
Resumen del libro El Principio de Oz por Roger Connors y Tom Smith (The Oz Principle)
Reseña/Sinopsis: Al seguir el camino de cuatro pasos de los autores hacia la responsabilidad personal, podemos liberar nuestro poder para hacer cambios en nuestras vidas.
¿Quiénes son Roger Connors y Tom Smith?
Los cofundadores y directores ejecutivos de Partners in Leadership, Roger Connors y Tom Smith, son coautores de tres libros vendidos por el New York Times. Connors y Smith han organizado talleres y asesorado a muchas empresas líderes como expertos en responsabilidad en el empresa.
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La responsabilidad es nuestra
Supongamos que tenemos un trabajo que despreciamos. Las horas son largas, el trabajo es tedioso y repetitivo, y la paga es baja. Pero en lugar de buscar un nuevo trabajo, nos lamentamos y nos quejamos de que no hay suficientes trabajos en el área, de que solo las personas con las conexiones adecuadas obtienen buenos trabajos y de que nada nos va bien.
Muchos de nosotros hemos sentido esto en algún momento de nuestras vidas. Esta mentalidad, sin embargo, no hace nada para mejorar nuestras vidas. No podemos culpar a otros si queremos hacer un cambio positivo. Debemos aceptar nuestra responsabilidad por nosotros mismos, nuestros trabajos y nuestra satisfacción.
Ser responsable de algo, a veces puede sentirse como una carga. Con frecuencia tratamos de transferir la mayor responsabilidad posible a nuestros jefes, el gobierno o familiares. Sin embargo, cuando delegamos nuestras responsabilidades, nos volvemos dependientes de los demás. Y en el proceso estamos entregando la capacidad de cambiarnos a nosotros mismos. La única forma de mejorar nuestras vidas es asumir la responsabilidad.
Esta es una verdad que debemos aceptar, sólo así podremos encontrar un nuevo empleo y adquirir experiencia. Es cierto que las situaciones pueden parecer abrumadoras a veces. Pero volver a levantarse después de ser derribado es una elección que hacemos. Podemos lograr nuestras metas y controlar nuestras circunstancias a través de la responsabilidad personal: nuestras decisiones son nuestras. Pero, ¿cómo debemos proceder?
Gran parte del problema depende de la perspectiva
Consideremos un momento en el desafío al que nos enfrentamos, podría ser una montaña de trabajo sin terminar o facturas que no podíamos pagar. ¿Cómo nos sentimos cuando pensamos en el problema mientras buscamos una solución?
Podemos enfocar el problema de dos formas “por encima” y “por debajo” de la línea. Cuando pensamos por debajo de la línea, nos vemos a nosotros mismos como víctimas y culpamos a los demás. Sin embargo, cuando pensamos por encima de la línea, miramos un problema constructivamente y tratamos de resolverlo.
Consideremos un ejemplo. Denis se enfrentó al desafío de no tener nuevos productos por tercer año consecutivo como vicepresidente de ventas. Convocó una reunión con sus otros gerentes de ventas, quienes estaban hartos de tener que vender los mismos productos de siempre en los que los clientes habían perdido interés.
Dennis permitió que su personal pensara por debajo de la línea durante los primeros 30 minutos de la reunión, lo que les permitió ventilar sus quejas y frustraciones. Pero luego se puso manos a la obra y alentó a sus empleados a pensar fuera de la caja. Dennis y su equipo desarrollaron estrategias de ventas creativas que resultaron en ventas récord al cambiar el tono de la conversación de quejas a cambios reales.
El pensamiento por debajo de la línea es una reacción natural: con frecuencia nos vemos a nosotros mismos como víctimas cuando no tenemos la culpa de nuestros problemas, como durante un desastre natural o cuando somos víctimas de un crimen.
Sin embargo, cómo respondamos a estos eventos depende totalmente de nosotros. Adam Walsh, el hijo de seis años de John y Revé Walsh, fue secuestrado y luego encontrado muerto en 1989. Incluso después de un crimen atroz, la pareja pensó por encima de la línea y tomó medidas para ayudar a los demás. Desde entonces, han trabajado para desarrollar sistemas de apoyo, medidas preventivas y legislación para casos de niños desaparecidos.
Todos tenemos puntos ciegos
Cuando se les pide a dos testigos del mismo evento que describan lo que vieron, obtenemos dos versiones diferentes de lo que sucedió. Y lo mismo se aplica a nuestros problemas. Todos tenemos problemas. Mientras que una persona puede ver un desafío como el final de su vida, otra puede verlo como una oportunidad para cambiar su vida para mejor.
Lo que vemos es “nuestra realidad”, no la “realidad”. Y en muchos casos, lo que vemos puede no revelar todo lo que necesitamos saber. Todos tenemos puntos ciegos, áreas de nuestras vidas que no miramos de cerca o a las que no prestamos atención.
Luis se consideraba un hombre de negocios exitoso y un padre y esposo cariñoso. Pero, aparentemente de la nada, su esposa lo dejó. No podía creer lo que veía. La causa fue que Luis, como todos nosotros, tenía puntos ciegos. Solo vio el éxito en su vida y no sabía que no estaba pasando suficiente tiempo con su familia y que él y su esposa se estaban distanciando.
No podemos permitir que los puntos ciegos oculten nuestros problemas si queremos ser personalmente responsables. La solución es solicitar feedback de los demás. Esto es especialmente importante si, como Luis, creemos que todo está bien y que tenemos pocos o ningún problema. Otros pueden ver nuestra situación desde un punto de vista diferente, a menudo esclarecedor.
Otro ejemplo de esto es el de Jessie, una jugadora de fútbol que está insatisfecha con su posición en el banquillo durante los partidos. Finalmente le preguntó a su entrenador por qué no estaba jugando. Él le dijo que ella no era lo suficientemente buena y eso cambió todo. Jessie decidió mejorar su técnica practicando y perfeccionando sus habilidades. Y en poco tiempo ascendió a la posición de jugadora regular. Reforzamos nuestra visión y somos capaces de “verla” cuando buscamos puntos ciegos a través de la conciencia y el feedback. Este es el primer paso hacia la responsabilidad personal.
