
Resumen del libro Cómo tener un buen día Pensar en grande, sentirse mejor y transformar tu vida laboral por Caroline Webb (How to Have a Good Day)
Reseña/Sinópsis: Cómo Tener un Buen Día (2016) explica cómo aprovechar al máximo nuestros días de trabajo, con consejos basados en hallazgos recientes en psicología, economía y neurociencia. Nos enseñarán cómo navegar los desafíos de la empresa moderna como un profesional y aumentarán nuestros niveles de energía en días estresantes o agotadores.
¿Quién es Caroline Webb?
Caroline Webb es una consultora de gestión que pasó 12 años en McKinsey antes de iniciar su propia empresa, Sevenshift, que se especializa en ayudar a los clientes a aumentar su productividad, energía y entusiasmo. Su trabajo ha aparecido en publicaciones como el New York Times y Forbes.
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¿Alguna vez hemos llegado al final del día y nos hemos sentido como si se hubiera desperdiciado por completo?
Aquí hay algunas sugerencias para ayudar a aliviar esa sensación. Establezcamos nuestras intenciones para cada día y eliminemos cualquier actividad que sepamos que nos distraerá de lograrlas.
Por ejemplo, Martin, uno de los clientes de Caroline Webb, es el director de estrategia de un fabricante de aviones. Se dio cuenta de que cada vez que se sentía abrumado con sus tareas diarias, adoptaba hábitos que lo distraían, como consultar páginas web de noticias. ,
Para aumentar la productividad, identifiquemos los hábitos de distracción que tenemos y trabaje duro para evitarlos. Mantener nuestro enfoque en los objetivos del día.
En segundo lugar, debemos enmarcar nuestros objetivos de forma positiva. Los objetivos de enfoque son objetivos que establecen el resultado positivo que esperamos lograr, como “hacer que mi producto sea irresistible”.
Los objetivos de evitación, en cambio, indican el resultado negativo que esperamos evitar, como “dejar de perder clientes”. Hay investigaciones que respaldan los beneficios de esta estrategia: un estudio de 1997 descubrió que los estudiantes que usaron metas de aproximación se desempeñaron mejor que aquellos que usaron metas de evitación.
En tercer lugar, diseñemos un plan de cuándo y después para tener en cuenta los posibles obstáculos a nuestros objetivos. Tomemos, por ejemplo, a la autora, que no es una madrugadora natural. Tuvo la tentación de dormir hasta tarde y desperdiciar sus mañanas después de que fundara su propia firma de consultoría y ya no tenía un jefe esperándola en el trabajo por la mañana.
Ideó una estrategia de cuándo y después para superar este desafío: cuando se despierta, sale a caminar un poco antes de revisar los correos electrónicos. Esta simple regla la ayuda a levantarse de la cama y afrontar el día con una actitud positiva.
¿Por qué parece que nunca cumplimos con nuestros objetivos?
Supongamos que estamos en una tabla de surf, más allá de las olas. Estamos disfrutando del sol y la fresca brisa marina mientras esperamos el momento perfecto. Pero cuando miramos hacia atrás a la costa, nos damos cuenta de que estamos siendo arrastrados por una corriente, remamos contra la corriente, pero es más fuerte que nosotros y nos arrastra lejos de donde queremos estar.
Esta breve metáfora describe la vida de muchos de nosotros. Estamos desorientados, exhaustos y a la deriva cuando llegamos a los cuarenta o cincuenta años, sobrecargados de trabajo, nuestra salud no es buena y nuestras relaciones han sufrido.
La vida no se parece a lo que habíamos imaginado, y no tenemos idea de cómo nos desviamos tanto. Las circunstancias de nuestra vida tienen un impacto, y es posible que no podamos influir sobre estas circunstancias, pero podemos elegir cómo reaccionamos ante ellas.
Entendemos que deberíamos empezar a decir que no a las horas extra de trabajo, y que no deberíamos comer comida rápida, pero seguimos posponiendo los cambios que sabemos que debemos hacer. Siempre encontramos otra razón para no cambiar nuestra dieta, ir al gimnasio, descansar más o pasar tiempo con la familia. Nos decimos a nosotros mismos que no podemos evitarlo y este tipo de patrones de pensamiento nos llevan a creer que no tenemos control sobre nuestras vidas. Pero, no podríamos estar más equivocados, podemos recuperar el control sobre cómo vivimos.
Cómo lidiar con el ajetreo diario
Los lugares de trabajo con calendarios abarrotados y listas de tareas hacen que sea fácil sentirse abrumado. Echemos un vistazo a algunas soluciones a estos problemas. Primero, lo físico: durante unos minutos, recuéstese en un sofá, una pelota de ejercicios o incluso en la silla de nuestra oficina y es recomendable centrarse en nuestra respiración hasta que nos hayamos calmado lo suficiente como para pensar con claridad.
Después, para dividir nuestro caos en partes manejables, diseñe una estrategia y decida por dónde empezar. Primero, es recomendable hacer una lista de todo lo que tenemos que hacer en los próximos días o semanas. Hacer una lista de las tareas importantes y dar un paso para completar una de ellas hoy, sin importar cuán pequeña sea.
Usemos a Ángela como ejemplo. Angela era una abogada que aspiraba a ser la directora ejecutiva de su empresa. Sin embargo, la tarea de “Comenzar la preparación electoral” parecía desalentadora, le causaba ansiedad, evitó la tarea y procrastinó.
Lo que funcionó para ella fue dividir la tarea en pasos más pequeños, como “tener una conversación con mi jefe sobre mi idea”. La “preparación para las elecciones” se volvió menos abrumadora después de dividirla en pasos pequeños y manejables, y pudo abordarla.
Otro requisito importante para la concentración es tomar descansos al menos cada hora y media. Nuestra concentración fluctúa a lo largo del día y debe recargarse . Nuestros cerebros pasan de estar concentrados a estar atolondrados en minutos, por eso hacemos garabatos o jugamos con nuestros teléfonos cuando nos vemos obligados a concentrarnos durante largos períodos de tiempo. Cuando el famoso psicólogo K. Anders Ericsson estudió a violinistas, atletas y jugadores de ajedrez de clase mundial, descubrió que practicaban en bloques de 10 minutos o menos, con breves descansos entre ellos.
