Resumen del libro Friday Forward: Inspiration & Motivation to End Your Week Stronger Than It Started por Robert Glazer (2020)
Resumen corto: Friday Forward, nació de aprovechar la popular newsletter del autor y está repleto de historias inspiradoras y estrategias inteligentes diseñadas para impulsarnos a lograr nuestras metas. Friday Forward es un fenómeno global entre quienes buscan inspiración y motivación. Y empezó como un simple correo electrónico semanal entre oficinas. El CEO Robert Glazer quería conectarse con su equipo compartiendo mensajes sobre el crecimiento personal.
Así que transmitió fragmentos de texto, imágenes e historias que encontró auténticamente inspiradoras. La nota semanal de Glazer a su equipo de 40 personas se “reenviaba” continuamente, lo que hizo crecer este correo electrónico llegara a más de 200.000 lectores en más de 60 países.
Glazer ahora se considera un experto en energizar a las personas para que logren lo mejor de sí mismas. Para ello, el autor nos presenta su enfoque de “cuatro capacidades” para identificar todos los elementos necesarios para nuestro éxito.
¿Quién es Robert Glazer?
Robert Glazer, fundador y director ejecutivo de la agencia de marketing de rendimiento Accelerate, es bien conocido por los cientos de miles de lectores que se suscriben a su newsletter semanal “Friday Forward”. Es autor de varios libros de motivación de gran éxito de ventas y un conferenciante de motivación de gran renombre.
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La importancia de nuestros valores
Cuando unos sociólogos entrevistaron a un grupo de personas no judías que vivían en un pueblo europeo afectado por el Holocausto, se sorprendieron de lo que aprendieron. Algunos de ellos habían arriesgado sus vidas para ayudar, mientras que otros no hicieron nada.
Los sociólogos querían ver qué diferenciaba a los dos grupos. Uno de los principales factores fue la disciplina de los padres. Todos los individuos que habían rescatado a judíos tenían fuertes recuerdos de cumplir las normas, y lo había interiorizado como parte de sus principios.
Basándose en este estudio, el autor nos recomienda hacer algo parecido. Tal y como decía el famoso Simon Sinek, debemos empezar por el porqué, por la razón por la que tiene sentido hacer algo.
Los cuatro factores esenciales según Robert Glazer
Según el autor, para vivir una vida satisfactoria, necesitamos desarrollar cuatro capacidades distintas: espiritual, intelectual, física y emocional. Para desarollar estas capacidades, el autor ha creado una serie de ejercicios mentales. Podemos hacer estos ejercicios en cualquier momento, pero están diseñados para incorporarlos a nuestra rutina matutina.
Profundicemos primero en la capacidad espiritual. Las personas, organizaciones, colectivos y familias positivas tienen una cosa en común: han identificado sus valores fundamentales. Qué es aquello por lo que ellos viven.
Para eso, debemos cuestionarnos a nosotros mismos en momentos en que esos valores parecen comprometidos. Al desarrollar nuestra capacidad espiritual, es recomendable centrarse en identificar lo que realmente importa.
Para desarrollar esta faceta, el autor nos recomienda el ejercicio de la “última charla en casa”. Imaginemos que nos dan 20 minutos para dar una charla sobre cualquier tema. Pero hay un problema: esta será la última charla que demos antes de morir.
Este ejercicio se parece al que nos propone Stephen Covey, de pensar en nuestro funeral, para forzarnos a entender lo que realmente nos importa. Todo lo que tenemos que hacer es responder una pregunta. ¿Cómo nos gustaría ser recordados dentro de 100 años? Responder la pregunta con honestidad requiere que examinemos nuestra vida en detalle. ¿Estamos viviendo como nos gustaría que nos recordasen? Y si no es así, ¿qué cambios debemos hacer?
