
Resumen del libro Di lo que quieres decir Cómo tener diálogos cercanos y sinceros a través de la comunicación no violenta por Oren Jay Sofer (Say What You Mean)
Reseña/Sinópsis: Di lo que quieres decir (2018) es una guía para una comunicación efectiva y significativa. Demuestra cómo podemos liberarnos de viejos hábitos inútiles y aprender a expresarnos con claridad y autenticidad. Nos enseña algunas técnicas para hacer que nuestras conversaciones sean más efectivas y agradables.
¿Quién es Oren Jay Sofer?
Oren Jay Sofer es un coach certificado en comunicación no violenta. Viaja por el mundo enseñando retiros y talleres de meditación y comunicación. Es el fundador de Next Step Dharma, una plataforma de cursos de meditación, y cofundador de Mindful Healthcare, que capacita a los trabajadores de la salud en atención plena y comunicación.
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¿Alguna vez hemos tratado de hablar con alguien que parecía no escucharnos?
¿Alguna vez nos hemos encontrado contándole una historia a un amigo cuya atención está pegada a su teléfono, o conversando con un compañero cuyos ojos están pegados a la televisión? Si es así, entenderemos lo frustrante que puede ser porque, a pesar de que ambos hablamos el mismo idioma, es como si ni siquiera estuviéramos allí.
Puede parecer obvio, pero a menudo olvidamos por qué nos comunicamos en primer lugar. El objetivo de toda comunicación es lograr la comprensión. Sin embargo, para que la comprensión sea el fin de nuestra comunicación, primero debemos ser conscientes de lo qué implica la comunicación.
La base de la comunicación es la presencia. Más que un estado mental, la presencia implica ser físicamente consciente y sentir todos los aspectos de uno mismo a través del propio cuerpo. Es estar sincronizado con nuestros estados mentales y experiencias emocionales a medida que se manifiestan en nuestros cuerpos.
¿Cómo hacemos que nuestras conversaciones sean más significativas?
Para empezar, debemos tener en cuenta que la presencia se trata de ser consciente. Comienza con ser consciente de lo que pasa en el ahora sin juzgar o reaccionar. Podemos usar una técnica simple para mejorar nuestra capacidad de estar presente, comenzando por reflexionar sobre lo que ya sabemos al respecto.
Consideremos qué nos ayuda a mantenernos conectados y qué nos distrae para lograr esto. Por ejemplo, podemos notar que cuando disminuimos la velocidad , escuchar la música que disfrutamos y pasar tiempo con buenos amigos, nos hacemos más conscientes del mundo que nos rodea y de nosotros mismos.
Por otro lado, factores como el hambre, el agotamiento o el estrés hacen que perdamos nuestra conciencia. sentido Eso es lo que pasa cuando nos sorprendemos a nosotros mismos, por ejemplo, golpeando cosas con prisa o gritando a la gente con frustración.
Si sabemos qué es lo que nos impide estar conectados, podemos detectarlo en nuestra vida diaria y tomar las medidas necesarias para corregirlo. Lo más importante, la presencia implica ser sincero y honesto con nosotros mismos.
Eso no significa que tengamos que decir todo lo que nos venga a la mente. Implica reconocer y aceptar la realidad de lo que está ocurriendo. Como resultado, podremos identificar y reflexionar más sobre los momentos en que estamos estresados o molestos. Aunque no podemos detener el desarrollo de esos estados emocionales, ser conscientes de ellos nos permite elegir cómo responder. Y si somos más deliberados en nuestras reacciones, evitaremos conflictos innecesarios.
La importancia de parar y pensar
Un maestro de meditación que trabajaba con un grupo de prisioneros les pidió una vez que sumaran la cantidad de tiempo que habían pasado allí, el total llegó a más de cien años. . después preguntó: ‘¿Cuánto tiempo os llevó decidir cometer el crimen que os trajo aquí?’ El tiempo total fue de menos de dos horas.
La mayoría de nuestros impulsos no son de naturaleza criminal, pero la pausa crítica entre un impulso y la acción resultante es útil para algo más que simplemente evitar la cárcel. Las pausas reflexivas tienen el poder de hacer que una conversación sea más atractiva y, en última instancia, satisfactoria.
Cuando abordamos una conversación con atención, notaremos que cada momento brinda la oportunidad de hablar o escuchar. Entender esto puede significar la diferencia entre un intercambio animado o tedioso con amigos o compañeros de trabajo.
Las conversaciones que importan requieren decisiones deliberadas por parte de los participantes, y saber cuándo y dónde escuchar o hablar en el flujo de la conversación se conoce como un punto de elección.
El primer paso es conocernos mejor centrándonos en lo que sentimos en distintas conversaciones. Para hacerlo, primero debemos elegir a alguien en nuestras vidas con quien nos sintamos cómodos. Esto es importante porque estaremos más relajados al hablar con esa persona.
Prestemos atención a cuándo elegimos hablar en nuestra conversación con esta persona. Si nos encontramos en medio de un monólogo que no teníamos la intención de tener, debemos detenernos y darle a la otra persona la oportunidad de unirse. Podemos notar que a veces nos sentimos obligados a hablar, mientras que otras nos sentimos obligado a guardar silencio.
Prestemos mucha atención a cómo se siente ser activo al elegir hablar en lugar de lanzarse automáticamente a un tema sin pensar a medida que avanza la conversación. Poner en práctica esta exploración de nuestras tendencias y patrones nos conducirá a una forma de expresión más auténtica.
No hay una forma correcta o incorrecta de participar: se trata de participar de una forma que funcione para nosotros. Practicar ser consciente de cuándo hablar y cuándo escuchar nos ayudará a llenar nuestras vidas con esas conversaciones apasionantes que hacen que hablar con otros sea un placer.
