
Resumen del libro Orbiting the Giant Hairball A Corporate Fool’s Guide to Surviving with Grace por Gordon Mackenzie
Reseña/Sinópsis: Orbiting the Giant Hairball (1996) es una guía para sobrevivir en una corporación mientras mantenemos nuestra independencia y creatividad. El libro explica como reducir el efecto negativo de la burocracia sobre la creatividad al equilibrar las restricciones corporativas con la creatividad personal.
¿Quién es Gordon Mackenzie?
Gordon Mackenzie trabajó en la empresa de tarjetas de felicitación Hallmark durante 30 años. Comenzó como artista, su posición dentro de la compañía cambió a lo largo de los años y eventualmente se convirtió en una especie de gurú de la compañía con el título Creative Paradox, alguien a quien la gente recurría por sus ideas.
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¿Somos artistas?
Sí no pintamos ni escribimos novelas, podríamos estar inclinados a decir que no. Pero no nos apresuremos a descartar la posibilidad. En realidad, cada uno de nosotros nace siendo un genio creativo.
Los niños indisciplinados toman decisiones precipitadas, se lanzan espontáneamente y dicen y hacen lo que les da la gana. Están motivados únicamente por la curiosidad. Estas tendencias infantiles son una expresión del genio creativo en el núcleo de cada persona.
Sin embargo, mucha gente teme que una sociedad de “tontos”, sofoca su creatividad en un intento de ser “normal”. Esto tiene perfecto sentido desde una perspectiva social. La aplicación de normas sociales estrictas tiene como objetivo proteger a la sociedad de esta imprevisibilidad. Desafortunadamente, tal protección también suprime el genio creativo.
Por ejemplo, en muchas ocasiones, el autor preguntaba a niños de diferentes grados si se consideraban artistas. Cuando preguntó a los alumnos de primer grado, todos levantaron la mano con entusiasmo, pero cuando llegó a los de segundo grado, aproximadamente la mitad se identificaron como artistas. Cuando llegó a sexto grado, solo uno o dos niños levantaban la mano.
Podemos ver que la sociedad suprime la creatividad. Pero podemos hacer algo al respecto. Para abrir todo el potencial de nuestro genio creativo, o si lo preferimos, nuestra insensatez, tenemos que dejar de buscar la normalidad y hacer frente a las reglas que la imponen.
Utilizar la técnica “y” para generar ideas en segundos
¿Qué pasaría si nos dijéramos a nosotros mismos que tenemos que conseguir una idea “creativa y original” antes de que acabe la hora? Probablemente nos costaría, sobre todo si no nos consideramos especialmente creativos, y aun no hemos desarrollado el hábito.
Para salir del aprieto, el autor nos recomienda usar la siguiente técnica. Podemos combinar dos palabras al azar, un sustantivo y un adjetivo, antes de empezar a pensar en nuestra idea. Esto es lo que Bryan Mattimore llama la técnica “y”, y está destinada a hacer que nuestro cerebro piense de nuevas formas.
Si escribimos sustantivos en unas tarjetas y adjetivos en otra, y luego extraemos uno de cada pila, es probable que veamos formas de unirlas y crear nuevas ideas, conceptos o perspectivas. Muchas veces la principal dificultad a la hora de “ser creativos” es que intentamos responder a algo abstracto. Pero esto es un desperdicio de las capacidades de nuestra mente.
A nuestro cerebro se le da muy bien desarrollar ideas existentes, basándose en un punto de partida, o marco de referencia. La técnica de “y”, no es mas que un truco para sacar partido a esta característica. A través de unir palabras que parecen aleatorias, podemos forzar nuestro cerebro a buscar formas de unirlas, y por lo tanto crear nuevas ideas o conceptos. Además como sabemos que es un “juego”, podemos dejar atrás el principal factor limitante, el miedo a fracasar o ser juzgados.
A través de fijar el sustantivo, y probar los distintos adjetivos, nos forzamos a desarrollar distintas facetas de los conceptos, que quizá no solemos tener en cuenta o en las que nunca hemos pensado. Esto sirve no solo para desarrollar nuevas ideas, sino tambien para evitar posibles errores, ya que de alguna forma se asemeja al concepto de premortem.
Premortem El arte de la visualización negativa
El arte de la visualización negativa o premortem es el nombre que recibe un método diseñado por el psicólogo Gary Klein. El método se basa en imaginar que podría ir mal antes de empezar un proyecto. La esencia del método es “¿Y si esto saliese mal?”Pero, ¿Por qué preguntar esto?
La razón es doble:
1)Nuestros sesgos cognitivos hacen que el riesgo real asociado a cada decisión sea muy superior al riesgo percibido. Tendemos hacia el optimismo y con ello a cometer errores prevenibles
2)Permite hacer frente al miedo de fallar. Empezar algo nuevo nos da miedo, nos cuesta, y la infinidad de cosas que podrían ir mal nos bloquean. Poner por escrito todo lo que puede ir mal, y establecer planes de contingencia, backups, permite reducir el miedo y saber qué hacer si algo sale mal.
Introducir este método en nuestras rutinas nos permitirá eliminar los proyectos que no merecen la pena, y reducir la probabilidad de que salgan mal. Esta idea se puede aplicar también a la hora de elegir metas a nivel personal. Tim Ferris acuñó el término de fear setting, por el cual escribir todos nuestros sueños y lo que queremos conseguir, y al lado pensar en los 6 o 7 peores casos y preparar medidas por si acaso.
En el mundo de la inversión el mismo principio fue acuñado como antifragil por Nassim Nicholas Taleb. En este contexto se basa en asumir que lo que ha funcionado hasta ahora no tiene porque seguir de la misma forma y en crear medidas para reducir el riesgo asociado a cada inversión. Hasta el punto de poder sacar ganancias de las épocas de caos
Todas estas interpretaciones tienen como esencia el estoicismo. Los estoicos lo llamaban premeditatio malorum. Esta práctica de prepararnos para el peor de los casos, y con ello reducir nuestra fragilidad. Seneca, de forma periódica, pasaba tiempo comiendo como si hubiese perdido todo, o con ropa desgastada o que llevase a otros a ridiculizarle. Todo ello para entender que lo que tiene ahora es un extra, pero no imprescindible para vivir.
“Nada le sucede al hombre sabio contra sus expectativas… ni tampoco salen todas las cosas como deseaba pero sino como estima – y ante todo calcula que algo podría obstaculizar sus planes”
Pensar en lo que podría salir mal es una práctica que parece olvidada en el mundo del emprendimiento, pero también es una práctica que bien utilizada puede curar muchos males antes de que nazcan. Y cuando pasen, simplemente tenemos que recordar que aquello que ha sucedido está fuera de nuestro control, aceptarlo y aprender para la próxima.
“Nuestras acciones pueden ser impedidas… pero no puede haber impedimento de las intenciones o disposiciones. Porque podemos cambiar y adaptarnos. La mente se adapta y convierte en suyos los obstáculos para actuar. El impedimento a la acción avanza la acción. Lo que se interpone en el camino se convierte en el camino”
El arte de visualizar lo negativo permite que nazca el optimismo estoico. El optimismo por el cual tenemos la fortaleza, y disciplina, para pensar en lo que no queremos enfrentar y buscar formas de solucionarlo. Sin importar lo desesperada que parezca la situación, si aceptamos la responsabilidad de nuestros actos y sus consecuencias, podemos seguir adelante.
Seguramente no sea fácil, pero si lo aprovechamos puede ser una aventura. Simplemente debemos empezar por creer que podemos hacerlo y dar el primer paso.
