
Resumen del libro Más allá de lo medible El gran impacto de las pequeñas cosas por Margaret Heffernan (Beyond Measure)
Reseña/Sinópsis: Más allá de lo medible (2015) muestra que transformar una empresa en apuros en una próspera es una simple cuestión de hacer pequeños cambios sistémicos que permitan a las personas expresarse, colaborar y compartir.
¿Quién es Margaret Heffernan?
Margaret Heffernan ha sido CEO de muchas corporaciones, incluidas InforMation, ZineZone e iCAST. También es la autora galardonada de A Bigger Prize y Willful Blindness.
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La negociación es una habilidad que cualquiera de nosotros puede desarrollar
Está sentado en una reunión de negocios y alguien propone una decisión comercial con la que no estamos de acuerdo. Y como no queremos parecer hostiles, nos mordemos la lengua. Pero evitar el debate nunca es útil, y hay formas en que nuestra empresa puede cambiar este hábito improductivo.
La clave es el conflicto creativo, una habilidad que, como todas las demás, se puede aprender a través de la práctica. Con el conflicto creativo viene la voluntad de estar en desacuerdo y desafiar el consenso general para que se puedan desarrollar ideas nuevas y creativas.
Pero lo que muchos de nosotros no sabemos es que hay un talento para el desacuerdo productivo. Brooke es una especialista en conflictos constructivos, y siempre se sorprende de cómo sus clientes asumen que podrán manejar discusiones grupales de forma productiva en su primer intento.
Es sorprendente ya que las personas reconocen que otras habilidades, como aprender un idioma, un instrumento musical o hablar en público, requieren tiempo y práctica. Y cuando se trata de un conflicto creativo y la capacidad de expresar nuestra opinión de forma efectiva y lidiar el conflicto de frente, aún es la práctica lo que hace a la perfección.
El primer punto clave que debemos tener en cuenta es que debemos prepararnos y obtener aliados antes de presentar nuestras ideas a las figuras de autoridad en la empresa. Brooke guió a uno de sus clientes, Luke, a través de este proceso cuando tuvo que enfrentarse a su agresivo jefe mientras negociaba un contrato.
El primer paso fue simular cómo podría desarrollarse la situación, consideraron cómo reaccionaría su jefe y como lidiar con sus críticas. Después, se acercó a sus compañeros dentro de la empresa para pedirle consejo y apoyo. Esto le permitió fortalecer aún más su posición para poder entablar una conversación productiva con su jefe. Cuando tuvo la negociación real con su jefe, estaba seguro. Sabía lo que tenía que decir y cómo reaccionar apropiadamente a cualquier cosa que su temperamental jefe le arrojara.
¿Alguna vez hemos sido parte de un proyecto grupal donde todos ninguno de los miembros se conocía?
Si es así, probablemente nos dimos cuenta de que las discusiones eran en su mayoría improductivas, porque todos dudaban y estaban nerviosos como reaccionarían los demás a sus comentarios. Para combatir este tipo de situaciones y permitir un conflicto constructivo, es importante establecer capital social dentro de nuestra empresa.
El concepto de capital social, o confianza, no es nuevo. Los antropólogos que estudiaron las primeras comunidades acuñaron el término que se refiere a explicar por qué ciertas tribus prosperaron y tuvieron éxito: es lo que sienten las personas de una comunidad cuando pueden confiar y depender los unos de los otros para obtener ayuda, y sigue siendo una gran herramienta de supervivencia para las empresas de hoy.
Y encontraremos que cuando combinamos el conflicto creativo con el capital social, nuestra empresa entrará en un ciclo de prosperidad. Esto pasa cuando las personas se involucran en un conflicto creativo. La experiencia permite a los compañeros de trabajo conocerse y mejorar sus relaciones.
Naturalmente, esto crea aún más capital social dentro de la empresa, lo que a su vez genera más confianza para que las personas se sientan más seguras para participar en la cultura y crear conflictos. Pero el conflicto creativo no es la única forma de crear capital social.
Una empresa usó un tipo diferente de creatividad para ayudar a mejorar los esfuerzos de colaboración entre departamentos. El CEO lanzó un proyecto para toda la empresa en el que cada departamento estaba encargado de hacer un cortometraje que destacara el trabajo de un departamento diferente.
No se esperaba que hicieran una película ganadora de un Oscar, ni tenían que hacerlo: las personas solo necesitan hacer pequeñas acciones para construir capital social. Y el proyecto funcionó a la perfección. Las películas no solo resultaron ser creativas y originales, sino que además sirvió para que apreciaran el trabajo de otros departamentos y que crearan relaciones entre ellos.
Cómo desarrollar integridad y confianza
Un ejemplo fantástico es Andy Roddick, de integridad fue un partido de tenis de 2005. En el punto de partido, pensaron que el servicio de su oponente había salido fuera del terreno, y proclamaron a Roddick campeón. Pero en lugar de aceptarlo, decidió decirles que la pelota no había salido y que por lo tanto debian continuar el partido.
El partido continuó y Roddick perdió el partido, pero mantuvo su integridad. Una forma de aumentar la integridad es hacer y mantener compromisos con nosotros mismos, incluso si eso significa salir de nuestra zona de confort.
Cumplir con un compromiso nos ayudar a aprender a confiar en nosotros mismos. Si bien nos enseñan que se nace con confianza, o que solo se puede ganar confianza ganando competiciones y acumulando logros, esto no es cierto. La confianza se obtiene al aprender a reaccionar positivamente ante un resultado, ya sea que hayamos llegado primeros o que hayamos cumplido con el número de repeticiones que nos proponemos.
Todo ello nacido de esforzarse cada día, de hacer todo lo que sabe que tiene que hacer incluso cuando no quiere. Al principio aunque vayamos cumpliendo puede parecer que no hay diferencia, pero con el tiempo empezaremos a ver qué nos cuesta menos, que podemos hacer un poco más, y sobre todo que nos respetamos más a nosotros mismos.
La confianza no es algo con lo que se nace, es algo que nos ganamos. No se consigue sólo con premios externos, o cuando otros nos aceptan. Este tipo de confianza es una confianza efímera, externa, y que nos pueden quitar en cualquier momento.
La confianza de verdad nace de cumplir nuestras promesas hacia nosotros mismos, de demostrar que nos respetamos, y que nuestra palabra tiene peso de que vivimos de acuerdo a nuestros principios. A medida que lo vamos haciendo, la confusión y las dudas que suelen plagar nuestro día a día, serán sustituidos por una fuerza de voluntad y adaptabilidad férreas.
