Resumen del libro Diccionario de Lenguaje no Verbal por Joe Navarro

Resumen del libro Diccionario de Lenguaje no Verbal por Joe Navarro

Reseña/Sinopsis: Tras el éxito internacional del bestseller El cuerpo habla, el ex-agente del FBI y experto mundial en lenguaje no verbal, Joe Navarro, vuelve con su obra más práctica y útil: un novedoso diccionario en el que describe y explica más de 400 actitudes corporales y sus correspondientes interpretaciones.

Por ejemplo cómo detectar preocupación o engaño en los labios de nuestro interlocutor; cuáles son las múltiples maneras de cruzar los brazos y qué significa cada una de ellas; cómo la posición de los pulgares al apoyarnos las manos en la cadera refleja nuestro estado mental… y otras muchas revelaciones fascinantes.

¿Quién es Joe Navarro?

Joe Navarro tiene más de 25 años de experiencia como perfilador criminal para la Oficina Federal de Investigaciones. Él es el autor del libro de ventas: El Cuerpo Habla: An Ex-FBI Agent’s Guide to Speed-Reading People

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¿Cómo podemos crear una buena primera impresión?

Todos sabemos que los primeros momentos que pasamos con una nueva persona son críticos para cultivar crear una buena impresión, pero ¿sabías que las personas comienzan a cultivar una primera impresión de nosotros antes de que incluso abramos la boca? 

Lo primero que una persona nota de nosotros es nuestro cuerpo, nuestros ojos y la expresión de nuestro rostro, y mejorar estos tres elementos es el primer paso para crear una buena impresión. 

El primer consejo es que debemos posicionar nuestros cuerpos con nuestros corazones dirigidos directamente hacia ellos; esto comunica sinceridad, compromiso total con la conversación y respeto. Después de eso, es importante mirar a los ojos. El contacto visual directo es una buena forma de generar confianza y es un componente esencial de caer bien. 

Finalmente, es mejor asegurarnos de que seamos los primeros en sonreír. La otra persona reconocerá inconscientemente nuestra sinceridad y gracias a lo que se conoce como neuronas espejo, tendrá una mayor probabilidad de copiar nuestro lenguaje corporal lo que a su vez le llevará a pensar que se siente cómodo con nosotros. 

Una vez que hayamos establecido un ambiente amistoso y acogedor para la reunión, romperemos el hielo presentándonos. Simplemente un saludo estándar como “hola” o “hola” en un tono amistoso es suficiente. Pensarlo demasiado es contraproducente, y cuanto más sencillo lo hagamos mayor es la probabilidad de que la otra persona se sienta cómoda.

La autoconciencia es la base de la inteligencia emocional

Se refiere a nuestra capacidad para reconocer nuestras propias emociones y el efecto que tienen en quienes nos rodean. Y comprende tres componentes: autoconciencia emocional, autoevaluación y autoconfianza. 

La autoconciencia emocional consiste en entender nuestros propios sentimientos. Esto es a menudo un desafío. Las emociones siempre están cambiando, lo que las hace  difíciles de entender y analizar. Además, muchos de nosotros crecimos en entornos emocionalmente poco sanos y, por lo tanto, luchamos por aceptar nuestras emociones negativas en la edad adulta. 

Al principio, el autor aprendió a reprimir sus emociones, las cuales, si las expresaba, a menudo enfadarían a su padre alcohólico. Y este hábito temprano se prolongó hasta la edad adulta. 

Por suerte, podemos usar el marco SACHET para identificar nuestras emociones. El marco SACHET representa seis estados: Triste, Enojada, Asustada, Feliz, Emocionada y Tierna. Esas seis familias se subdividen en muchas otras emociones, pero es un buen comienzo si podemos identificar en qué familia estamos en un momento dado. 

El siguiente paso para lograr la autoconciencia es mejorar la autoevaluación/metacognición, la capacidad de identificar y explorar nuestras propias fortalezas y debilidades. La autoevaluación se trata de escuchar comentarios sobre nosotros mismos y nuestro comportamiento, y ajustarnos en consecuencia. 

Por último, trabajar nuestra confianza en nosotros mismos. La confianza en uno mismo, que se basa en la autoevaluación, se trata de ser capaz de mantener la compostura, sin importar la situación. Una persona con mucha confianza en sí misma está centrada en todo momento. Cuando estamos  seguros de nosotros mismos,  nos entendemos tan bien que ya no nos afecta cuando otros dudan de nosotros.

¿Qué procesos controlan nuestra toma de decisiones?

Todos los días tomamos innumerables decisiones, desde cómo gastar usar nuestro tiempo libre hasta qué comer para la cena. Pero, ¿Qué procesos psicológicos impactan estas decisiones? valoramos más las cosas si hemos invertido para conseguirlas, incluso si no son buenas. 

Elliot Aronson y Judson Mills demuestran esto en un estudio de 1951: se hizo que los participantes soportaran una iniciación vergonzosa leyendo un pasaje lascivo en voz alta a un experimentador, como un medio para entrar en un grupo de discusión sexual ficticio. 

Una vez que estos participantes habían pasado esta prueba, se les permitió escuchar una sesión grupal que los experimentadores hicieron intencionalmente aburrida. La recompensa que recibieron estos participantes no coincidió con sus expectativas dado su sacrificio inicial, se convencieron de que la recompensa era mejor de lo que era, sobrevalorando la sesión en comparación con aquellos que no habían pasado por la iniciación. 

El problema aquí es que valorar las cosas con base en el sacrificio para lograrlas tiende a producir malas decisiones. Más específicamente, nos dificulta reducir nuestras pérdidas. Imaginemos un gobierno que ya ha gastado 20 mil millones en un proyecto de presas de 2 mil millones. En este punto de la construcción, los ingenieros notan que el proyecto será ineficaz una vez completado y sugieren que se abandone. 

Sin embargo, el gobierno ya ha invertido dinero terminando con una presa cuyo funcionamiento cuesta más dinero del que producirá. Pero lo que es que las decisiones que tomamos son producto de cómo se presentan nuestras opciones. Consideremos el estudio de Alexander Rothman et al de 1999, que hizo que los participantes leyeran uno de los dos folletos sobre un enjuague bucal. 

Un panfleto tenía un lenguaje positivo, como “el enjuague bucal ayuda a combatir la placa”, mientras que el otro tenía una redacción negativa, como “no usar enjuague bucal conduce a la acumulación de placa”. Ambos dijeron lo mismo, pero el 67 por ciento de los que leyeron el positivo pidió una muestra gratis en comparación con el 47 por ciento de los que leyeron el negativo.

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