Resumen del libro Aquello que solo ves al detenerte por Haemin Sunim
Reseña/Sinópsis: Aquello que solo ves al detenerte (2012) describe cómo nuestro mundo acelerado puede volverse abrumador . En un mundo que prioriza la productividad el más mínimo contratiempo puede parecer catastróficos, lo que exacerba la gravedad de los problemas más grandes y acaba generando estrés y ansiedad. Para lidiar con esto debemos aprender a darnos espacio para reducir la velocidad, respirar y con ello conseguir algo de perspectiva de lo que realmente importa.
¿Quién es Haemin Sunim?
Haemin Sunim es uno de los maestros y escritores budistas zen más influyentes del mundo. Tiene más de un millón de seguidores en Twitter y Facebook. Sus libros, incluido Love for Imperfect Things, han sido traducidos a más de 30 idiomas y han vendido más de 4 millones de copias en todo el mundo.

¿Estamos tan concentrados en un proyecto que nos hemos olvidado de todo lo demás?
Por supuesto, el resto del mundo no ha desaparecido. Sin embargo, el proyecto frente a nosotros parece ser el universo entero. Para los budistas, este es un ejemplo de cómo nuestra mente influye en el mundo que nos rodea.
Nuestra realidad es solo aquello en lo que nuestra mente elige enfocarse en un momento dado. No es la situación en la que estamos lo que nos hace felices o infelices. Es nuestra perspectiva de la situación lo que nos hace sentir de esa forma.
Los pensamientos y las emociones negativas con frecuencia son impulsados por nuestra percepción de eventos en el pasado o eventos que pueden ocurrir en el futuro. Pero no podemos cambiar o controlar el pasado o el futuro.
Lo único sobre lo que tenemos control es lo que está pasando en este momento. Cuando no estamos practicando mindfulness estamos viviendo de forma ‘’inconsciente’’, esto significa básicamente que nos estamos dejando llevar por elementos que no entendemos o que a veces ni siquiera sabemos que están allí, como por ejemplo por los bias.
Esto está relacionado con el hecho de que hasta el 40% de nuestras acciones son controladas por nuestros hábitos, es decir las hacemos de forma inconsciente, y esto significa que a menos que tengamos muy buenos habitos, que no suele ser el caso, es muy probable que estemos desperdiciando una gran cantidad de tiempo y posibilidades
Por eso, para evitar ser controlados por nuestro subconsciente y por hábitos que muchas veces no hemos elegido y no nos ayudan, debemos aprender a desarrollar nuestra capacidad de mindfulness.
Si aprender a estar presentes, entender que nos afecta y controlarlo, podemos tomar las riendas de nuestra vida, dejar de ser controlados por malos hábitos y crear buenos hábitos y a partir de allí crear las condiciones necesarias para cumplir con nuestros objetivos.
Si conseguimos hacer esto podemos mas que duplicar el tiempo que tenemos para hacer trabajo de verdad que nos llena, en lugar de desperdiciar nuestro tiempo. Trabajar nuestra capacidad de mindfulness nos permitirá empezar a entrenar nuestra inteligencia emocional, y dejar de ser controlados por lo que Daniel Kahneman llama el sistema I
Todo fluye, cómo lidiar con nuestras emociones negativas
Consideremos un charco con una capa de lodo en el fondo. Cuando agitamos el agua, el lodo se agita y se arremolina. Si se deja solo, el lodo se asentará con fuerza en el fondo donde pertenece. Las emociones negativas son como barro en nuestras cabezas. Tienen varios nombres: rabia, desilusión, celos y odio. Pero estas son solo palabras, y no son muy útiles.
En lugar de concentrarse en las etiquetas, es recomendable centrarse en la energía subyacente a las emociones y tratar de averiguar de dónde proviene. Esa energía cambia con el tiempo. Fluye hasta que finalmente es reemplazada por otra cosa.
Simplemente seamos conscientes de la energía sin hacer ningún juicio. Tomémonos tres minutos para sentarnos en silencio con nuestros sentimientos cuando nos sentimos deprimidos.
