
Resumen del libro Cooking Up a Business Lessons from Food Lovers Who Turned Their Passion into a Career and How You Can, Too por Rachel Hofstetter 2013
Resumen corto/Sinópsis: Cooking Up a Business es ideal para cualquier entusiasta de la comida convertido en empresario. ¿Vivimos saboreando todos y cada uno de los nuevos sabores que encontramos? Cuando probamos un producto alimenticio, ¿pensamos: podría hacerlo mejor que esto? Si tenemos sueños de convertirnos en empresarios y nos gusta la comida este es nuestro libro. Ya sea que estemos probando las aguas con un nuevo producto o buscando revitalizar la estrategia de nuestra empresa, este resumen nos ofrece orientación combinada con historias de empresarios y líderes en sus sectores.
¿Quién es Rachel Hofstetter?
Rachel Hofstetter es una ávida escritora sobre temas de alimentación, alimentos y colaboradora de revistas como The Oprah Magazine y Reader’s Digest. Es la fundadora de Guesterly, un servicio que crea folletos para eventos personales y corporativos.
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¿Se puede empezar un negocio casi sin dinero?
Se nos dice constantemente, ya sea por libros o amigos cercanos, que persigamos nuestros sueños sin importar lo que pase. Pero, ¿qué pasa si queremos iniciar un negocio de alimentos y estamos cortos de efectivo?
Para muchos de nosotros esto podría convertirse en una excusa lo suficientemente fuerte como para dejar el proyecto aparcado, pero según la autora, la falta de financiación no es un callejón sin salida. Más bien, es una oportunidad para poner a prueba nuestra creatividad e ingenio. Tomemos como ejemplo a los fundadores de Love Grown Foods. Mientras aún estaban en la universidad, tuvieron la idea de construir un negocio de alimentos utilizando sus deliciosas recetas familiares de granola.
Durante el día, los dos jóvenes vivían en casa de sus padres y para asegurarse de reducir el riesgo consiguieron trabajos a tiempo completo. Pero por la noche, durante horas cocinaron y envasaron a mano lotes de granola en una cocina de catering.
Con el tiempo demostraron que con trabajo duro, podían iniciar su negocio con poco dinero inicial. Además de trabajar con recursos limitados, debemos sentirnos cómodos vendiendo nuestro producto antes de fabricarlo.
Empezaron vendiendo su producto a dos cafeterias de su barrio, y al poco tiempo consiguieron un trato con el mercado de la ciudad de Aspen. Estaban preocupados por el tamaño del pedido, pero con unas horas extra de trabajo, cumplieron con su fecha límite.
Tras este éxito, cerraron un trato con el supermercado publicitario King Soopersr en Denver que llevó su producto a 40 tiendas. Y al poco tiempo ya querian expandir sus pedidos para 80 tiendas, y este fue el momento en que se dieron cuenta de que podían dedicarse a su proyecto a tiempo completo. En un impresionante ejemplo de escalamiento, Love Grown Foods llegó a 1300 tiendas tan solo 18 meses después del primer acuerdo con un supermercado.
¿Podemos empezar un negocio sin saber cuál es nuestro producto?
Las ideas a menudo surgen de prueba y error, especialmente en la industria alimentaria. Zak Zaidman, por ejemplo, sabía que quería apoyar a los agricultores orgánicos en Costa Rica, pero le llevó un tiempo encontrar un producto para vender con éxito. Zaidman se había enamorado del paisaje costarricense y vio que el uso de pesticidas en el cultivo estaba destruyendo esta hermosa tierra.
Las condiciones de trabajo en las fincas eran malas, y esto le inspiró a hacer algo para mejorar la situación de los trabajadores. La simple distribución de plátanos no era suficiente para apoyar a las granjas y darles una ventaja en un mercado más grande, asi que probó a hacer derivados de los productos locales, entre ellos vinagre de plátano, chocolate y frutos secos. Para su sorpresa, el vinagre no se puso de moda, pero el chocolate fue un éxito.
Hoy en día su empresa, Kopali Organics, almacena sus productos en todos los Whole Foods Market de Estados Unidos. Aunque el primer producto de Zaidman no tuvo éxito, su idea de respaldo combinada con una historia de marca genuina (productos orgánicos y de comercio justo) que resonó entre los clientes.
De forma similar a la experiencia de Zaidman, las emprendedoras Shannan Swanson y Liane Weintraub comenzaron su negocio de alimentos sin un producto claro en mente. Como madres jóvenes, las dos mujeres querían proporcionar a los niños alimentos orgánicos para bebés. Sabían que querían que su empresa liderara el mercado. ¿Pero cómo? Decidieron que su empresa se basaría en tres atributos principales: genuino, orgánico y, lo que es más importante, divertido. Aunque cambiaron su producto de alimentos para bebés a refrigerios de frutas para niños, se mantuvieron fieles a los valores originales de su marca.
¿Cómo podemos escalar nuestros negocios?
Muchos empresarios exitosos de alimentos comienzan su viaje desde la cocina de su hogar. Sin embargo, escalar una receta a un negocio nacional no es fácil. Mary Waldner aprendió que mantenerse involucrada personalmente en la producción es crucial al escalar. Se inspiró para iniciar un negocio de productos sin gluten ya que ella misma tenía alergia al gluten, una condición que en la década de 1990 todavía era desconocida.
Así que decidió hacer galletas sin gluten. Para ver si podría funcionar, probó a darle las galletas a sus amigas y al ver que les encantaba su sabor y la alentaron a llevar el producto más allá, nació Mary’s Gone Crackers. A medida que las galletas saladas de Waldner se hicieron cada vez más populares, su equipo decidió expandirse.
Aunque esto fue un paso adelante considerable, presentó otros problemas. Waldner tenía menos control sobre su producto y sus galletas no se producían con los estándares que ella esperaba. Así que decidió cambiar de rumbo. Después de obtener capital de riesgo, Waldner abrió su propia fábrica.
Aunque no podía producir tanto como con el método anterior, Waldner tenía más control sobre el proceso de producción. Esto elevó la calidad de su producto, y Waldner estaba feliz de permitir que su marca y compañía crecieran a un ritmo más lento pero constante.
Aunque las empresas pueden escalar rápido, algunos empresarios tienen dificultades para escalar. Phil Anson quería vender burritos frescos como producto al por mayor, pero tenía problemas con las estrictas regulaciones alimentarias. Cuando Anson trasladó la producción de su cabaña de Colorado a una cocina comercial, se dio cuenta de que los productos frescos al por mayor que contenían carne debían fabricarse legalmente en una instalación aprobada por el USDA.
Después de cinco años de luchar con los costos, las pesadillas de distribución y los problemas con el tiempo de vida útil, estaba claro que su producto de alimentos frescos era difícil de escalar para ese mercado. Así que investigó un poco y cambió a alimentos congelados, ya que los productos congelados son mucho más escalables que los frescos. La marca Anson Evol de burritos congelados ahora llega a 7,000 tiendas, una mejora comparado con las 400 que tenían su producto fresco.
