Resumen del libro La Fuerza de la Compasión por Daniel Goleman y el Dalai Lama 2015 (A Force for Good)

Resumen del libro La Fuerza de la Compasión por Daniel Goleman y el Dalai Lama 2015 (A Force for Good)

Resumen corto/Sinópsis: La Fuerza de la Compasión (2015) revela cómo podemos cambiar nuestros pensamientos negativos por acciones positivas. Al observar más de cerca la sabiduría y la perspectiva del Dalai Lama, el libro nos explica cómo las personas que actúan positivamente pueden formar juntas una fuerza global del bien, impulsando el cambio a través de la compasión. 

¿Quién es Daniel Goleman?

Daniel Goleman es psicólogo y ex periodista científico del New York Times y autor de 13 libros, incluido el éxito de ventas Inteligencia emocional. Da conferencias con frecuencia para profesionales y grupos de estudiantes. Daniel Goleman ha desarrollado su carrera principalmente como psicólogo en Harvard. Y se dedicó principalmente a la investigación hasta que en 1996 publicó su primer libro, Inteligencia Emocional que fue el que le lanzó al estrellato. Goleman también es autor de los libros Focus,Inteligencia Social, Rasgos Alterados y La Fuerza de la Compasión.

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¿Cómo lidia el Dalai Lama con las emociones negativas? Lecciones de inteligencia emocional del Dalai Lama

Todos los días a las 5:30 am, el Dalai Lama se despierta para escuchar las noticias de la BBC mientras desayuna. Aunque esta podría no ser lo que imaginamos para el Dalai Lama, él defiende que a través de este ritual diario, se encontró con una gran revelación. 

Escuchar las noticias revela cuán lleno de violencia, crueldad y tragedia está nuestro mundo, y cree que todo se debe principalmente a la falta de responsabilidad moral y compasión. Tendemos a actuar por interés propio y hacemos caso omiso de nuestras obligaciones morales hacia los demás. 

Pero a la vez que podemos dejarnos llevar por estos impulsos, también podemos hacer lo contrario y hacer un esfuerzo por ayudar a los demás. Una fuerza para el bien comienza con los individuos y desde dentro. Al crear un cambio interior que disminuye nuestras emociones negativas y fortalece nuestra capacidad de actuar moralmente, nos volvemos más capaces de superar las reacciones impulsivas como la ira, la frustración y la desesperanza. 

Este cambio nos hará ser más compasivos con quienes nos rodean, y aunque a diferencia del Dalai Lama no todos podemos dedicar cinco horas al día a prácticas internas como la meditación, podemos dar algunos pequeños pasos. 

El primer paso según el Dalai Lama es mirar hacia dentro y manejar nuestras propias mentes y corazones. Solo si tenemos orden dentro podemos intentar crear orden en el mundo que nos rodea. 

Una técnica importante consiste en dar un paso atrás cuando nos sintamos tentados a actuar según nuestros impulsos y considerar las consecuencias de nuestras decisiones. En marzo de 2008, el ejército chino disparó contra los manifestantes y arrestó a muchos monjes tibetanos durante una serie de protestas. 

Al escuchar las noticias, algo por lo que muchos de nosotros quizá nos habriamos dejado llevar por la rabia, el Dalai Lama optó por mantener la calma. Visualizó a los funcionarios chinos y reemplazó sus sentimientos negativos con su amor, compasión y perdón. 

Habiendo razonado que la consecuencia de dejarse llevar por la ira solo sería un daño mayor, optó por controlar sus sentimientos. Aunque ante esto, es importante recordar que controlar nuestros sentimientos no es lo mismo que reprimirlos por completo. 

Reprimir las emociones negativas puede conducir a estallidos que son imposibles de controlar. Cuando se trata de emociones poderosas, es quedarse. Es mejor reconocer las emociones negativas cuando las experimentamos y preguntarnos si las emociones que sentimos son proporcionales a la situación o si son familiares. Al entender nuestras emociones negativas, estamos mejor equipados para canalizarlas en acciones positivas.

¿Qué es la compasión según el Dalai Lama?

La compasión y la autoconciencia van de la mano. Ahora que hemos echado un vistazo más de cerca a la conciencia emocional, es hora de profundizar en la compasión, empezando por el origen. 

Según el Dalai Lama, la compasión es parte de nuestra naturaleza y no proviene únicamente de la religión. La compasión tiene sus raíces en nuestra composición biológica. El cuidado instintivo de los padres por sus hijos, que de otro forma morirían, es un signo de una predisposición biológica para el cuidado y la compasión. 

