
Resumen del libro Hábitos de alto impacto por Brendon Burchard (High Performance Habits)
Reseña/Sinópsis: Hábitos de alto impacto(2017) profundiza en los seis hábitos que pueden transformar a una persona común en una altamente productiva. Brendon Burchard, un coach de rendimiento, utiliza datos y estadísticas de uno de los estudios más grandes del mundo sobre personas productivas para investigar sus hábitos y descubrir qué los motiva, para que nosotros también podamos sacarle partido.
¿Quién es Brendon Burchard?
Brendon Burchard es el fundador de Experts Academy y High Performance Academy, así como uno de los entrenadores de alto rendimiento con más éxito del mundo. Él es el autor de The Motivation Manifesto, The Millionaire Messenger y The Charge, entre otros
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¿Conocemos a alguien que parece ser capaz de hacerlo todo?
Tal vez tiene múltiples títulos o puede llevar su empresa y además pasa tiempo de calidad con sus hijos cada día. O es el tipo de persona que tiene un toque de Midas y convierte cada proyecto que emprende en un éxito rotundo. Todos conocemos a una o dos personas así, pero Brendon Burchard no estaba satisfecho con estudiar los hábitos de sus conocidos.
Brendan Burchard, el autor, realizó uno de los mayores estudios sobre alto rendimiento de la historia, entrevistando a personas de más de 190 países para saber cómo logran el éxito a largo plazo. Género, raza, edad y rasgos de personalidad, concluyó, tienen poco que ver con el alto rendimiento. Lo que importa son ciertos hábitos clave, como mantenerse físicamente en forma. No es lo que somos, sino lo que hacemos lo que importa.
El autor descubrió que estos hábitos no se desarrollaron por casualidad. Los de alto rendimiento los tomaron a propósito. No confundamos estos hábitos con “lifehacks” o cambios fáciles y mágicos que no requieren esfuerzo. Las personas de alto rendimiento superan a los demás porque practican estos hábitos de forma consciente y constante.
Otra característica es su creencia en su capacidad para mejorar incluso cuando se enfrentan a tareas difíciles, como grandes proyectos nuevos en el trabajo o aprender nuevos idiomas. Esto no es un rasgo natural, es algo que se gana a través del trabajo duro.
¿Por qué es importante la claridad?
¿Cuándo fue la última vez que reflexionamos sobre preguntas como, “¿Cómo quiero ser recordado?” O, ¿qué quiero hacer con mi vida? Muchas personas solo considerarán estas preguntas en su cumpleaños o en la víspera de Año Nuevo.
Los profesionales de alto rendimiento, en cambio, se hacen estas preguntas todo el tiempo. Es un hábito al que el autor se refiere como la búsqueda de claridad, y los mantiene orientados hacia una meta. Les da un fuerte sentido de propósito, dirección y enfoque en todo lo que hacen porque entienden cómo sus acciones los ayudan a lograr sus objetivos.
Cuando nos falta claridad, podemos dejarnos llevar por las emociones negativas como el miedo y la falta de confianza. La claridad se compone de cuatro áreas que requieren mejora: El primer paso es conocernos a nosotros mismos y qué tipo de personas queremos ser.
Los profesionales de alto rendimiento están obsesionados con convertirse en la mejor versión de sí mismos y ser recordados como tales. Esto podría implicar ser amable, atento, disciplinado y humilde, por ejemplo. Una vez que hemos decidido quiénes queremos ser, la pregunta es: “¿Hemos estado actuando de esta forma hasta ahora y, si no, qué debemos cambiar?”
El segundo aspecto es la esfera social y ser consciente e intencional en nuestras interacciones con los demás. Los de alto rendimiento no tienen un piloto automático de socialización. Si tenemos una cita para almorzar, una reunión o una fiesta planeada, preguntémonos, “¿Cómo puedo moldear esta reunión de forma positiva?”
La tercera área de especialización es saber qué talentos deben desarrollarse. Los profesionales de alto rendimiento se concentran en una profesión principal o campo de interés y dedican tiempo a la práctica evitando todas las distracciones. Para ser un gran escritor, debemos reservar tiempo para escribir en lugar de aprender sobre escritura, y luego usar feedback para aprender qué necesitamos mejorar.
El cuarto elemento es el servicio a nuestra comunidad y encontrar formas de ayudar a los demás. Las personas de alto rendimiento sobresalen trabajando para otros en lugar de para ellos mismos. Hacerlo ayuda a motivarlos a la vez que inculca un fuerte sentido de propósito en su trabajo. La pregunta que hay que hacer aquí es: “¿Quién me necesita?”
Lo que podemos controlar
Todos tenemos momentos en el día en los que sentimos debilidad. Ocurre algún problema, nos va mal algún proyecto, se nos estropea el teléfono, se nos cae el ordenador, todos ellos pequeños problemas que, aunque muchas veces fáciles de resolver, toman control de nuestra mente y convierten lo que podría haber sido un buen día, en un mal día.
Es muy fácil dejarnos llevar por estos juicios, y decir que tenemos derecho a enfadarnos y culpar a otros simplemente porque tenemos un problema inesperado. Pero tomar esta decisión nos convierte en víctimas, y nos deja a la merced de las emociones, cuya volatilidad bien conocemos.
En lugar de dejarnos llevar por los sentimientos que intentan controlarnos en el momento, debemos aprender a respirar y redescubrir que el control siempre está en nuestras manos. Nosotros decidimos si los problemas, muchos de ellos fáciles de resolver o cuestión de son problemas o no.
Dejarnos controlar significa perder nuestra libertad y culpar al mundo. Aceptar que nuestro humor depende de nosotros, nos devuelve el control y tomar decisiones prácticas para resolverlo.
“La principal tarea es la siguiente: identificar y separar lo que ocurre para que pueda diferenciar qué externalidades están fuera de nuestro control, y cuales dependen de nuestra elección. ¿Dónde puedo encontrar el bien y el mal entonces? No en las externalidades incontrolables, sino dentro de nosotros, en nuestras elecciones” – Epicteto
Si decidimos reparar el ordenador nos daremos cuenta de que quizá era momento para cambiarlo, o que es una oportunidad para hacer copias de seguridad o cambiar nuestro flujo de trabajo.
En algún momento debía pasar, ningún teléfono u ordenador durará de por vida, así que aceptémoslo como una oportunidad para hacerlo y eliminar una de las preocupaciones que podríamos tener.
Nadie dice que sea fácil, siempre es difícil dejar de lado aquello que nos saca de la rutina y la zona de confort, pero es algo que agradeceremos a la larga.
“Si el pepino está amargo, escupelo. Si hay espinas en el camino, alejate de él. Suficiente se ha dicho. ¿Porque dejarse distraer por las molestias? Este pensamiento nos convertiría en el hazmereir de la verdadera Naturaleza, del mismo modo que un carpintero o un zapatero se reirían de nosotros al comentar que hay serrín en el suelo de sus tiendas. Pero mientras ellos tienen cubos para eliminarlo, la naturaleza no los necesita” – Marco Aurelio
Depende de nosotros aceptar que toda la responsabilidad de nuestras decisiones está bajo nuestro control. Para ello, no necesitamos ningún mecanismo, más que tiempo para reflexionar y filosofía.
