
Resumen del libro 18 minutos Encuentre su foco, controle las distracciones y consiga hacer lo importante por Peter Bregman (18 Minutes)
Resumen corto/Sinópsis: 18 Minutos (2011) es un libro útil para aprender a priorizar, establecer metas y evitar distracciones. ¿Tenemos problemas para concentrarnos? No estamos solos. Con Facebook, Instagram y los smartphones, hacer las cosas que importan es más difícil que nunca. Pero, ¿cómo combatimos estas distracciones y recuperamos nuestra concentración? En primer lugar, debemos reconocer que no podemos hacerlo todo. Debemos asegurarnos de que los objetivos que nos hemos fijado son los nuestros.
El libro nos explica cómo identificar el tipo de trabajo que es apropiado para nosotros, así como también cómo mantener el rumbo y cumplir con nuestros objetivos.
¿Quién es Peter Bregman?
Peter Bregman rinde como asesor y consultor de directores ejecutivos que van desde grandes corporaciones hasta pequeñas empresas emergentes. Su experiencia es en el liderazgo y la mejora del entorno laboral actual. Su trabajo ha sido publicado en Forbes y Psychology Today.
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¿Por qué es importante tomarse una pausa?
Ver nuestra lista de cosas por hacer cuando nos despertamos por la mañana puede ser abrumador. Encontrar suficiente tiempo para hacer todo puede ser un desafío diario. Pero con la estrategia y el enfoque correctos, podemos ser más productivos. Primero, debemos reenfocar nuestra atención deteniéndonos por un momento, reflexionando sobre lo que se necesita hacer para decidir la forma más efectiva de hacerlo.
A veces parar un momento para pensar es mucho más importante, porque tendemos a hacer lo que más nos apetece o menos pereza nos da, incluso si no es lo más importante. Consideremos la función “deshacer envío” de Gmail. Esta función nos da cinco segundos para considerar si nos arrepentimos de haber enviado ese correo electrónico. Las personas solo necesitan cinco segundos para tomarse un respiro y darse cuenta de que han cometido un error.
Aunque evitar escribir y enviar ese correo electrónico en primer lugar es más productivo. Nuestros primeros instintos suelen ser emocionales, y la parte de nuestro cerebro que controla nuestros impulsos necesita unos segundos más para tomar el control y ponernos en el camino correcto. Antes de actuar, disminuyamos la velocidad y tomemos un momento para reflexionar y evitar perder el tiempo.
Esta pausa puede ayudarnos a preparar nuestras mentes para el éxito a largo plazo. Podemos pensar en la vida como una maratón: requiere un esfuerzo y una resistencia constantes. Los corredores de maratón aumentan su resistencia al dividir la semana en cuatro días de carreras cortas, un día de carreras largas y dos días de descanso. Y, como estos corredores, necesitamos este tiempo para reflexionar y poner las cosas en perspectiva.
Podemos pensar de nuevas maneras cuando tomamos un descanso, lo que abre nuevas posibilidades. Sin ese descanso, estaremos en piloto automático, dejándonos llevar por nuestro instinto. Este es el tipo de comportamiento que resulta en errores y oportunidades perdidas. Cuando hacemos una pausa, permitimos que nuestra mente se relaje, vea las cosas con claridad y reconozca las posibilidades de productividad.
¿Nos cuesta saber por dónde empezar?
Debemos organizar nuestra vida y priorizar las cosas que son más importantes para nosotros. Preguntémonos qué queremos lograr en un día, semana, año o vida. Para lograr estos objetivos, necesitaremos direccionalidad, y la clave para mantener el rumbo es limitar nuestras opciones mientras concentramos nuestras fortalezas. Cuando hay menos opciones, es más fácil actuar.
Centrar nuestra atención en aquello en lo que somos buenos y centrarnos en esos talentos y fortalezas es una forma de reducir nuestras opciones. Esta puede ser una fórmula para ser metódicos sobre a qué dedicamos nuestro tiempo y energía. Usando este método, podemos concentrarnos en unas cinco cosas que marcarán una diferencia en nuestras vidas.
Podría ser mejorar nuestra vida social, convertirnos en mejores padres o lanzar un nuevo producto. Estaremos dirigiendo nuestro tiempo y energía de la mejor forma posible si dedicamos el 95 por ciento de nuestro tiempo a estas metas. Pero, es importante recordar que poner nuestras fortalezas primero no implica ignorar nuestras debilidades.
Supongamos que una de nuestras debilidades es que vemos los problemas en términos de blanco y negro. Al trabajar en el tema de la reforma pro salud, el amigo del autor convirtió esta debilidad en una ventaja. Utilizó su postura de “Tengo razón, estáis equivocados” como una fuente de poder para hacer avanzar las cosas y destacar en su trabajo al no quedarse atascado en discusiones improductivas sobre áreas grises.
Entonces, cuando estamos buscando dirección en nuestras vidas y decidiendo en qué trabajar para el próximo día o año, debemos considerar nuestras fortalezas y debilidades. Estaremos bien encaminados para completar las tareas necesarias.
La importancia de priorizar nuestras fortalezas
Ser diferente de la multitud puede ser nuestra principal ventaja competitiva. El mercado actual está abarrotado y la gente tiene más opciones de las que puede manejar. Desde bares y restaurantes hasta gadgets tecnológicosy aplicaciones móviles, los que destacan y triunfan son los que ofrecen algo único y diferente.
Si nos preguntamos en qué tipo de proyecto exitoso trabajar el próximo año, es mejor que prioricemos aquellos con esa característica única que los hace destacar entre la multitud. Estas diferencias a veces pueden inspirarnos a perseguir nuestra pasión, porque dedicar tiempo a las cosas que nos apasionan es más fácil y agradable.
Puede llevar tiempo mejorar o perfeccionar una habilidad, por lo que es mejor centrar nuestros esfuerzos en algo que nos apasione. Un estudio de la Academia de Música de Berlín descubrió que convertirse en violinista profesional requiere 8.000 horas de práctica. Si disfrutamos con lo que hacemos, las horas pasarán más rápido. Sin embargo, para tener éxito, debemos evitar las trampas en el camino.
Una trampa es la propensión a darse por vencido después de un fracaso o un error garrafal. Los que acaban logrando sus objetivos son los que no se dan por vencidos en estas situaciones, y ven el fracaso como una oportunidad para aprender de sus errores y mejorar.
