Resumen del libro Made in Japan Akio Morita y Sony 1986 por Akio Morita, Edwin Reingold y Mitsuko Shimomura (Made in Japan Akio Morita and Sony)

Resumen del libro Made in Japan Akio Morita y Sony 1986 por Akio Morita, Edwin Reingold y Mitsuko Shimomura (Made in Japan Akio Morita and Sony)

Resumen corto: Made in Japan es la autobiografía de Akio Morita, quien cofundó Sony y la hizo crecer hasta convertirse en una de las empresas de electrónica más grandes del mundo. En esta biografía Akio comparte sus consejos sobre management, el liderazgo y la innovación. 

Uno de los temas que trata el libro, son las muchas diferencias en la cultura laboral entre Japón y Occidente, y las lecciones que podemos aprender del modelo japonés, que les permitió pasar de un país en aislamiento en el siglo XIX, muy por detrás a nivel tecnológico, a convertirse en una de las mayores potencias mundiales a finales en la actualidad.

Sony crea productos electrónicos que entusiasman a la gente, y lo han estado haciendo con éxito durante más de 50 años. Probablemente todos tengamos algunos productos Sony en nuestra casa. Incluso Steve Jobs era un gran admirador de Sony. Visitó su sede muchas veces, ofreciendo su opinión sobre sus productos y seguramente se inspiró en el ultra popular Walkman de Sony, el primer reproductor de música portátil, lanzado 20 años antes que el iPod de Apple.

Hoy en día, Sony es una marca respetada a nivel mundial, pero cuando se fundó la empresa en 1946, apenas eran unos pocos ingenieros quienes intentaban diseñar ollas arroceras y piezas de radio en un antiguo edificio de Tokio. En este resumen, aprenderemos no solo sobre el ascenso de Sony, sino sobre cómo “Made in Japan” pasó de ser un marcador de baja calidad a un símbolo de orgullo.

¿Quién fue Akio Morita?

Akio Morita cofundó Sony con Masaru Ibuka. Hace unos 100 años, en 1921, Akio Morita nació en una familia adinerada que vivía en Nagoya, Japón. Durante muchas generaciones, la familia había mantenido un negocio de producción de sake, uno de los modelos de negocio más rentables en Japón y que solía ser indicador de familias que han tenido lazos con el gobierno en algún punto. 

Akio dice que su infancia fue privilegiada, creció en una casa grande con sirvientas, mayordomos y muchos lujos poco comunes, para aprender más del estilo de vida de la burguesía japonesa de la época, un buen libro es Botchan de Natsume Souseki. 

A su familia le encantaba comprar nuevos productos de Occidente, como el Ford Modelo T, un refrigerador General Electric y un reproductor de música llamado Victrola y fueron una de las primeras familias de su ciudad en comprar un fonógrafo. Akio recuerda vívidamente sentirse asombrado al escuchar la mejora en el sonido, en comparación con el de baja calidad de su vieja Victrola. Y quizá su interés por las máquinas nació en estos años.

Cuando era adolescente, leyó muchos libros y revistas sobre electrónica e incluso logró hacer una grabadora de audio por su cuenta. A medida que iba consiguiendo pequeños logros, la electrónica se iba convirtiendo en una obsesión, ocupando el tiempo que debería haber dedicado a la escuela. Aunque gracias a su interés en ingeniería, tenía una base suficientemente buena en matemáticas y ciencias, para ser admitido en la Universidad de Osaka para estudiar física. 

Sus padres habían asumido que, como hijo mayor, se haría cargo del negocio familiar, algo que le habría permitido tomar el mando de un negocio refinado durante generaciones. Desde muy joven, se sentó en muchas reuniones de negocios para empezar a aprender cómo su padre manejaba todo, y aunque al final no siguió con el negocio familiar, estas lecciones le permitieron crear su propio imperio.