Simplemente observemos lo que sentimos sin intentar cambiarlo o valorarlo. Pronto notaremos un cambio en la energía subyacente a esos sentimientos. No podemos controlar nuestras emociones de la misma forma que no podemos controlar el tiempo.
Nuestras emociones no nos definen más de lo que el cielo se define por una tormenta eléctrica. Somos el ser que es consciente de estas emociones, que las nota acercarse y luego disiparse. Cuando observamos cómo cambia nuestra energía emocional, podemos ver que el cambio es inevitable en todas las cosas.
Consideremos todas las cosas que nos interesaban cuando éramos niños. Consideremos lo que nos preocupa hoy. Cambiamos sin ni siquiera ser conscientes de ello. El cambio no es ni bueno ni malo. Las personas viven sus vidas resistiendo el cambio y el statu quo.
Cuando nos resistimos, estamos intentando encajar en el mundo. Sin embargo, podemos relajarnos si simplemente aceptamos las cosas como son. Permitir que el mundo cambie. Somos impotentes para detenerlo. Sólo podemos participar en él.
Sobre nuestra esfera de control
“Controlamos nuestra capacidad de decidir y todos los actos que dependan de este deseo moral. Lo que no es el cuerpo y cualquiera de sus partes, nuestras posesiones, padres, hermanos, hijos, o país – cualquier cosa con la que nos podamos asociar” – Epicteto (Discursos)
La sabiduría viene de entender nuestras limitaciones, más que del conocimiento que podamos adquirir. Si somos capaces de aceptar el poco control que tenemos sobre el mundo, habremos ganado más de lo que nos podría ofrecer cualquier premio o riquezas, porque con ello ganaremos la capacidad de controlar nuestra ira, frustración, e incluso bienestar.
Lo único que podemos controlar, según los estoicos, es nuestra mente. Lo único que requiere nuestra atención, y esfuerzo es gestionar el funcionamiento de nuestra mente y las acciones que derivan de ello.
Nuestros objetivos y metas no son más que externalidades, y que ocurran o no, está fuera de nuestro control. Y por lo tanto, cualquier frustración que podamos sentir por ello nace más de la diferencia entre nuestras expectativas y la realidad, que como resultado de lo que haya ocurrido.
Si nunca hemos pensado o considerado algo, esto no existe para nosotros y por lo tanto no hay posibilidad de que sintamos frustración o ira. En cambio, en el momento en el que nos percatamos de su existencia, todo parece cambiar. Pero en realidad, lo único que ha cambiado es nuestra percepción, y el suceso en sí, nos debería afectar tanto como nos afectó cuando no sabíamos de su existencia.
“Algunas cosas están bajo nuestro control, mientras otras no. Controlamos nuestra opinión, elección, deseos, aversiones, y, en una palabra, todo aquello que hacemos nosotros.
No controlamos nuestro cuerpo, propiedad, reputación, posición, y en una palabra, todo lo que no es resultado únicamente de nuestra acción. Las cosas bajo nuestro control son por naturaleza libres, carecen de obstáculos, y carecen de trabas, mientras que aquellas que no controlamos son débiles, serviles, pueden ser obstaculizadas, y no son nuestras” – Epicteto (Enchiridion)
Solo podemos controlar nuestra opinión de los sucesos, no los sucesos en sí. Nosotros decidimos si algo es extremadamente malo, o simplemente malo, o si algo es lo mejor que nos ha pasado en la vida, o solo un paso más en el camino.
Nuestra percepción es mucho más maleable de lo que creemos, tanto por elementos externos, como por nuestro pensamiento. Pero mientras lo primero está fuera de nuestro control, podemos controlar lo segundo con esfuerzo y disciplina.
Sin importar lo grande que sea un suceso, al final siempre pasará por nuestra mente para ser percibido, y en cuanto se convierte en un pensamiento, podemos controlarlo. Este es todo el poder que tenemos sobre el mundo, el de luchar por controlar una única mente humana.
Olvidarlo y dejarnos llevar por el momento y lo que sucede a nuestro alrededor, es lo mismo que dejar de lado nuestra libertad de forma voluntaria. Entender y aplicar este simple principio es la clave para la libertad.

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