
Resumen del libro Game changers.: Lo que hacen los líderes, los innovadores y los inconformistas para triunfar en la vida por Dave Asprey
Resumen corto: El libro de Game Changers,Lo que hacen los líderes, los innovadores y los inconformistas para triunfar en la vida, explica los secretos de 450 empresarios exitosos, científicos, atletas, autores, artistas, periodistas y otras personas en la cima de sus campos. Luego combina esa sabiduría con una comprensión de la biología y la psicología humanas para dar trucos sobre cómo mejorar nuestra salud y ser más efectivo
¿Quién es Dave Asprey?
Dave Asprey es un empresario de la industria tecnológica que fundó Bulletproof Coffee, Bulletproof Nutrition y Bulletproof 360, Inc. Es el autor más vendido del New York Times de Head Strong y The Bulletproof Diet. Presenta Bulletproof Radio, un podcast ganador de un premio Webby. Dave Asprey es el creador del término biohacking que se basa en buscar formas de optimizar nuestra salud para conseguir algún objetivo de forma más efectiva. Es un punto de vista que trata a nuestro cuerpo como un sistema que se puede optimizar.
El contenido del libro lo creó gracias a todas las entrevistas que hizo para su podcast de Bulletproof Radio, donde ya ha entrevistado a más de 500 “expertos”. Según Asprey la parte reptiliana de nuestro cerebro está regida por 3 impulsos: Miedo, hambre, reproducción.
Esto evita que queramos tomar riesgos, hace queramos comer siempre que podamos y es lo que nos lleva a pensar tanto en sexo. El libro busca dar herramientas para pasar de que nuestro cerebro sea el que nos controle a que seamos nosotros quienes lo controlemos.
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¿Qué es el biohacking?
Antes de profundizar en los aspectos prácticos del biohacking, primero respondamos una pregunta: ¿por qué molestarse con el biohacking en primer lugar?
Según el autor, la principal razón es que el sistema operativo de nuestro cuerpo y mente está desactualizado. Se construyó en torno a las necesidades de nuestros antepasados, que evolucionaron en un mundo hostil, en el que la supervivencia era su objetivo primordial. Para actualizar nuestro sistema operativo para adaptarse al mundo moderno y sincronizarlo con nuestros objetivos, menos orientados a la supervivencia, debemos actualizarlo.
Para hacer eso, necesitamos saber qué estamos actualizando. Nuestro cerebro tiene ciertas configuraciones predeterminadas y nuestro instinto es seguirlas. Estos impulsos toman el control de nuestro sistema nervioso para mantenernos enfocados en los tres factores fundamentales de la supervivencia de una especie. Podemos llamarlos las tres F: miedo (fear), comida (food) y, por cortesía, llamémoslo “fornicación”.
Las tres F constituyen los aspectos cruciales de la supervivencia. ¿Quieres evitar morir de hambre? Consume carbohidratos ¿Quieres evitar que tus genes desaparezcan ? Crea descendencia. ¿Quiere evitar ser atacado por depredadores? Luchar o huir son ambas respuestas basadas en el miedo.
Puede que no parezca obvio, pero muchos de nuestros comportamientos y deseos cotidianos giran en torno a las tres F: pasamos nuestro tiempo persiguiendo el poder, el dinero y el atractivo físico. ¿Por qué? En gran parte porque nos ayudan a garantizar la seguridad, la alimentación y las parejas sexuales.
No hay nada de malo en ninguna de estas cosas de por sí. Los problemas surgen cuando nos controlan. Si dejamos que nos controlen, lo que sucede si no tenemos cuidado, nuestros pensamientos y comportamientos automáticos pueden crear malos hábitos, reduciendo nuestras disciplina, creatividad, y motivación.
El objetivo no es para renunciar a la comida, el sexo o la seguridad. Sino tomar el control de nuestros pensamientos y comportamientos automáticos a su alrededor, poniendo nuestro yo racional al control. Y ahí es donde entra en juego el biohacking.
Empieza por decidir donde quieres estar en 20 años y ponte en la piel de tu yo de dentro de 20 años
Imagínate cómo será un día en tu vida dentro de 20 años. ¿Cómo empezarás tus mañanas? ¿A qué dedicas tus días? ¿Dónde y con quién estarás?
Prioriza tus tareas según la visión que tengas. Elimina todo lo que no te ayude a llegar a ese objetivo para que puedas dedicar todas tus energías a llegar donde sabes que quieres llegar.
- No hagas cosas que odias solo para demostrar que puedes hacerlas.