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El fin de una guerra y nacimiento de una empresa

Durante la década de 1940 Japón ya había escalado el conflicto con Estados Unidos y para conseguir tropas, aumentaron sus esfuerzos de reclutamiento. Para evitar ser enviado a campos de batalla como el del Pacífico, uno de los más brutales durante la Segunda Guerra Mundial, Morita se inscribió en la Armada japonesa. Esto le permitiría evitar ser enviado al extranjero e incluso continuar sus estudios de física. Después de graduarse de la universidad, la marina le envió a investigar armas con detección térmica.

Fue aquí donde conoció a su futuro socio comercial Masaru Ibuka, a quien describió como “un brillante ingeniero electrónico”. Ibuka tenía unos 30 años y dirigía una fábrica de componentes electrónicos que empleaba a 1.500 personas. En medio de la guerra, Akio e Ibuka a menudo hablaban sobre empezar una empresa de tecnología. 

Y su oportunidad llegó justo después de acabar el conflicto global. Casi 3 millones de japoneses habían muerto en la guerra, y el país estaba destrozado después de perder su núcleo de gobierno, y las enormes perdidas después de perder “sus colonias”. Akio recuerda que la gente se sintió aliviada de que la guerra finalmente hubiera terminado, pero temerosa por el futuro.

Fue en un barrio de Tokio lleno de ruinas donde Masaru Ibuka fundó su nueva empresa. Aunque hoy en dia conocemos a Sony como uno de los gigantes del campo, sus inicios no fueron un camino de rosas. Al principio intentaron hacer un nuevo tipo de olla arrocera, pero falló. Después hicieron adaptadores para radios que permitirían escuchar frecuencias de onda corta, frecuencias que habían sido prohibidas durante la guerra. Este segundo proyecto fue mejor, y vendieron algunos. Pero su primer éxito no llegaría hasta un poco más tarde

Fue por esta época cuando Akio e Ibuka retomaron el contacto. Akio había estado enseñando física en una Universidad de Tokio, y al escuchar que había empezado un nuevo negocio, decidió visitarle. 

Tras varias tomas de contacto, decidieron crear un negocio juntos, formando una nueva empresa llamada Tokyo Tsushin Kougyo, empresa de ingeniería de telecomunicaciones de Tokio. La palabra tsuushin significa comunicación, conexión o transmisión de información, y kougyou  se traduce cómo fábrica. Así es cómo empezaron los inicios de Sony.

Curiosamente, casi 15 años después, en la década de 1960 un joven estadounidense, llamado Phil Knight, decidió montar una empresa de calzado. Phil había visto que los coches japoneses se volvían populares en Estados Unidos y tenía la idea de que los zapatos japoneses podrían triunfar. No sabía lo que estaba haciendo, pero voló a Japón y convenció a un fabricante de zapatos para que firmara un trato con él, lo que le permitió crear Nike.

Las oportunidades se crean de la nada

Después de la rendición, Japón fue ocupado por fuerzas estadounidenses que cambiaron la constitución, la economía, las leyes y el sistema político. Su objetivo era hacer imposible que las fuerzas armadas de Japón se hicieran con el control del país y volvieran a la guerra.

La nueva compañía de Akio e Ibuka consiguió un contrato con los estadounidenses para instalar nuevos equipos en una estación de radio. Allí, Ibuka vio a un oficial estadounidense que llevaba una máquina que grababa audio en casetes de cinta de plástico. Se trataba de una nueva tecnología aún no estaba disponible en Japón, asi que convenció al oficial de que fuera a su empresa y mostrara la grabadora a sus ingenieros.

Los ingenieros consiguieron replicar su propia grabadora, pero no pudieron hacer la cinta. En el Japón de la posguerra, no tenían acceso a los materiales adecuados. Pero en lugar de darse por vencidos, experimentaron con muchos otros materiales e incluso hicieron una cinta de grabación con papel. Finalmente a base de probar, encontraron los materiales adecuados y su máquina estaba lista para la venta.