Si vamos a intentarlo de todas formas, mejor apuntar alto
El espacio, lleva siendo un tema de fascinación para la humanidad desde nuestros inicios. En la antigüedad todo filósofo tenía que aprender sobre el espacio, y la astrología siempre fue una de las formas de ocultismo más populares, hasta el punto en que muchos emperadores cómo el emperador romano Tiberio tenía a un astrólogo en su corte. Nuestra fascinación por el espacio no se limitaba a aprender algo practico sobre lo que hay más allá, sino también a soñar.
Se han escrito libros, se han rodado películas y se han compuesto novelas y, en muchas de estas representaciones de ciencia ficción. Pero pocas se plantean la dificultad real de llegar al espacio,los costos y los cálculos necesarios para hacerlo posible.
Eso es lo que muestra la increíble historia de Apollo 8. Estados Unidos estaba encerrado en rivalidad con la Unión Soviética y se estaba quedando atrás en la Carrera Espacial. Pero decidieron apostar, esforzarse y demostrar que tenían la capacidad de enviar la primera misión tripulada a la órbita de la luna.
La misión salió bien y, hasta el día de hoy, el éxito del Apollo 8 sigue siendo una inspiración. En 1946 la Segunda Guerra Mundial había llegado a su fin. Las fuerzas aliadas, lideradas por la Unión Soviética y los Estados Unidos, obtuvieron la victoria. Pero las relaciones entre los dos países se habían deteriorado. En ese año, Joseph Stalin declaró que la Unión Soviética pronto superaría a Occidente en ciencia y tecnología, y comenzó una batalla ideológica.
El pico del éxito de la Unión Soviética fue el lanzamiento del famoso satélite Sputnik en órbita. Aunque pequeño, este paso tecnológico, dado el 1 de octubre de 1957, fue significativo para la humanidad. Pero la influencia tecnológica de los soviéticos hizo que mucha gente se detuviera. Los cohetes que fueran lo suficientemente potentes para lanzar satélites al espacio serían lo suficientemente potentes para lanzar misiles por todo el mundo.
Estados Unidos se estaba quedando atrás. Cuando intentaron enviar su propio satélite al espacio ese mismo año, fue un fracaso. El cohete se elevó unos pocos pies por encima de la plataforma de lanzamiento antes de estrellarse y explotar.
Y luego, en abril de 1961, los soviéticos confirmaron su dominio. El cosmonauta ruso Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en ser lanzado al espacio y lograron la difícil tarea de hacer que orbitara la Tierra y luego regresara sano y salvo.
Después del Sputnik quedó claro que los estadounidenses tendrían que esforzarse. Sus esfuerzos tuvieron resultados mixtos. Para empezar, en septiembre de 1958, el presidente Eisenhower creó la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio NASA.
Gracias a la NASA, el astronauta Alan Shepard se convirtió en el primer estadounidense en el espacio cuando voló la primera misión del programa Mercury. La misión de Shephard fue un éxito, pero algo decepcionante en comparación con los logros del gobierno Sovietico. Había llegado al espacio y había regresado, pero después de Gagarin.
Ese mismo mayo, el presidente John F. Kennedy se presentó ante el Congreso y proclamó que Estados Unidos no se detendría. Su audaz objetivo era enviar a un hombre a la luna antes del final de la década. Todos sabemos cómo resultó eso, pero en ese momento el objetivo de JFK parecía absurdamente ambicioso. El moonshot es un buen ejemplo de lo que el autor Jim Collins llama Big Hairy Audacious Goal, o BHAG.
Según el autor, la clave de su éxito estaba en tener un objetivo fijo, claro, que todos conocían y convertirlo en algo que le importaba a gran parte del país, y por lo tanto hacer uso de la presión social para motivar al equipo de la Nasa. Además, tenían una fecha limite, lo que les ayudó a evitar lo que se conoce como principio de Parkinson, por el cual vamos aumentando el tamaño del trabajo hasta que ocupa todo el tiempo que le asignamos.
