimentamos una progresiva sensación de inmovilidad. 

Trabajar para salir del lío que hemos hecho puede parecer una tarea insuperable. Como resultado, nos congelamos y quedamos atrapados en nuestros pensamientos. Sin embargo, cuando finalmente nos deshacemos de todo ese desorden o tiramos toda esa comida vieja, nuestra sensación de desesperación será reemplazada por una sensación de relax. 

Y comenzaremos a considerar el futuro de nuevo: qué queremos comprar y qué tipo de estilo de vida queremos. Esto es  lo que le sucedió a la amiga de la autora. Mientras tiraba los frascos viejos de mayonesa y mermelada, limpiaba las manchas y reorganizaba los condimentos, se dio cuenta de que existía la posibilidad de que también pudiera cambiar su entorno de trabajo. 

Poner en orden nuestro mundo exterior también implica priorizar el aquí y el ahora mirando hacia el futuro. 

Ordenar nuestro desorden puede ser una tarea desalentadora

Es una tarea que requiere decisiones difíciles sobre qué conservar y qué descartar. Además, mientras limpiamos, guardamos y desechamos, todos debemos confrontar las ilusiones y las excusas que nos han llevado a conservar ciertas posesiones durante tanto tiempo. 

La autora se encuentra frecuentemente aferrada a ropa  vieja o manchada. ¿Su justificación? Se convence a sí misma de que adora esa ropa y que debe quedársela. Otras razones comunes que la gente usa para justificar su desorden: Nos gusta decirnos a nosotros mismos que algo es importante porque se puede modificar o reparar. 

Sin embargo, si este es el caso, deberíamos establecer una fecha límite para hacerlo. ¿Qué pasa si superamos nuestro plazo? Deberíamos aceptar que es hora de tirarlo y que realmente no nos importa tanto como creemos. 

Otra razón común para conservar algo es que nos lo dieron como regalo y debemos guardarlo para honrar a la persona que nos lo dio. En este caso, debemos preguntarnos: “¿Esa persona siquiera sabe si todavía lo tenemos?”  si no necesitamos mostrárselo a otros, no importa si lo conservamos o no. 

Tomar decisiones sobre nuestras posesiones es un trabajo agotador. Pero, afortunadamente, limpiar el desorden y adoptar ciertas mentalidades facilita el proceso. En primer lugar, debemos asegurarnos de empezar a limpiar cuando estemos bien descansados, sin prisas y sin hambre. 

En segundo lugar, puede que nos resulte útil contar con la ayuda de un amigo para que revise nuestras pertenencias con nosotros y nos ayude a tomar decisiones. Para acabar, al decidir si conservar o descartar cada artículo, debemos hacernos tres preguntas: ¿Es esto algo que necesito, algo que disfruto y algo que uso? Si la respuesta a las tres preguntas es no, la solución es simple: deberíamos tirarlo.

Si no podemos usarlo no lo necesitamos

Una vez que hayamos decidido qué posesiones conservar y cuáles descartar, daremos el siguiente paso hacia el orden externo. El siguiente paso es buscar un lugar adecuado para cada una de nuestras pertenencias y asegurarnos de que permanezcan allí. 

Cuando decida dónde debe ir algo, es importante recordar este simple consejo: no ponerlo en un lugar al que no podamos acceder. Es más importante considerar cuán accesible será un elemento en una ubicación específica y si se puede almacenar allí. ¿Y si creemos que el almacenamiento es más importante que la accesibilidad?

Probablemente deberíamos deshacernos de esa cosa de inmediato porque no parece que vayamos a usarla. A medida que organizamos nuestro entorno, debemos considerar aquellos elementos a los que  necesitamos acceder y usar, pero que parece que nunca encontramos sin una búsqueda frustrante. 

Estos artículos problemáticos con frecuencia incluyen llaves, cargadores de teléfonos, el libro que estamos leyendo  y gafas de sol. Instalar un gancho en la pared de nuestro pasillo, por ejemplo, puede ayudarnos si parece que nunca encontramos las llaves de nuestro coche cuando queremos salir. 

Si no podemos encontrar un cargador de teléfono cuando lo necesitamos, compremos algunos, enchufemoslos en lugares estratégicos de la casa y juremos no volver a desconectarlos nunca más. 

Si sabemos que necesitamos restablecer el orden en nuestro hogar, no debemos posponerlo hasta otro mes o año. Ordenar requiere un sentido de urgencia porque con frecuencia es un trabajo agotador emocional, intelectual y físicamente. Desafortunadamente, los trabajos difíciles no se vuelven más fáciles con la edad.  

David Ekerdt, profesor de gerontología, informa que una vez que llegamos a los 50 años, la probabilidad de desechar posesiones disminuye con cada década. Esta creciente reticencia a ordenar puede convertirse en un problema no sólo para nosotros, sino para nuestros seres queridos, quienes deben asumir la responsabilidad de mantener nuestro hogar en orden si no podemos o no queremos hacerlo.

Los clientes que disfrutaron de este libro también disfrutaron de

Siguenos y Disfruta de Nuestros Resúmenes Gratis Directamente en tus Redes Favoritas

Nuestras Categorías de Resúmenes

Los comentarios están cerrados.