Esta historia demuestra que los grandes fundadores dependen más de la capacidad de observar, y disciplina, que de cualquier otra para producir resultados. Otro gran ejemplo de esto, es el fundador de Walmart Sam Walton. Comenzó con una pequeña tienda en una pequeña ciudad y convirtió su negocio en la empresa empresario más grande del mundo. 

Según él, su truco era estar siempre atento a nuevas formas de mejorar su negocio y su forma de gestionarlo. Desde los primeros días, visitaba las tiendas de la competencia todo el tiempo para analizar sus procesos y metodología, y probarlos en sus propias tiendas.     De la misma forma en que la belleza esta en el ojo del observador, podríamos decir que las oportunidades de negocio nacen de “tener buen ojo”.

La importancia de encontrar los clientes adecuados

La empresa comenzó a fabricar grabadoras, pero nadie quería comprarlas. Cuando le mostraron la máquina a la gente, dijeron que parecía interesante, pero caro y pesado. Esto les enseñó una de las lecciones más importantes, aunque creemos algo de calidad, si no sabemos cómo venderlo y cómo hacerlo atractivo para los clientes, es poco probable que lo compren.

Estoy seguro de que muchos de nosotros podemos relacionarnos con esta lucha, ya sea que tengamos un negocio que generó ventas, un blog en línea, un canal de videos o redes sociales. Ante esta lección, probaron un enfoque diferente: buscaron los grupos de clientes potenciales que más necesitaban el producto. 

Por esa época, había una escasez nacional de taquígrafos/estenógrafos, las personas que escriben todo lo que se dice en un juicio. Al descubrirlo, se dieron cuenta de que esta sería una gran oportunidad de negoció, porque con las grabadoras pasarían de necesitar varias personas, a necesitar tan solo una por cada set de grabadoras. E incluso el problema del tamaño y el peso desaparecía, porque en esta situación no había necesidad de mover el aparato. 

Con esto en mente, presentaron las grabadoras de audio a la Corte Suprema de Japón, que compró 20 de ellas. Después aplicaron la misma idea a otras situaciones con problemas similares, y consiguieron vender grabadoras a los sistemas escolares, que necesitaban reproducir traducciones del nuevo plan de estudios estadounidense. En 1952, consiguieron ampliar su mercado, cuando el público en general se dio cuenta de su utilidad.

Algunas de las lecciones que aprendió en el proceso, son

La importancia de construir siempre nuestra propia marca, en lugar de depender de otras. En 1948, Bell Labs inventó el transistor de estado sólido. Al reconocer el potencial del descubrimiento, Sony  obtuvo una licencia para usar transistores en sus productos. En 1955, Sony había construido una radio basada en estos transistores. Akio viajó a Estados Unidos en busca de compradores, pero no pudo encontrar ninguno. 

Una empresa conocida llamada Bulova se ofreció a realizar un pedido grande, pero solo sí su propia marca estaba en las radios. Aunque necesitaba las ventas, Akio se negó porque creía que Sony debería construir su propia marca, en lugar de ser únicamente un proveedor. Y según él esta fue la decisión más importante que tomó.

La importancia de vender sensaciones. En 1957, fabricaron una radio de transistores más pequeña que se comercializó como “de bolsillo”. En realidad, era demasiado grande para caber en el bolsillo normal de una camisa, pero se las arreglaron para que funcionase. La empresa cosió bolsillos más grandes en las camisas de todos sus vendedores. Querían que los clientes vieran cómo se sacaba la radio de un bolsillo para resaltar lo pequeña que era. 

La importancia de un nombre simple y pegadizo. En 1958, el nombre de su empresa cambió de “Compañía de ingeniería de telecomunicaciones de Tokio” a Sony. Vieron que el nombre era  difícil de recordar, especialmente para los consumidores internacionales. Una marca registrada es la vida de una empresa y que debe protegerse. Una marca comercial y el nombre de una empresa conllevan responsabilidad y garantizan la calidad del producto.

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