Además, nuestros cuerpos tienen necesidades integradas de emociones positivas como la alegría y el juego. Estas experiencias ayudan a aumentar la actividad de nuestro sistema inmune y reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Pero sobre todo, estamos psicológicamente predispuestos a buscar consuelo en el afecto, la compasión y el sentido de pertenencia dentro de un grupo. 

Con cada interacción social, se actualizan nuestros circuitos con oxitocina o cortisol. Con el tiempo, «sabemos quiénes son nuestros amigos» porque reaccionan a los individuos como con los que hemos creado una relación, de forma que sabemos estas personas pueden ayudar a nuestra supervivencia.

El deseo de crear relaciones con otras personas, y es quizá el que está más ligado a nuestra supervivencia como especie. Crear lazos con otros, crear relaciones, nos permite sobrevivir aun cuando nuestro cuerpo no funciona debido a una enfermedad, para que tengamos el tiempo para recuperarnos.

Este deseo, motivado muchas veces por la oxitocina, un tipo de neurotransmisor, es lo que crea el amor de los padres y lo que permite que las crías, indefensas durante 5 años, puedan sobrevivir y convertirse en adultos.

Relacionarnos también ayuda a la supervivencia de nuestras crías, las tendencias de monogamia están relacionadas con la probabilidad de proteger a la madre y la cría cuando esta está embarazada y cuando la cría está creciendo. En este proceso también participa la oxitocina.

Muchos de nuestros actos están motivados por este deseo de ser especial para alguien, pero que en realidad nació para proteger a nuestra descendencia. Y este deseo puede ser también la causa de problemas, como la tendencia a diferenciar entre las personas que pertenecen a un grupo y las que no, la tendencia a seguir lo que hace la mayoría.

La compasión pone nuestra atención en algo más grande que nuestras pequeñas preocupaciones. El objetivo más grande nos energiza a su vez. Habiendo explorado de dónde viene la compasión y por qué la necesitamos, investiguemos cómo se manifiesta en nuestro mundo. 

Según el Dalai Lama, el tipo de compasión al que debemos aspirar es un sentimiento de responsabilidad moral en todas las esferas de la vida pública, lo que incluye luchar contra la injusticia y tomar la iniciativa para exponer y cambiar los sistemas corruptos. 

Los tres elementos que forman la definición de compasión del Dalai Lama son: equidad, transparencia y responsabilidad. Al tratar a todos por igual, permanecer abiertos y honestos y asumir la responsabilidad de nuestros errores, podemos ayudar a crear una sociedad mejor. 

La compasión en acción no significa aliviar todo el sufrimiento, sino comprometerse a rectificar los errores oponiéndose activamente a la injusticia o protegiendo a las personas. 

La relación entre ciencia y budismo

El Dalai Lama se reúne rutinariamente con Premios Nobel, como Bob Livingston, David Bohmr Wolf Singer y Paul Ekman, en un intento por juntar los beneficios del budismo con los beneficios de la ciencia. A pesar de lo que podamos pensar, la espiritualidad y la ciencia no son más que estrategias alternativas para ayudarnos a entender el mundo que nos rodea y entendernos a nosotros mismos.  

La ciencia puede conectar a individuos en una escala mayor que cualquier fe religiosa, ya que no está marcada por las divisiones y conflictos de diferentes denominaciones religiosas. Sin embargo, la ciencia aún no nos ha revelado todo sobre cómo funciona el mundo. Para entender mejor nuestra mente por ejemplo, podemos fusionar antiguas fuentes budistas con hallazgos científicos contemporáneos. 

Los métodos budistas del Dalai Lama son efectivos en varios contextos. Thupten Jinpa, el intérprete del Dalai Lama, desarrolló el Entrenamiento de Cultivo de la Compasión, o ECC, una variación de los métodos tibetanos clásicos. Y un estudio de esta técnica por investigadores de la Universidad de Stanford descubrió que disminuía la ansiedad y aumentaba la satisfacción, incluso en aquellos que sufrían de fobia social aguda. 

En pacientes que padecían dolor crónico, la sensibilidad al dolor disminuyó después de nueve semanas. Este es un ejemplo de cómo la religión, una rama que ha luchado por entender cómo funciona la mente humana, y la ciencia, que se dedica a entender el mundo que nos rodea y nuestra mente, pueden unirse para complementar sus fortalezas y apoyar sus debilidades.

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