- Controla cómo te refieres a las cosas porque las palabras son más que eso. Las palabras muestran lo que realmente piensas y cómo ves el mundo, así que asegúrate de decir las cosas de forma que te ayuden a llegar donde quieres. Una forma de recordar lo importante que son las palabras sería el concepto de Kotodama en japonés
Kotodama hace referencia a palabras con poder. En Japón se suele considerar que las palabras que usas pueden controlar lo que pasa a tu alrededor, y aunque esto parezca fantasía, y no se equivoca tanto, lo único es que lo que controla es tu subconsciente.
Según el autor, nuestros suelen ser de tres tipos. El primer tipo es tener experiencias, como viajar a lugares desconocidos, o quizá dentro de poco a otros planetas. El segundo es lograr el crecimiento, por ejemplo, desarrollando habilidades y acercarnos a la maestría. El tercero es contribuir al mundo, como construir una empresa que tenga un impacto positivo en los demás.
Cuando planificamos nuestro día, es fundamental recordar nuestros objetivos a largo plazo. Eso se debe a que tenemos una tendencia a obsesionarnos demasiado con los objetivos económicos, como ganar dinero. Cuando eso sucede, perdemos de vista nuestros objetivos finales y comenzamos a trabajar hacia ellos, dedicando todo nuestro tiempo y energía a los medios y olvidando por qué los queríamos en primer lugar. Lo que al final causa apilamiento motivacional, que a la larga significa que perderemos el sentimiento de satisfacción por hacer la tarea, y sera más difícil conseguir motivación intrínseca.
La esencia del mensaje es que permitas que tu cerebro se dedique únicamente a lo que merece la pena, que se dedique solo a lo que sabes que tienes que hacer para llegar donde quieres.
Cómo aprovechar nuestra energía
Al igual que el dinero, nuestro tiempo y energía son recursos finitos y valiosos, debemos protegerlos y sacarles el máximo partido. Una de las formas clave de hacerlo es evitar uno de los sumideros que agotan el tiempo, la energía y nuestra fuerza de voluntad: la fatiga por tomar decisiones, conocido como decision fatigue.
Según el autor, el proceso de depleción de energía seria el siguiente:
- Primero, tenemos que sopesar las opciones, lo que requiere mucha energía.
- Entonces tenemos que comprometernos con una elección, que requiere fuerza de voluntad. Podemos pensar en tu fuerza de voluntad como en un músculo. Cada vez que lo ejercemos, se desgasta un poco.Varios estudios, entre ellos algunos por el Dr. Baumeister, han demostrado que la fuerza de voluntad es un recurso finito, y que cuantas más decisiones tengamos que tomar, más difícil sera que tengamos energía para hacer lo que debemos cuando importa.
- Al final de cada día, hemos tomado docenas, o cientos, de decisiones, que van desde pequeñas, como qué calzoncillos usar, hasta grandes, como cómo darle una mala noticia a un amigo o decidir si cambiar de trabajo.
Ninguna de esas decisiones es necesariamente abrumadora de por si, pero cumulativamente pasan factura y nos dejan cada vez más cansados. La forma más sencilla de evitarlo es minimizar la cantidad de decisiones que tenemos que tomar cada día. Y para ello, el autor nos recomienda aprender a automatizar, así como aumentar la efectividad de nuestros procesos.
Desarrolla rutinas que te permitan eliminar la necesidad de pensar en cosas que no están relacionadas con lo que quieres conseguir. Si puedes usa la misma ropa o prepararla de forma que sepas que ponerte en cada momento en vez de estar pensando constantemente en qué ponerte. Prepara los mismos platos una y otra vez para evitar tener que pensar en que tienes que cocinar, y si haces que tengan un buen balance nutricional te aseguraste de que estás comiendo lo que debes sin tener que pensar demasiado.
Al crear nuestro guardarropa cápsula, seguiremos el ejemplo de Steve Jobs, que tenían un armario lleno de las mismas prendas, de forma que redujo a cero la necesidad de pensar en qué ponerse cada día. También podemos aplicar un enfoque similar a otras tareas cotidianas, como por ejemplo comer siempre lo mismo cada día, o tener cinco o seis comidas entre las que ir rotando. De esa forma podemos evitar tener que tomar todas las decisiones involucradas en la planificación de las comidas.
Al automatizar nuestras tareas diarias, tendremos tiempo, energía y fuerza de voluntad para dedicarnos a nuestras metas a largo plazo. Seremos capaces de priorizar este último, reservando nuestros recursos internos para el trabajo importante.
